El legado de Atahualpa Yupanqui
Hace unos días nada más, el 23 de mayo pasado, se cumplió un aniversario más del fallecimiento (ocurrido en 1992), de uno de los grandes íconos del folclore argentino: Atahualpa Yupanqui. Fue un destacado cantor y guitarrista que difundió por el mundo la música de nuestro país. Pionero de la canción testimonial, fue una figura patriarcal del folclore. Sus canciones quedaron en la memoria colectiva. Había nacido el 31 de enero de 1908 en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Se llamaba Héctor Roberto Chavero y eligió el nombre artístico de Atahualpa Yupanqui, que en quechua significa "el que viene de tierras lejanas para decir algo". Dejó más de trescientas canciones registradas a su nombre. Algunos de sus libros son "Piedra sola" (1941), "Aires indios" (1943), "El payador perseguido" (1964), "El canto del viento" (1965). Perseguido por sus ideas políticas, viajó a Europa y así pudo llevar a otras latitudes nuestro paisaje con su voz y su guitarra. Horacio Guaraní le dedicó estos versos: "Ahí anda don Atahualpa/ por los caminos del mundo,/ con una copla por lanza,/ marcando los cuatro rumbos".
Atahualpa Yupanqui cantó al pueblo y para el pueblo. Las estrechas sendas que el cantor recorría al galope fueron pentagramas, que se convirtieron en partituras, para vibrar en el cordaje. En la canción "El arriero", Atahualpa Yupanqui dice: "Es bandera de niebla su poncho al viento,/ lo saludan las flautas del pajonal./ Y animando la tropa por esos cerros,/ el arriero va, el arriero va.// Las penas y las vaquitas/ se van por la misma senda,/ las penas son de nosotros,/ las vaquitas son ajenas".
En el año 1985 obtuvo el "Premio Konex de Brillante" como mayor figura de la historia de la música popular argentina. Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras.
En la zamba "Luna tucumana" explica que el caminante tiene a la luna como acompañante: "Yo no le canto a la luna/ porque alumbra y nada más,/ le canto porque ella sabe/ de mi largo caminar".
Atahualpa Yupanqui, en su vasta obra, dio contenido y sentido poético a nuestro paisaje y a nuestra gente. Supo universalizar nuestro folklore. Sus temas tienen vigencia porque indagan sobre las injusticias y sobre la soledad del hombre. Su voz firme e inconfundible fue emblema de nuestra tierra hacia el mundo.
Por Fanny Escolar de Siere
Profesora en Letras