Los pobres, que esperen

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Hace casi dos meses falleció el empresario Gerónimo Julio Arango Arias (q.e.p.d.), uno de los diez hombres más ricos de México, ubicado en el número 7 de la lista que encabeza Carlos Slim Helú, seguido de Ricardo Salinas Pliego, Germán Larrea Mota, Alberto Bailleres, María Asunción Aramburuzabala, Juan Francisco Beckman Vidal, Antonio del Valle Ruiz, Carlos Hank Rhon y Roberto Hernández.

Es de señalarse que para ingresar al exclusivo club de los magnates hay que poseer una fortuna que supere los mil millones de dólares y que además de los nombrados existen otros tantos cuya identidad permanece oculta por así convenir a sus intereses, pero sobre todo por razones de fiscalización, a través de la Unidad de Inteligencia Financiera a cargo de Santiago Nieto Castillo.

Quienes fueron opositores políticos del presidente López Obrador, por haberlo considerado desde el año 2006, cuando contendió contra Felipe Calderón, como “un peligro para México”, gracias a los puentes que tendió el empresario neoleonés Alfonso “Poncho” Romo, hoy son “amigos y aliados” del Ejecutivo federal, como consta en los diversos encuentros publicitados por su oficina de prensa.

Uno de ellos fue la cena en Palacio Nacional para concertar el compromiso de los invitados de aportar millonarios donativos a la rifa del avión presidencial, sorteo suspendido por la inesperada aparición del Covid- 19. Y aunque la quiebra de las pequeñas y medianas empresas, así como la falta de apoyo económico del gobierno para evitar su cierre y sortear la crisis económica, trajo encuentros ríspidos con los directivos del Consejo Coordinador Empresarial y otros membretes, los ricos de verdad continúan cercanos a AMLO, como consta con las dos licitaciones para la construcción del Tren Maya, otorgadas a empresas de Slim.

El beneplácito mayor de AMLO se dio en días recientes, cuando el empresario Slim dio la orden de pagar 8 mil millones de pesos por adelantado por impuestos a cargo de algunas de sus empresas y ayer el presidente López Obrador elogió a Walmart por haber pagado otros 8 mil millones de pesos al SAT, ingreso que ahora sí “cae como anillo al dedo”. Seguramente los herederos de don Geronimo Julio Arango Arias, a partir del cumplimiento de sus obligaciones fiscales, serán grandes amigos del presidente.

Los pobres, que suman más de la mitad de la población, como decía Antonio López de Santana: que esperen, que esperen.

Hace casi dos meses falleció el empresario Gerónimo Julio Arango Arias (q.e.p.d.), uno de los diez hombres más ricos de México, ubicado en el número 7 de la lista que encabeza Carlos Slim Helú, seguido de Ricardo Salinas Pliego, Germán Larrea Mota, Alberto Bailleres, María Asunción Aramburuzabala, Juan Francisco Beckman Vidal, Antonio del Valle Ruiz, Carlos Hank Rhon y Roberto Hernández.

Es de señalarse que para ingresar al exclusivo club de los magnates hay que poseer una fortuna que supere los mil millones de dólares y que además de los nombrados existen otros tantos cuya identidad permanece oculta por así convenir a sus intereses, pero sobre todo por razones de fiscalización, a través de la Unidad de Inteligencia Financiera a cargo de Santiago Nieto Castillo.

Quienes fueron opositores políticos del presidente López Obrador, por haberlo considerado desde el año 2006, cuando contendió contra Felipe Calderón, como “un peligro para México”, gracias a los puentes que tendió el empresario neoleonés Alfonso “Poncho” Romo, hoy son “amigos y aliados” del Ejecutivo federal, como consta en los diversos encuentros publicitados por su oficina de prensa.

Uno de ellos fue la cena en Palacio Nacional para concertar el compromiso de los invitados de aportar millonarios donativos a la rifa del avión presidencial, sorteo suspendido por la inesperada aparición del Covid- 19. Y aunque la quiebra de las pequeñas y medianas empresas, así como la falta de apoyo económico del gobierno para evitar su cierre y sortear la crisis económica, trajo encuentros ríspidos con los directivos del Consejo Coordinador Empresarial y otros membretes, los ricos de verdad continúan cercanos a AMLO, como consta con las dos licitaciones para la construcción del Tren Maya, otorgadas a empresas de Slim.

El beneplácito mayor de AMLO se dio en días recientes, cuando el empresario Slim dio la orden de pagar 8 mil millones de pesos por adelantado por impuestos a cargo de algunas de sus empresas y ayer el presidente López Obrador elogió a Walmart por haber pagado otros 8 mil millones de pesos al SAT, ingreso que ahora sí “cae como anillo al dedo”. Seguramente los herederos de don Geronimo Julio Arango Arias, a partir del cumplimiento de sus obligaciones fiscales, serán grandes amigos del presidente.

Los pobres, que suman más de la mitad de la población, como decía Antonio López de Santana: que esperen, que esperen.