Tres risueñas realidades
ÁFRICA
by María Victoria Valdés RoddaRegión dinámica, muestra alguno de sus rostros en este texto. Cuba se honra de las entrañables relaciones bilaterales en el marco del 25 de mayo, Día de África.
Por MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA
África es una mujer que ríe despampanantemente. El continente bien puede comenzar a conocerse por el rostro de Akhutleleng Mogami, música de profesión. Dicen que toca el saxofón insuflada del mismo aliento fantástico que gravita sobre la vida salvaje en las profundidades de la reserva natural Moremi, en su Bostuana natal.
I-Postal primera: La solidaridad
La también pedagoga tiene grandes pasiones y una de ellas es la música cubana. Aseguran que cuando una amiga de la isla caribeña le regaló un CD/dvd de Yasek Manzano y Chucho Valdés, se volvió como loca de alegría. Por eso, el 7 de septiembre del pasado año llevó a sus alumnos, integrantes del proyecto Society for Jazz Education (Bosje por sus siglas en inglés), a un evento de intercambio cultural, donde también tocó Michel Herrera y su grupo, en Gaborone, capital botsuanesa. Y no solo aplaudió a su “colega” de instrumento, sino que tuvo el bonito gesto de compartir el suyo con el jazzista de la Mayor de las Antillas. Pero no fue únicamente la motivación por el arte: su sentimiento de cariño hacia Cuba le hala fuerte.
Y no es para menos, porque los lazos que unen a nuestro país con el llamado Continente Negro son muy fuertes. Casi siempre se alude a las raíces africanas de los inicios de la nacionalidad cubana; sin embargo, hay otra dimensión entretejida con la historia más reciente de nuestros pueblos y que pasa por la cooperación en distintas esferas. Datos proporcionados por la embajadora en Botsuana, Patricia Pego Guerra, tomados en lo fundamental de CubaMinrex del dominio fidelcastro.cu, sitúan ese hermanamiento en su justa grandeza.
En consideración de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en África la cooperación cubana ha estado orientada principalmente al ámbito médico y ha resultado de gran importancia, porque la región necesitará un millón de profesionales de la medicina en la próxima década para satisfacer las necesidades de intervención básica.
Así, en suelo africano brindan en la actualidad su aporte más de dos mil profesionales y técnicos del país antillano en más de 30 países. Y de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, desde que, en 1963, partió́ hacia Argelia la primera brigada de la salud, alrededor de 400 mil colabores han brindado su asistencia a otras naciones. Y en estos momentos hay en todo el mundo, incluyendo grupos del contingente contra desastres Henry Reeve, más de 30 mil. Por su parte, el investigador estadounidense Conner Gorry, en un estudio sobre Cuba y África constató que el éxito de la cooperación “radica en la inclusión de elementos como promoción, prevención, educación y acceso universal a los servicios”.
Akhutleleng –Akhu como la nombran todos– es feliz más allá de la sonoridad de su saxofón, y un pedacito de esa alegría se la debe a la perspectiva de futuro que a su amado continente le llega del otro lado del mar. En el sitio de Cubadebate Fidel Soldado de las Ideas, específicamente en el texto “Salud y esperanza, el regalo de Cuba a África”, se lee, por ejemplo, sobre la Facultad de Medicina Raúl Días Argüelles, en Guinea Bissau, donde imparten su magisterio 35 profesores caribeños. Además, se refleja que hoy en día “estudian diferentes disciplinas médicas en Cuba alumnos de 44 países africanos”, y que como parte de la Operación Milagro se construyó en Mali un importante centro oftalmológico.
Cómo no va a reír despampanantemente, si hasta ya existe la posibilidad de que en Botsuana la gente pueda no solo escuchar una entrega melodiosa del jazz hecho por Akhu, sino verla en su plena felicidad de música y amistad.
II-Postal segunda: La Juventud hace el futuro
Los metales (instrumentos de viento) rompen la cadencia africana, ese compás de espera de la impaciencia latina. Allá no, las cosas llevan otro ritmo; no obstante, en términos de música, mucho se parece al de Cuba. Tal vez esa sea una de las motivaciones que tiene Akhutleleng Mogami para querernos. A sus pupilos de la gran banda de Bosje les enseña también jazzeadas sonoridades criollas.
Esta agrupación musical, bajo la dirección general de Frank Piscionery, se lanzó en abril de 2017, y surge como una iniciativa de la Sociedad Botsuana para la Educación de Jazz y la Academia de Artes del Reino, para sacar de las calles a muchos jóvenes. Tan alto y significativo ha sido su desempeño que han merecido lauros nacionales e internacionales. Junto con el virtuosismo de pedagogos como Akhu, la gran banda rezuma “verdor”.
Sí, porque la media de edad del continente africano es de 20 años, por lo que la gente joven representa más de la mitad de su población. Expertos demográficos vaticinan que en la región vivirán casi mil millones de muchachas y muchachos en 2050. Tatien Nkeshimana, investigador del Centro de Alerta y de Prevención de Conflictos, estima que “más allá de su magnitud abrumadora, las cifras reflejan una oportunidad”, y como muchos suelen ser reclutados para los conflictos regionales, el investigador considera que por eso son de vital importancia abrirle los horizontes con diversas posibilidades.
Los jóvenes africanos pueden ser motor del desarrollo económico, objetivo que se lograría de detenerse las grandes oleadas de migrantes hacia Europa y otros destinos. Con la definición de este problema, la Unión Africana (UA), máxima organización continental, ha implementado iniciativas para la financiación de microempresas, cooperativas, pequeños comerciantes y empresas familiares guiadas por los jóvenes y para ellos. También los envía a estudiar medicina en Cuba, como el caso de Ghana, de donde se habían graduado aquí mil 351 doctores y doctoras hasta octubre de 2019.
Emprendedores
En un principio fueron los préstamos de su mamá: apenas unos cientos de dólares, pero combustión suficiente para crear una empresa de suministros, instalación y mantenimiento de sistemas solares en todo el circuito norte de Tanzania. Patrick Ngowi, de 28 años, comenzó a vender teléfonos móviles chinos, y mientras lo hacía descubrió que “una pequeña porción de tanzanos no tenía acceso a una electricidad estable y confiable, supo que tenía que solucionar el problema”, destacó a News 24.
La keniana Lorna Rutto sufría con la cantidad de basura acumulada en su país. Se decidió entonces por la tecnología verde y fundó EcoPost. Esta veinteañera y el grupo que lidera fabrican postes de cercas estéticos, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente que utilizan residuos plásticos. La microempresa ha ganado reputación internacional por proporcionar una solución alternativa a la gestión de residuos en Kenia.
Yeigo Communication nació de la curiosidad de Rapelang Rabana, un sudafricano de 28 años que ha revolucionado la mensajería en Ciudad del Cabo. Ha sido tanto el éxito que una empresa suiza de telecomunicaciones móviles ha adquirido el 51 por ciento de la entidad, fusión propiciadora de mejores softwares.
Para el representante del Unicef en Uganda, Sharad Sapra, los jóvenes “quieren marcar la diferencia. Y quieren comprometerse. Quieren ser parte de las soluciones”. Nunca mejor dicho. Ellos influyen positivamente en una zona geográfica que casi siempre se retrata como oscura y no precisamente por el color de la piel. Si se les dan oportunidades, pueden cubrir con espectacularidad todo un universo de saberes y oficios: desde bienes raíces hasta servicios financieros, manufactura, medios, tecnología, tecnología verde, salud, agricultura y moda. África está en buenas manos.
III-Postal tercera: Frenar el éxodo
Hay cálculos que certifican desde la ONU que 20 mil profesionales de alta cualificación dejan el Continente al año. Consciente de este serio problema, la mayoría de los gobiernos están tomando cartas en el asunto. Y una de las vías para incentivar la permanencia en suelo patrio está en el aupar los emprendimientos. Un informe elaborado por la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad por sus siglas en inglés) desmiente también el sambenito de región atrasada: bajo un ecosistema colaborativo ha crecido el número de parques tecnológicos activos. Los países con mayor concentración son Sudáfrica, Nigeria, Kenia, Egipto y Marruecos.
La misma fuente señala que han aparecido disímiles empresas con sistemas de pago mediante móvil que ni siquiera necesitan Internet, tan sólo es necesario enviar un SMS. En definitiva, surgen por mera cuestión de supervivencia.
Por su parte, el Banco Mundial certifica que África es el hogar de más implementaciones de servicios financieros digitales que cualquier otra región del orbe, con casi la mitad de los cerca de 700 millones de usuarios individuales del planeta. Global Findex indica que la inclusión redunda en que haya aumentado el gasto per cápita en familias, que pequeños agricultores puedan vender o comprar a gran escala y, por tanto, se generen beneficios más amplios para la sociedad. Y eso ancla los pies en la tierra de nacimiento.
De manera que, poco a poco, el emprendimiento digital en aquella tierra abre caminos, y continúa con nuevos hitos. Por ejemplo, en 2019, la empresa Jumia, conglomerado de comercio electrónico – se le conoce como el Amazon africano– vende desde calzado, moda, electrónica, hasta viajes. Pues bien, el pasado año comenzó incluso cotizaciones en la bolsa de Nueva York, con sus socios fundadores franceses junto a intereses en Alemania.
Epílogo:
Akhutleleng Mogami, la saxofonista Akhu, confía en el futuro de Bostuana. Patrick Ngowi sabe que Tanzania aprovechará toda su energía solar, y los 731 médicos sudafricanos formados en Cuba, gracias a los sueños de Fidel y Mandela, se entregarán junto a sus hermanos cubanos a salvar cada día una vida nueva. Ni la impronta de los más de 300 mil internacionalistas cubanos, ni la del millón 200 mil esclavos que llegaron a Cuba serán olvidadas, y es por eso que, por muchos otros logros, África también ríe.