La Argentina es un gran problema para el FMI

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El pasado viernes 22 del corriente, la Argentina comunicó la extensión del plazo de renegociación por miles de millones de dólares de títulos de deuda emitidos bajo legislación extranjera, con el deseo de llegar a un acuerdo con los bonistas. Esta situación responde a una falta de acuerdo entre la propuesta de pago elevada por Argentina y la no aceptación por parte de los acreedores privados de la misma.

Estos acreedores manifestaron que aunque la falta de pago de intereses provocará incumplimientos en las distintas emisiones de bonos, entienden que nuestro país ha expresado su intención de comprometerse para tratar de encontrar una solución integral.

Respecto a la propuesta original de nuestra nación no aceptada, la misma contaba en cierta forma el apoyo del Fondo Monetario Internacional. El FMI en el marco de sus acciones ya refirió a que la deuda externa argentina "no es sostenible'' lo que genera por lógico análisis que la misma debe ser reestructurada.

Además este organismo multilateral aboga en el sentido de que la reestructuración se haga en base a "una contribución apreciable de los acreedores privados'' palabras textuales emitidas por el organismo.

El lector puede pensar que estamos en presencia de un aliado estratégico que vela por un acuerdo que beneficie nuestro equilibrio entre ingresos y egresos, lo que permita desarrollar una política equilibrada que propenda al crecimiento con énfasis en un desarrollo continuo justo solidario y equilibrado ponderando la necesidad de quienes menos tienen fortaleciendo el abordaje que nuestro país deberá afrontar en ejes de salud, seguridad y educación.

Lamentablemente esto no es así, ocurre que Argentina es el principal problema del FMI. Ya no es el FMI nuestro problema, por ello este organismo lejos de ser solidario y aplicar el concepto de similar trato de nuestra nación para con todos sus acreedores, expone que no aceptará ni quitas ni reperfilamiento en los créditos que nos otorgó.

"Esta es una de las pocas veces que podemos negociar con posición de fuerza con el FMI partiendo de los excesos y errores que muchos entienden que cometieron al financiar a un país como el nuestro".

La gran cantidad de vencimientos que tenemos con el fondo están pautados para los años 2022 y 2023, por ese motivo y no por otro este organismo avala una propuesta donde a nuestros acreedores privados de deuda en dólares con legislación extranjera no les pagamos casi nada hacia el 2024, no velan por la sostenibilidad de nuestra deuda, velan por la cobrabilidad de los créditos que nos dieron oportunamente.

El hecho de que no lleguemos a un acuerdo con los acreedores privados nos restringe en nuestra futura capacidad como sujetos de crédito por ello el organismo multilateral va a tener que renunciar aparentemente a cobrarnos y a acceder a refinanciarnos en enorme proporción de los vencimientos, cuando ellos quieren cobrar más que refinanciar.

Hablando en forma más directa, el FMI dice: a ellos procedé con quitas de capital e intereses y cambio de plazos, a mí no.

Este organismo que aparenta no hacer autocríticas ve en el horizonte un problema mayúsculo que afecta su cartera de crédito ya que nuestro país, a la fecha, es el principal deudor en el mundo que tiene esta entidad. Somos el principal problema del FMI.

Esta es una de las pocas veces que podemos negociar con posición de fuerza con este organismo partiendo de los excesos y errores que muchos entienden que cometieron al financiar a un país como el nuestro que tiene un largo historial de incumplimientos y poca tradición en cumplir contratos.

Por ello a la par de quitas y prórrogas con los acreedores privados, sugeriría que veamos la forma de negociar con el Fondo. No nos engañemos, nunca nos van a prestar tanto como nos prestaron y sólo están cuidando su patrimonio, no el nuestro.

 Por Leonardo Siere
Docente de Economía y Análisis Económico del Derecho.