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Sech lanzó su disco «1:1» a lo desconocido y encontró un gran éxito

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El artista urbano panameño Sech se sintió como un nadador que se lanza «en medio del océano» los días previos a la salida de su tercer disco «1:1». Sin embargo, confiaba en que tenía a su favor un mundo de experiencias y mucho amor a su alrededor, de su familia, sus colegas, sus fans y, por encima de todo, el que siente por la música.

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«La incertidumbre era tremenda. Estaba muy nervioso, pero el resultado está siendo mucho mejor de lo que imaginé. Estoy de fiesta», admitió el cantautor de 26 años en una entrevista virtual con Efe desde su casa en la Ciudad de Panamá, a donde viajó en cuanto comenzaron las órdenes de confinamiento en el continente.

«Estamos todos un poco así. Sin idea que hay más allá de lo que vemos, pero yo tengo confianza en que las cosas van a salir bien, sea como sea el futuro y a los fans no se les puede dejar solos. Aquí estamos pasando esto juntos. Acompañándonos», explicó.

Y es que si hay algo que no le falta a Carlos Isaías Morales Williams es la confianza, el positivismo y la solidaridad. Es algo que le viene de familia, reconoció.

«Mi papá y mi mamá siempre han creído en mí y en mis hermanos y han hecho por nosotros lo que han podido para ayudarnos. Considerando a dónde he llegado, es imposible no tener fe en el futuro», indicó.

Pone como ejemplo el que su papá, llamado Carlos como él, siempre estuvo dispuesto a irlo a buscar «a las cuatro o cinco de la madrugada cuando terminaba de grabar, en unos sitios que no eran lo más seguro, porque no tenía dinero para algo mejor».

«Es un apoyo y una confianza en mí que no le voy a poder pagar nunca y que siempre me acompaña», aseguró.

No se equivocó. El disco que salió el viernes pasado está entre los 10 más populares en Costa Rica, Panamá, Venezuela, Bolivia, Guatemala, Honduras, Perú, España, Colombia, Ecuador, Belice, México, Nicaragua y Argentina.

Además, es el 51 más popular en Estados Unidos, en inglés y español, un gran éxito para un artista que no es conocido en el mercado anglo y para un disco que solo tiene cuatro días a la venta.

UN DIGNO SUCESOR DE “SUEÑOS”
Este nuevo disco le hace honor a su antecesor “Sueños”, la primera producción de Sech, que le otorgó ocho nominaciones a los Latin Billboards y tres a los Latin Grammy, con 21 canciones, en las que se ha atrevido un poco más a destilar su esencia musical.

«Desde pequeño he sido fanático del jazz y el jazz latino. Me enamoré con mi hermano, que le gustaba mucho. Luego me fui a vivir a Estados Unidos por siete años y (me gustó) mucho más, pero además conocí otros géneros urbanos. También siempre me ha gustado el reguetón», explicó.

«Con la música que hago siento que los he podido integrar todos y además hacerlos bailables, que es lo que nos gusta», manifestó.

El nombre de «1:1», o “una en una”, como dice que se pronuncia, viene de que cada canción está separada de la otra. El hilo conductor es su voz y las historias de amor y desamor.

«Las canciones son muy diferentes una de la otra y no solo por las colaboraciones», aseguró.

Precisamente para este trabajo lo acompañaron Ozuna, Arcángel, Lenny Tavárez, Myke Towers, Farruko, Zion y Lennox, Justin Quiles y Daddy Yankee, este último cen “Definitivamente”, el primer sencillo que salió en enero.

UNA VIDA COMPLICADA
La primera diferencia entre canciones como “Relación”, “Si Te Vas”, “Goteras”, “Uni”, “Bentley”, “Fabuloso” y “Panama City”, entre otras, son los ritmos.

En el álbum hay reguetón, hip hop, R&B, Dance y Trap. A veces todos juntos.

Las letras también las distinguen, aunque hay una clara alusión al amor y sus etapas.

«Casi todas son de relaciones, casuales, antes de la relación, durante la relación, después de la relación, lo que se aprendió para bien y para mal», dijo Sech.

El artista también confesó que la mayor parte de la inspiración la ha encontrado en su vida.

“Me han pasado demasiadas cosas. Empecé demasiado joven”, subrayó.

Y es que si bien creció en una familia muy religiosa y sus papás son pastores cristianos, “la necesidad” le hizo lanzarse a la calle desde pequeño “como empresario” vendiendo perros calientes, juegos y otros alimentos en un carrito de comida rápida.

A los 18 años se enamoró intensamente por primera vez, se mudó con su novia y aprendió lo que era encargarse “de pagar la luz, el teléfono, el agua», bromeó.

«Desde joven sé lo que es la responsabilidad» dijo, además de descubrir lo que es sentirse traicionado por ese amor.

«Pero nunca dejé de ponerle todo a la vida y además ahora lo uso para mis canciones. Todo lo que se vive sirve. También pongo lo que le ha pasado a mis amigos y si no lo invento», reconoció riéndose tras reconocer que «como todos los latinoamericano» tiene «sensibilidad para el drama gracias a las telenovelas».

EFE

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