Lewandowski reta a Haaland
El delantero del Bayern, que suma 41 goles, advierte al joven del Dortmund, que suma otros 41, de que todavía no está entre los mejores 'nueves’ del mundo en vísperas de su duelo en el Westfalenstadion
by Diego TorresLa Bundesliga lo promociona como Der Klassiker. El efecto propagandístico es indudable. Pero hasta hace tres décadas el Borussia Dortmund jamás había desafiado la hegemonía del Bayern Múnich en Alemania. La rivalidad no es histórica ni mide fuerzas equiparables, pero la están fabricando a pulso. La brecha se reduce. Desde hace años, cada campeonato acaba resolviéndose en este mano a mano, ahora magnificado por la pandemia del nuevo coronavirus. Si la temporada pasada el título fue para Baviera por dos puntos de ventaja, ahora, a falta de siete jornadas para la conclusión, cuatro puntos separan a rojos de amarillos. El partido que acogerá el viejo Westfalenstadion este martes a partir de las 18:30 (Movistar) no es un clásico de verdad. Pero es lo más rutilante que le queda por ofrecer a la única gran liga europea en funcionamiento.
Ningún cartel refleja mejor el significado de este cruce que el contraste de los goleadores. Por el Bayern, Robert Lewandowski, a sus 31 años un monumento al nueve de la década pasada. Por el Dortmund, Erling Haaland, a sus 19 años la revelación futbolística más llamativa del año del coronavirus, aspirante al trono del nueve del futuro, la clase de talento juvenil que bajo el gran alero del Westfalenstadion se convierte en objeto de codicia en el mercado. Sobran precedentes: Götze, Hummels, Kagawa, Sahin, Weigl, Aubameyang, Dembélé… y el propio Lewandowski, idolatrado en esta parte del Ruhr hasta que en 2014 se quedó libre para fichar por el archirrival.
Lewandowski se presenta en Dortmund con una misión más apremiante que la de su contraparte. Probar su vigencia frente al joven que le desafía con goles. Ambos suman 41 esta temporada. Pero Lewandowski ha querido dejar claro su pensamiento: el aspirante todavía pertenece a la categoría de aprendiz. “Haaland tiene un potencial enorme pero también tiene tiempo…”, dijo el domingo; “si sigue trabajando duro podrá convertirse en mejor jugador y llegar algún día al nivel top. En ese nivel, si hablamos de nueves puros, están Benzema, Timo Werner, Luis Suárez, Agüero y Mbappé”.
La agencia Sport Informations Dienst comunicó este lunes que a Haaland lo que diga Lewandowski le entra por un oído y le sale por el otro, o no le entra. Porque ya vive aturdido con su propia música. El hombre, según SID, no deja de escuchar el himno de la Champions. El coro de St Martin in the Fields es lo que se pone en su coche para ir del entrenamiento a casa y de casa al entrenamiento. A falta de público, es menester la autoestimulación.
Haaland representa la astucia del Dortmund para detectar jugadores extraordinarios a un precio razonable. Estas antenas le han permitido elevar su rendimiento por encima de sus posibilidades financieras. Porque si todo clásico presupone cierta igualdad presupuestaria, entre el Dortmund y el Bayern media un abismo económico de 239 millones de euros. La diferencia entre los ingresos del Bayern (un récord de 750 millones contabilizados la pasada campaña) y los del Dortmund (489 millones). El triunfo del Bayern no provocaría una crisis en Dortmund. El triunfo del Dortmund provocaría una crisis en Múnich.
“Tenemos un sistema mejor”
“Si mantenemos nuestra portería a cero ya estaré contento”, dijo Hans-Dieter Flick, el técnico del Bayern, aparentemente conformista con el empate y prevenido ante la efervescencia del ataque del Dortmund, que ha metido siete goles y no ha encajado ninguno en los dos partidos disputados tras la reanudación del torneo.
El 4-0 sufrido en la ida en Múnich gravita en la conciencia del Dortmund, que se presenta al partido con el rótulo de equipo anímicamente inestable. “No hay que ser profeta para concluir que si queremos seguir aspirando al título tenemos que ganar”, dijo Michael Zork, el director deportivo. “Después solo quedarán seis jornadas”.
“Hemos mejorado bastante desde el 0-4”, apuntó Zork, “tenemos otro sistema de juego que se ajusta mejor a la plantilla; hemos fichado dos jugadores en invierno [Haaland y Emre Can], y tenemos más presencia”.
El Dortmund, que recupera al mediocentro belga Witsel, ha cambiado el esquema para remediar la falta de velocidad de Hummels, cada día más perezoso, más aristocrático, menos amigo de acudir a apagar incendios. Del 4-4-1-1 al 5-2-2-1. Del aburguesado Götze como falso nueve al maníaco Haaland como nueve puro y duro. Gracias a los desmarques del noruego el Dortmund ha encontrado un estímulo y una vía de salida al ingenio de sus volantes, laterales y extremos.
Thiago Alcántara, que sufre un problema en los aductores, puede ser baja en el Bayern. Quien ha amenazado con apuntarse al viaje es Franz Beckenbauer, presidente honorario. “Los dos equipos están en condiciones óptimas", dijo el dirigente; "todo está preparado para un partido fantástico. Veremos si el Dortmund puede contar con el factor campo en un estadio vacío”.