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Recolección de naranjas en un campo valenciano. /Txema Rodríguez

La UE prepara otro acuerdo con México que perjudicará a los cítricos valencianos

La Unió de Llauradors pide que se paralice la firma y ratificación del tratado hasta conocerse su repercusión sobre el sector agrario europeo

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La Unión Europea no cesa en su empeño de establecer acuerdos comerciales con terceros países que siempre se traducen en la concesión de ventajas a los competidores de fuera y, consiguientemente, en mayores problemas de competencia desleal para las producciones hortofrutícolas valencianas.

El último acuerdo internacional que ultima Bruselas es con México y la Unió de Llauradors ha denunciado que «puede resultar muy perjudicial para los intereses del sector citrícola valenciano«, por lo que pide que se estudien sus efectos y se paralice mientras tanto la firma y ratificación del mismo hasta conocer sus repercusiones concretas.

Una vez más se repite la misma sucesión de hechos: Bruselas negocia con un país tercero la concesión de nuevas ventajas, protestan las organizaciones agrarias valencianas (a veces también del resto de España y de la UE), se piden estudios y compensaciones, se dan largas al asunto y finalmente se ratifica lo previsto inicialmente, sin hacer caso de las quejas de los productores europeos, mientras algún ministro se entretiene en decir que se trabajará para vigilar la nueva situación y que no se dañe a los agricultores locales, lo que también acaba normalmente en el olvido.

La Unió señala el «contrasentido» de estas situaciones en las que la UE no se recata en mimar a otros países. Con México se trata ahora de actualizar el acuerdo anterior, cuya vigencia concluyó el pasado 28 de abril, y la organización agraria teme que todo se traduzca en una nueva avalancha de cítricos en el mercado europeo, esta vez procedentes de México, sin que haya correspondencia en sentido contrario.

Según recuerda La Unió, Bruselas se encarga de abrir las fronteras de la UE a las importaciones de todo el mundo y los estados miembros están obligados a cumplir lo establecido en los acuerdos de la UE. Por tanto España ha de aceptar el nuevo acuerdo comercial, «lo que significa que la entrada de cítricos mexicanos en la UE afecta a todos los países miembros y se negocia en conjunto».

Bruselas da facilidades de importación a países terceros que luego no se corresponden con igual trato en sentido contrario

Sin embargo, en sentido contrario, las exportaciones de España a México se negocian y regulan bilateralmente entre ambos países, sin condicionar nada las ventajas previas de la UE, y así tenemos la realidad de que el balance comercial citrícola entre ambos países ya resulta muy negativo para España; lo mismo que ocurre sistemáticamente con todos los demás productores que exportan a la UE.