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Aquél gol en el clásico... Con el título de campeón ganado el 25 de mayo, el 26 de octubre de 1975 se jugó el último clásico santafesino del año. Por el Interzonal del Campeonato Nacional, Colón venció a Unión 1 a 0. El único tanto lo anotó Daniel Olivares a los 8 minutos del primer tiempo aprovechando un error de Hugo Orlando Gatti, quien dio rebote luego de un remate desde fuera del área, y tras eludirlo, el “Mono” conquistó el único gol del encuentro. En la foto, el autor del gol define con su pie derecho con el “Loco” ya vencido, y atrás se observa al “Cabezón” Trullet, con la camiseta rojiblanca a rayas horizontales. Crédito: Archivo El Litoral
El "Mono" integró aquel plantel campeón del Torneo Esperanzas de Toulon

Daniel Olivares: de Colón a Toulon

El ex delantero sabalero participó de aquella recordada Selección Argentina “pergeñada” por el Maestro Ernesto Duchini y dirigida por el “Flaco” Menotti, que se consagró campeona invicta y con la valla sin ser vencida. 

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César Luis Menotti debutó al frente de la Selección Argentina el 12 de octubre de 1974, unos meses después de la participación albiceleste en el Mundial de Alemania. Desde aquel encuentro ante España por la Copa Hispanidad que finalizó igualado 1-1 en la cancha de River, el “Flaco” se transformó en un ícono del fútbol nacional. A partir de ese momento histórico hubo un antes y un después en la forma de asumir las responsabilidades de entrenador de selecciones, ya que con Menotti llegó la etapa del “control total” y del plan a largo plazo.

Los resultados quedaron a la vista durante sus ocho años de conducción, ya que Argentina ganó por primera vez dos títulos mundiales en diferentes categorías: el de la mayor en 1978 en nuestro país y el de la Sub 20 en 1979, en Japón. Pero detrás de Menotti hubo alguien que trabajó en silencio, aunque sin dudas su labor ha sido muy fructífera, se trata de Ernesto Duchini, quien hacía 20 años venía cumpliendo las funciones de entrenador de las selecciones juveniles, pero con la asunción del “Flaco”, fue designado asesor de las divisiones juveniles, por eso la trascendencia y la preponderancia de su tarea para la formación de los planteles que ganaron el Torneo Esperanzas de Toulon en 1975 y el Mundial Juvenil de Japón en 1979.

Uno de los convocados por César Luis Menotti para integrar el plantel de 16 jugadores que viajó a Francia para disputar el Torneo Esperanzas, pero seguramente “apuntado” por el Maestro Duchini, fue Daniel Ernesto Olivares, que pertenecía a Colón. El “Mono” debutó con la camiseta rojinegra en 1972, con apenas 16 años y tres meses. Por eso, para la convocatoria a Toulon, ya tenía una vasta experiencia en Primera División, no por haber jugado muchos partidos como titular, sino por participar en varios de ellos y hacerlo junto a excelentes futbolistas que conformaban aquellos equipos de Colón de esos años.

Desde su debut, en 1972, hasta fines de 1975 (en 1976 fue adquirido por San Lorenzo), en Colón, el “Mono” Olivares jugó al lado de jugadores de la talla de la “Chiva” Di Meola, “Cococho” Álvarez, “Carlitos” López, la “Yegua” Coscia, Lamberti, “Poroto” Saldaño, César Brítez; por nombrar sólo a algunos futbolistas de mitad de cancha hacia adelante. Además, fue dirigido en el sabalero por el “Gitano” Juárez, uno de los “aliados” del “Flaco” en cuanto a la manera de ver el fútbol , quienes jugaron juntos en Rosario Central y en 1970 formaron dupla técnica en Newell’s. No sólo eso, en 1975, el “Gitano” formaba parte del cuerpo técnico de la Selección Argentina, y hasta la dirigió al combinado albiceleste en un certamen amistoso disputado en México en agosto de ese año (fue subcampeón tras golear a Estados Unidos 6-0; ganarle a Costa Rica 2-0 y empatar contra México 1-1).

Siguiendo con la trayectoria de Daniel Olivares, la experiencia en la selección le dio el espaldarazo para que clubes de Buenos Aires se fijaran en él. Así fue que San Lorenzo, dirigido en 1976 por el “Toscano” Rendo (duró tres partidos, luego llegó Oscar Montes y después Antonio D’Accorso) adquirió al delantero, quien durante los dos años en Boedo compartió planteles con otro “Mono”, el arquero Irusta, La Volpe, Olguín, Villar, Marangoni, Scotta, el “Toti” Iglesias, el “Lobo” Fischer y Oscar Ortiz, entre otros.

Con la azulgrana tuvo un partido imposible de olvidar, cuando en el clásico ante Huracán jugado en el Viejo Gasómetro por la 22da. fecha del Metropolitano 1977, Olivares anotó los dos goles con los que el local empató 2-2 con el Globo. Con la azulgrana disputó 40 cotejos y marcó 10 goles. Tras esos dos años en San Lorenzo, el “Mono” fue transferido a Atlanta, club en el que jugó 10 encuentros y anotó un tanto.

En 1980, Olivares probó suerte en el exterior, ya que se trasladó a Ecuador para jugar en el Deportivo Cuenca, equipo en el cual hizo 8 goles en 16 partidos. Tras esa experiencia retornó a Colón en 1981, año en que el elenco rojinegro descendió a la Primera B. En Colón, desde su debut, el “Mono” jugó 114 veces y gritó 22 goles.

Otro sabalero

De la Selección Argentina campeona del Torneo Esperanzas de Toulon también formó parte otro jugador que vistió la camiseta de Colón. Se trata de Armando Quinteros, aunque el mediocampista fue convocado a ese equipo cuando jugaba en Vélez (1974-1980). El volante tucumano también jugó en San Lorenzo (1981-1985 y 1987); Talleres (1985-1986). A Colón llegó a mediados de 1987 cuando Victorio Cocco era el técnico y jugó sólo una temporada en la Primera B Nacional. El “Negro” Quinteros ingresó en los segundos tiempos de los tres partidos jugados por la Selección Argentina en Toulon, reemplazando a Trobbiani, Giordano y Gallego respectivamente.

Aquél niño que se hizo grande (Por Enrique Cruz -h-)

El año pasado tuve la posibilidad de encontrarme en Porto Alegre con Mauricio Baldasarre. Para los que no se acuerdan de él, debutó de la mano de Victorio Cocco en 1987 en Colón. Al igual que el Mono Olivares, era delantero. Tenía 16 años y 7 meses cuando se puso la camiseta de Colón por primera vez. Hoy, pensar en eso es casi imposible, salvo que aparezca alguien que realmente la “rompa”, máxime en estos tiempos de urgencias, presiones e histerias que se vive en el fútbol.
Pues bien, Mauricio Baldasarre, con su rostro de niño y recién “salido del cascarón” no lo pudo superar al Mono, quien debutó en Colón en 1972 cuando era más chico todavía. Mantiene el “título” de ser el más joven. Entre Juan Eulogio Urriolabeitia y José María Silvero —el que reemplazó al Vasco— lo fueron llevando de a poco. Y formó parte, con esos jóvenes 16 años, de un plantel en el que brillaban la Chiva Di Meola, Gustavo Ripke, José Luis Córdoba, Enzo Trossero, Humberto Zuccarelli, Carlos Trullet, Raúl Oscar Costantino, Cococho Alvarez, el Bambi Aráoz y Edgar Fernández, entre muchos otros.
El Mono Olivares tiene un record desde hace 48 años que será prácticamente imposible de superar, salvo que aparezca un verdadero fenómeno. El Bichi Fuertes lo logró con la cantidad de partidos jugados (superó al Bambi) y con la cantidad de goles (le ganó a la Chiva). La pregunta es: ¿alguien podrá debutar más jovencito que el Mono?

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