Empleado infiel de Ambiente: ya lo condenó la Justicia ¿qué le espera en su trabajo?
Se trata de uno de los custodios de la reserva Don Carmelo y que generó gran indignación entre las autoridades días atrás.
A Cristian Javier Riveros lo encontraron con la manos en la masa y generó un gran revuelo e indignación en la secretaría de Estado de Ambiente: por primera vez en la historia de la repartición, un empleado que debe custodiar a los animales fue hallado cazándolos.Luego de ser condenado por la Justicia, ahora está a punto de resolverse el sumario administrativo que también se abrió contra él dentro de la repartición.
En la Secretaría son cautos con revelar cómo resultará este trámite pero cuando explotó el escándalo en la reserva Don Carmelo ubicado en Ullum, el titular de la repartición, Raul Tello, dijo que si se comprobaba el hecho, le correspondía un castigo "ejemplar" como empleado estatal. Ahora que está la decisión de Flagrancia, que el viernes último lo condenó a 3 años de prisión condicional por caza furtiva. También se le dio el doble de años de inhabilitación para ejercer la función pública. Por eso, ya se da por descontado que le complica su trabajo pero las consecuencias pueden ser aun mayores, ya que el dictamen del sumario administrativo es inminente.
Fuentes de Ambiente dijeron que los encargados del sumario están estudiando màximas sanciones y que la consigna es que sea un trámite sumarísimo, es decir, con resolución rápida.Dada la celeridad que ya aportó el sistema de Flagracia que echó luz y pruebas al caso, no hay mucho más para dilucidar. La pena para este empleado podrìa ser la exoneración total y que no pueda trabajar nunca más en su vida en la administración pública. Por lo pronto, ya fue separado del cargo mientras se sustancia la investigación judicial e interna.
En el sumario ya obran las actuaciones de Flagrancia que son contundentes. A Riveros lo arrestaron dentro de la reserva en Ullum, que está como a 7 horas desde la ciudada de San Juan y donde se accede en 4 por 4 junto a un grupo de cazadores, en el que para colmo también participaba el casero que había sido contratado también para cuidar la fauna y flora del lugar (que es privado pero que custodia el Estado). Al empleado de Ambiente le encontraron tres guanacos y un suri faenado, además de un rifle calibre 22 con mira telescópica y un revólver calibre 22 también con mira telescópica.