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Samuel Vanegas, dejó de cargar bultos de cemento para levantar la Copa Libertadores del 2004

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SECRETOS DEL DEPORTE: El capitán campeón de la Copa Libertadores de América del 2004, contó cómo, en sus comienzos, era obrero de construcción.

Osvaldo Hernández

LA PATRIA | Manizales

Quienes conocen el Once Caldas dicen que en 1991 empezó el proceso deportivo que 13 años después lo hizo campeón de la Copa Libertadores de América. Cambió dirigentes, técnicos y jugadores, pero mantuvo la idea o el estilo de juego.

Ese año Samuel Antonio Vanegas Luna empezaba el proceso de formación que después lo puso como el capitán del Blanco para levantar el trofeo de la Copa Libertadores de América en el 2004.

A Vanegas no le tocó fácil, al contrario, tuvo que hacer el esfuerzo duro, porque trabajaba en construcción: "Vivía en Copacabana y laboraba en Medellín. Me tocaba, no teníamos recursos y debía aportar en mi casa para sobrevivir".

"Sami", así le dicen, tenía entre 14 y 15 años en esa época: "Iba a entrenar y llegaba a las 10:00 de la mañana a la obra. Mi patrón era don Miguel Zapata, también, un ángel que tuve en mi vida porque me permitía ir a entrenar".

Y volvía del entrenamiento con Arco Zaragoza o Recamiones y le tocaba hacer de todo: "Tenía que mezclar cemento, pegar ladrillos, cargar bultos de cemento, abrir rotos, volear cincel. Los fines de semana también trabajaba porque me los pagaban dobles".

Vanegas cree que saber la razón por la cual don Miguel Zapata le ayudaba, dándole permiso para ir a entrenar: "Los dos éramos vecinos y en el barrio sabían que yo jugaba bien el fútbol, además, siendo chico, jugaba en una categoría superior".

El defensor paisa recuerda que cogía el salario y lo partía con su madre: "Necesitábamos la plata para muchas cosas, llevaba la plata a la casa y con mi mamá sabíamos qué íbamos a hacer con ella. Fueron épocas muy duras, de mucho aprendizaje, pero de lecciones que hoy me sirven para valorar lo que es bueno y malo en esta vida".

"Vi gente trabajar muy duro para luego irse a beber todo el fin de semana, eso no es justo con el esfuerzo que de hace y con la familia".

En ese proceso en el que fue obrero, Vanegas recuerda que ayudó en la construcción del colegio José Miguel Restrepo, en el barrio Cristo Rey: "Cuando lo veo, siento como algo de orgullo de saber que puse el gratino de arena para que fuera una realidad".

El joven constructor maduró como futbolista y llegó a la segunda división con Leones, después saltó al Atlético Nacional y posteriormente al Once Caldas, en el que se consolidó y emergió como el capitán para levantar la Libertadores de América.

Don Miguel, el ángel que tuvo Samuel Vanegas, ya murió, pero su pupilo lo recuerda con gratitud. Samuel, el único hombre del hogar formado por don Samuel y doña María Antonia, es hermano de Rosario, Samira, Diana, Marta, Luz Helena, Carmen Eliza, Josefa, María y Maritza

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