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Día de las lenguas originarias: Elfren, un maestro asháninka

Elfren Ramos Espíritu es un maestro que dedicó 18 años a la educación intercultural bilingüe en escuelas de las comunidades asháninkas. Ahora aporta a los contenidos de la estrategia ‘Aprendo en casa’, que se difunden por la radio.

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José Vadillo Vila

jvadillo@editoraperu.com.pe

UNO

Elfren Ramos Espíritu lo recuerda como al rumor de los ríos Tambo, Ene, Perené y Satipo, significativos para la cosmovisión asháninka. Eran inicios de los años ochenta, 1984, tal vez, cuando su padre, Silvio Ramos Rodríguez, se convirtió en su maestro en la escuelita que tenían en la comunidad nativa asháninka de Churingaveni, distrito de Perené, provincia de Chanchamayo, selva de Junín.

Fue un hecho que lo marcó: el trabajo de su padre no se limitaba solo a las horas de clase en el aula, incluía también muchas horas con las familias, con toda la comunidad.

“En ese entonces, el maestro era un líder; todos venían a él, no solo para el tema de enseñanza, sino también por salud, por algún consejo frente a un problema familiar, para que él pueda interceder, apoyar para dar soluciones a los problemas. Y eso le encantó, aparte de enseñar a sus hijos, lo de convivir con la comunidad”, cuenta.

Elfren se fue “cultivando” y terminó sus estudios de pedagogía en Educación Intercultural Bilingüe (EIB). Ahora, su padre es un docente jubilado y se dedica a sus nietos.

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DOS

“Yo soy del pueblo asháninka; yo soy hablante asháninka”. Es su identidad. Su grito de reivindicación cultural.

Elfren Ramos tiene 48 años y una experiencia de 18 años de maestro de primaria en instituciones educativas de EIB. Ahora, se desempeña como especialista asháninka de educación intercultural bilingüe del Ministerio de Educación (Minedu). Su labor actual es la de apoyar en el trabajo de las sesiones de aprendizaje de la estrategia nacional ‘Aprendo en casa’, desde la Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira) del Minedu.

“Dada la pandemia del coronavirus, se ha optado por una estrategia de seguir el programa de Aprendo en casa 'mirando' los medios de comunicación radial, porque en las comunidades nativas no al cien por ciento, pero a muchas les llega la señal de las radioemisoras. Como en el caso de los asháninkas de Junín, tenemos radioemisoras en Satipo, Pangoa, Chanchamayo que están coberturando para nuestras comunidades”.

De acuerdo con la Digeibira, entre el 18% y el 80% de los niños de las zonas rurales del país, dependiendo de las provincias, acceden en la actualidad a conocimientos mediante la radio.

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TRES

Las radios del distrito de Pangoa difunden además material radial para los nomatsiguengas, una etnia de la Selva Central.

De acuerdo con el Censo 2017, más de 55,000 peruanos se autoidentifican como pertenecientes a esta etnia. En la región Junín existen alrededor de 300 comunidades asháninkas, distribuidas entre Chancamayo Satipo, Ene y Tambo. También el pueblo asháninka tiene comunidades en las regiones de Cusco, Ayacucho, Huánuco, Pasco y Ucayali. Y hay poblaciones asháninkas en Bolivia y en Brasil, que son descendientes de los que migraron huyendo de la explotación cauchera.

CUATRO

La función de Elfren Ramos es tejer un diálogo intercultural entre Amazonía y Occidente. Colabora en introducir los contenidos del Minedu para los niños a la lengua asháninka, tomando en cuenta los aspectos de esta cultura y, a su vez, difunde aspectos de la sociedad occidental.

“Por ejemplo, si el currículo nos pide para el curso de Comunicación desarrollar el concepto de adivinanzas, y que los niños creen sus textos pero con algún objeto, ser o animal que conocen en su medio. Una vez que ellos interiorizan lo que es una adivinanza, presentamos la otra parte, en castellano, cosa que cuando este niño domina en su lengua originaria lo de la adivinanza, va a poder captar mejor en el otro idioma (el castellano) lo que está aprendiendo, porque ya lo conoce”.

El docente recuerda cuando hace cinco años el Estado peruano empezó a repartir tabletas XO a los niños de las comunidades. Para esas zonas donde no hay fluido eléctrico ni acceso a la red de redes, fue descubrir otro mundo, experimentar el mundo digital.

“Una de las grandes dificultades de muchas comunidades de la Amazonía son que no tenemos acceso a la energía eléctrica. Últimamente, usamos los paneles solares. Se necesita que los jóvenes de nuestros pueblos tengan la oportunidad de acceder a estos medios y buscar otras formas, como la que estamos trabajando ahora desde ‘Aprendo en casa’ por la radio, de poder transmitirles los conocimientos”, opina Elfren Ramos.

La radio llega y los niños complementan lo aprendido, hacen sus tareas en los cuadernos de trabajo en lengua asháninka que les entrega el Minedu. Elfren recuerda que, desde inicios de este siglo XXI, los niños asháninkas de inicial y primaria cuentan con diccionarios, diversos libros de consulta y lectura en su lengua.

“Hay cuadernos de trabajo de educación inicial, para niños de 4 y 5 años; en Matemáticas, tenemos de primero a cuarto grado; y para Personal Social, Ciencia y Tecnología y Comunicación tenemos cuadernos de trabajo de primero a sexto de primaria”, dice el maestro, quien ha participado en la elaboración del curso de Comunicación.

Cuenta que desde la Digeibira ya trabaja material en asháninka para los estudiantes de educación secundaria de las comunidades.

Elfren Ramos resalta que estos materiales no lo trabajó solo el equipo de docentes, desde la lejana y gris Lima; para hacer los cuadernos de trabajo en lengua asháninka para los diversos grados, se convocó también a los sabios de las comunidades. Sus conocimientos y cosmovisión se incluyeron en los cuadernos de trabajo, porque cada unidad de aprendizaje considera dos páginas relacionadas con la propia cultura de los niños. Y ahora viajan por las ondas de radio.