Lo que hace grande a un J-RPG
Análisis de Xenoblade Chronicles Definitive Edition. Uno de los mejores J-RPG jamás creados, ahora en Switch
by Jesús BellaSi quieres un gran JRPG en tu Nintendo Switch, una de las mejores opciones desde ya la tienes en Xenoblade Chronicles. Es una de las obras cumbres de Monolith Soft por su historia, sistema de combate, fantástico mundo y enorme duración. Ahora llega en una remasterización que se convierte en la mejor forma de jugarlo en la actualidad. Compruébalo en nuestro análisis de Xenoblade Chronicles: Definitive Edition.
Buena historia, personajes interesantes, elaborado sistema de combate, potentísima exploración, un número de tareas accesorias impresionante, enorme duración, inspiradísima banda sonora… Xenoblade Chronicles ya lo tenía todo en su versión original en Wii: fue y sigue siendo uno de los mejores J-RPG jamás diseñados. Los nipones de Monolith Soft labraron hace ya casi 10 años un título mastodóntico al que Satoru Iwata ofreció un apoyo incondicional, haciendo todo lo posible para que saliera adelante, sobre todo por lo ambicioso que resultaba. Los que se hacían llamar "la Bethesda japonesa" rescataron la mítica saga Xeno con unos resultados aplaudidos tanto por crítica como usuarios.
Dado el éxito, el juego tuvo una conversión para Nintendo 3DS, y ahora otra para Nintendo Switch. En pocas palabras y para que te vayas haciendo una idea, te diré que Xenoblade Chronicles: Definitive Edition se convierte en la mejor manera de disfrutar del juego en la actualidad, además de suponer un imprescindible para los aficionados al rol japonés. No sólo por la remasterización gráfica y sonora que ha conllevado, sino por las mejoras en accesibilidad y el añadido de un nuevo capítulo (Future Connected), una continuación que otorga un valor añadido al lanzamiento, especialmente si lo jugaste previamente.
En total, si sumamos las partes, tenemos cerca de 100 horas de juego con calidad de principio a fin. Eso no es fácil de encontrar, y por eso brilla aún más la apuesta de Nintendo con este lanzamiento. A pesar de los años, lo he disfrutado como si estuviese aún en 2011, algo que habla muy bien sobre el trabajo de puesta al día. Hay ayudas para novatos, un mapeado más comprensible, una interfaz más clara y vistosa… pero por encima de todo está la gran historia de la espada Monado, Shulk y sus amigos, la cual no me he cansado de revivir, aunque sea por tercera vez. Por algo será...
Aquellos que no hayáis probado aún Xenoblade Chronicles, comentar que personalmente me parece de lo mejor que ha sacado Monolith Soft, incluso por encima de grandes como Xenoblade Chronicles 2 y Xenoblade Chronicles X. ¿El motivo? Diría varios, pero me quedo con su maravillosa historia. Siempre he dicho que un J-RPG no es pleno si no posee una buena trama. Este juego no hace más que corroborarlo. Xenoblade Chronicles no sería lo mismo sin su dramatismo, sin el vínculo que acabas estableciendo con sus personajes, sin el mundo tan detallado que te rodea.
Y eso que la historia no deja de ser el cliché del joven destinado a salvar al mundo. Ese es Shulk, que con el poder de la espada Monado vive todo tipo de aventuras junto a un grupo de guerreros en pos de derrotar a los Mekon, una poderosa raza de seres mecanizados. Hay multitud de intros, un montón de conversaciones y un elaborado desarrollo de personajes. Los que gusten de las buenas historias, aquí tienen una, y eso que la narrativa no demuestra la misma consistencia a lo largo de las 60-80 horas de juego. No obstante, siempre me sentí con ganas de seguir adelante para conocer qué era lo próximo que iba a ocurrir.
Hay por supuesto más pilares a considerar, y para mí uno de los fundamentales es su profunda exploración. Los Xenoblade Chronicles se han hecho populares por lo que tienes que andar en sus aventuras. Pues bien, este juego fue el inicio de todo. Está diseñado para que te sientes, te dejes llevar por la música y no apresures el camino por sus descomunales praderas, montañas, valles, cuevas y entornos urbanos. El hecho de que ganas experiencia por descubrir nuevas zonas (característica común en los MMORPG) os puede dar una pequeña idea del enfoque adoptado. En cierto sentido, siempre lo he considerado un MMO… pero sin el online.
Algunos os preguntaréis el porqué. La razón está en sus opciones. Para empezar, las habilidades se muestran en la barra inferior, y no sólo son seleccionables, sino que resultan numerosas y puedes mejorarlas con el paso de las horas. El equipamiento es enorme, y te tirarás muchísimo tiempo configurando a tus personajes para darles las mejores estadísticas. Hay infinidad de NPCs y muchos de ellos tienen misiones que ofrecerte, hasta el punto de que acabarás llevando decenas de tareas siempre en tu mochila. La cantidad de ítems que te encontrarás por el camino hará abrumadora la tarea de vender para conseguir dinero, pero siempre reconforta.
Considerando todo esto, podéis entender que completar Xenoblade Chronicles en medio centenar de horas (que se puede) no tenga mucho sentido. Es bueno que te hagas a la idea de que no es un juego para impacientes, y te darás cuenta de ello cuando te encuentres con enemigos hasta 50 niveles por encima del tuyo. Está hecho para tomárselo con calma, detenerse en una zona y levear hasta estar preparado para el próximo combate. Si tienes eso claro y conectas con su peculiar sistema combativo, las horas se te pasarán volando.
A este respecto, las batallas son en tiempo real, pero con un importante subsistema de selección y recarga de habilidades. Tiene en cuenta el posicionamiento con respecto a los enemigos (los golpes por detrás hacen más daño) y también hay pequeños eventos quick time para que estés atento a la pantalla. Lo bueno es que el sistema combativo te muestra sus posibilidades de forma paulatina, con nuevas características que acaban haciéndolo complejo y divertido al mismo tiempo. Por ejemplo, el sistema de ataque en cadena, que puede volverse decisivo en algunos enfrentamientos. Es importantísimo, sobre todo si consideras que los combates suponen una alta proporción del tiempo de juego.
Queda claro entonces por qué Xenoblade Chronicles es un gran J-RPG. La narrativa es interesante, con giros y te empuja hasta el final. El tamaño del mundo es tan grande que jamás sentirás repetición en los escenarios. La progresión es potente y satisfactoria en todas sus vertientes. El sistema de combate es elaborado y funciona a las mil maravillas, hasta el punto de que llegó a compararse con el de Final Fantasy XII. ¿Qué falla? Lo mismo que en el original: las misiones secundarias son repetitivas y poco atractivas, mientras que la historia puede desfallecer en ciertos puntos y la dificultad hacerse algo cuesta arriba en determinados tramos. No obstante, esta Definitive Edition propone algunas cosas para hacer el camino más llevadero, especialmente para los menos experimentados. En los siguientes párrafos os voy a descubrir por qué Xenoblade Chronicles es mejor en Nintendo Switch.
¿Cómo ha mejorado Xenoblade Chronicles?
Obviamente, la mejora más evidente de todas es la visual. Los gráficos no sólo han incrementado su resolución con respecto a las versiones de Wii y 3DS, sino que los personajes y entornos se han remodelado y retexturizado. Hay también un mejor trabajo de iluminación y efectos, haciendo que el juego no sea tan oscuro. En cuanto a las animaciones, se han dejado prácticamente como estaban (que eran y siguen siendo bastante robóticas). No obstante, el trabajo de Monolith no ha sido técnico sin más, sino que si os fijáis existe una nueva dirección artística, más manganime en concordancia con lo que ya vimos en Xenoblade Chronicles 2.
Si comparamos las tres versiones, es fácil darse cuenta del importante salto gráfico protagonizado por Nintendo Switch. Ahora el mundo del juego se parece más a lo que los desarrolladores querían plasmar en pantalla. No obstante, no todo son buenas noticias. En entornos grandes, es habitual ver cómo se genera la vegetación a media-larga distancia, y el nivel de detalle de muchos objetos no alcanza su máximo grado hasta que los tienes delante. Esto se hace más evidente en modo portátil, donde la borrosidad se hace acusada, muy a pesar de que hay que decir que el juego es perfectamente jugable, aunque menos recomendable que en el modo televisor.
¿La conclusión? Que posiblemente podría haberse optimizado mejor, aunque no me parece razón suficiente como para dejar de jugarlo en este modo, y de hecho yo lo he disfrutado mucho en Nintendo Switch Lite. En cualquier caso, es verdad que la carga de elementos a soportar por Switch es grande: ahí están los 13.6GB de descarga para dejarlo patente (Zelda: Breath of the Wild tenía una cifra similar). Sin embargo, esto desluce definitivamente el acabado, que en líneas generales es de calidad. Aparte de los gráficos, hay que tener en cuenta el importante lavado de cara de interfaz y menús, ahora más claros y legibles. El mapa nos guía mucho mejor hasta nuestros objetivos y se señala un mayor número de elementos, lo cual hace más accesible la travesía a los nuevos jugadores.
Ojo, eso no quiere decir que sea más fácil. Xenoblade Chronicles mantiene la necesidad de levear y mejorar equipo. Ahora bien, el juego te deja tomar dos caminos: modo experto y modo relajado. En el primero tienes libertad para escoger cómo subir de nivel a tus personajes (no es automático), algo que los más puristas apreciarán, por el hecho de subir de nivel sólo cuando lo crean conveniente. En el segundo tenemos la oportunidad de rebajar la dificultad de los combates (se puede volver a la dificultad normal en cualquier momento), algo útil si nos vemos atascados: algo bastante habitual si hablamos de este juego. ¿Más? Pues sí, tenemos una guía de viaje en el minimapa al estilo GPS (se puede desactivar), y ahora aparecen exclamaciones en las habilidades para avisarnos de cuándo es óptima usarlas... y es algo que viene muy bien. Un acierto.
Quieres proponerte un desafío? Lo tendrás. ¿Deseas avanzar más rápido? También puedes. Aquí no se excluye a nadieEn definitiva: accesibilidad. Se ha moderado la curva de dificultad para hacerla más o menos pronunciada en función de tu habilidad e intereses como jugador. ¿Quieres proponerte un desafío? Lo tendrás. ¿Deseas avanzar más rápido? También puedes. La decisión de diseño adoptada es inteligente porque no excluye a nadie, ni tampoco perjudica a los expertos en los J-RPG. Se aprecia en esta "edición definitiva" cierto interés por respetar a los jugadores más veteranos. Por ejemplo, existe la opción de mantener la banda sonora original (sin arreglos) o la actual (con arreglos). En cualquier caso es una buena decisión, porque la OST de Xenoblade Chronicles es de lo mejorcito que ha dado el género.
Pero aún hay más, porque se integran misiones de contrarreloj (similar a como se hizo en Xenoblade Chronicles X), las cuales consisten en derrotar a enemigos de distintos niveles con el fin de obtener las mejores puntuaciones y valiosas recompensas. Como curiosidad, se ha añadido también un modo teatro donde visionar las cinemáticas del juego bajo distintas condiciones: día/atardecer/noche, e incluso escogiendo las vestimentas de los personajes. Es algo muy accesorio, pero cualquier añadido es bienvenido en una aventura que dispone de un nuevo e inédito capítulo: Future Connected. Se trata de una continuación narrativa del juego principal que dura en torno a 10-12 horas. Si bien la trama me parece que no está a la altura de lo que vivimos anteriormente, lo cierto es que explora un rincón inédito en la saga, y eso es muy interesante. La trama se sitúa un año después de los acontecimientos de Xenoblade Chronicles, ahora con mayor protagonismo por parte de Melia en un nuevo escenario: el Hombro de Bionis.
Hay varias cuestiones a destacar sobre esto. Una de las más positivas es que no necesitas superar la campaña principal para jugar este contenido (está disponible desde que instalas el juego): algo ideal si ya completaste la campaña en su día. Luego se añade un reformado sistema de combate en que ya no tienes las visiones del futuro, ni tampoco cadenas de ataque. En su lugar, se apuesta por los nopón, que funcionan como unidades de apoyo durante las contiendas. Se puede reclutar hasta 12 nopón, siempre y cuando les ayudemos a través de una serie de misiones dentro del juego.
En general, es un buen contenido, que en mi opinión no está a la altura de la campaña principal, pero aún así es de agradecer la integración de una nueva historia y, por tanto, una mayor duración total. Y es que para mí esa es la clave: Xenoblade Chronicles te va a dar muchísimas horas de juego. En un año en que Nintendo no parece que vaya a hacer muchos lanzamientos, la llegada de un título así puede manteneros atados a vuestras Nintendo Switch durante semanas, puede que meses. Con todas las mejoras introducidas, es además un título recomendable tanto para expertos como para novatos en el género J-RPG. Así que adelante, no hay nada que temer.
9,0
“Magnífico”
Valoración 3DJuegos - Xenoblade Chronicles: Definitive Edition
9,0
Lectores
(1)
Xenoblade Chronicles demuestra que mantiene todos sus atributos como gran J-RPG con una versión para Nintendo Switch que realiza un potente lavado de cara mientras añade accesibilidad para los novatos y un nuevo episodio especialmente indicado para los que ya completaron el título en su día. Sigue teniendo los problemas del original, como unas secundarias abundantes pero poco atractivas y un ritmo narrativo con algún que otro altibajo. Sin embargo, en líneas generales es un juego que vale lo que cuesta, con un mundo enorme, combates interesantes, ajustada dificultad y una banda sonora sublime. Imprescindible.
- Buen trabajo de remasterización, poniendo al día un genial J-RPG
- Los añadidos apoyan la accesibilidad, sin afectar a los veteranos
- Gran cantidad de horas de juego, ahora más gracias al epílogo
- La historia principal se sigue con intensidad y te empuja a acabar el juego
- La banda sonora sigue siendo simplemente maravillosa
- La trama del epílogo no está a la altura de la aventura principal
- La optimización en modo portátil es cuestionable: falta definición
Duración: 60-80 horas (mínimo) + Epílogo
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés / japonés
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