La clave del furor por Semedo

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Nelson Semedo no es Messi, aunque en el último mes lo haya parecido. Hay neófitos que se han escandalizado porque el lateral portugués aparezca como objeto del deseo de muchos clubs grandes en Europa. Hay quien interpreta que el Barça lo quiere vender y piensan que las noticias solo son filtraciones interesadas. Quien conozca mínimamente el mundo del fútbol, sin embargo, sabe que hay una explicación muy lógica: su agente es Jorge Mendes.

Con otro intermediario es muy posible que Semedo hubiera recibido muy pocas ofertas. Pero Mendes es capaz de montar operaciones que interesan a todos: a los dos clubs, a los jugadores y a él. Así han ido desfilando futbolistas en operaciones de trueques en las que estaba Semedo. Hasta se ha dibujado una operación entre el City y el Barça (cuando se cita al equipo de Manchester hay demasiadas sensibilidades añadidas) que podría interesar a todos con la marcha de Semedo y la llegada de Cancelo, un lateral que no gusta a Guardiola. Mendes es capaz de unir los diferentes intereses en esta operación, pero hay un problema: el sueldo de Cancelo es más alto que el de
Semedo.

El lateral portugués es un buen jugador y tendría futuro en el Barça si no fuera porque ahora se plantea la renovación de su contrato y el club blaugrana no está dispuesto a darle lo que pide Mendes. Hay clubs que sí. Semedo no tiene un salario muy alto, por lo que solicita un aumento considerable. Puede entrar en operaciones por la credibilidad de Mendes, intermediario que, si se equivoca, después es capaz de arreglar la operación porque su empresa es una multinacional del traspaso. Y en ocasiones se ha equivocado porque acostumbra a valorar a los jugadores portugueses como cracks mundiales. Cristiano Ronaldo lo ha sido, pero no todos.

Semedo aparece en los medios porque está en todas las salsas. Es cierto que no tiene el carisma para enamorar a los intelectuales que tocan el fútbol de forma temporal, pero gusta a los entrenadores que quieren futbolistas rápidos y sólidos y tiene a un agente con relaciones al más alto nivel en el mundo del fútbol, capaz de diseñar operaciones interesantes. Su caso no es ningún misterio, es de lo más fácil de explicar sin teorías conspirativas. Y es absolutamente normal que las secretarías técnicas de los grandes clubs se hayan puesto a trabajar durante la pandemia. Son los principales responsables de conformar el nuevo mercado del nuevo fútbol. Los grandes clubs van a sufrir económicamente y los directores futbolísticos han de adecuarse a la nueva normalidad: que no haya traspasos estratosféricos y que se intenten llevar a cabo trueques difíciles por las diferencias de salarios. Han trabajado mucho estos dos meses y aún les queda, aunque la puerta cerrada les abrirá alguna ventana.