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Crédito: Manuel Fabatia
La elección que se avecina en la dirigencia de Unión...

El consenso por Magnín o alguien de peso y carrera

En la encuesta de El Litoral, la aceptación por el ex jugador y entrenador de la reserva es muy amplio. Lo mismo podría ocurrir con algún otro que tenga un pasado destacado en el club. Se avecina un segundo semestre lleno de incertidumbres pero exento de compromisos y riesgos. Esto también debe ser evaluado a la hora de decidir.

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Hay preguntas que ni David Copperfield está en condiciones de responder. La “del millón” es cuándo volveremos a la normalidad; y otra es cómo —también cuándo, claro está— volveremos al fútbol, por más que ya no sea como se lo concibió hasta mediados de marzo. Si eso, la industria del fútbol como la conocimos hasta antes del virus, se modifica, será cuestión de ver, analizar, explorar y sentenciar de qué modo los clubes se adaptan a las nuevas reglas (los clubes, los jugadores, los entrenadores, los representantes y los hinchas). Pero la cuestión es volver a jugar. Y ese retorno está lleno de incertidumbres, propias de un sistema que sigue haciendo agua por donde se lo mire, con dirigentes que están más preocupados en el “rosqueo”, en sacar ventajas, en mirar sólamente el propio ombligo para echar agua únicamente en su molino... En fin, nada raro de lo que antes pasaba, pero ahora acentuado preocupantemente por el duro momento que se vive.

Una de esas incógnitas se refiere a la manera en que se jugará hasta fin de año si es que el fútbol retorna en agosto, setiembre, octubre o cuándo sea, pero en este 2020. Y una alternativa es la de jugar un torneo de transición absolutamente intrascendente, en el que apenas se luchará por el título de campeón para conseguir un lugar en la Libertadores 2021. Sin promedios, sin aspiración de copas, eliminado de la Copa Argentina y esperando el desenvolvimiento internacional para ver qué le depara la continuidad de la Sudamericana, esto último, intentar la continuidad en el torneo continental sería lo único apetecible que le quedaría a Unión en un hipotético retorno a la actividad en los próximos meses.

Bajo esta perspectiva, la chance de optar por un plan “B”, “C” o como se lo quiera llamar, no está fuera de lugar. Para ser más claros: Unión tenía un entrenador indiscutido como Madelón, bien pago, jerarquizado bajo ese aspecto por todo lo que le dio al club. Se cae de maduro que, salvo que sea alguien descollante, Unión no va a contar con el mismo presupuesto para el que llegue a reemplazarlo. Pero también es cierto que, por más que se baje considerablemente el monto, puede alcanzar tranquilamente para traer a un DT con chapa y trayectoria.

La elección de Rondina había apuntado a aprovechar a alguien con buen presente, agrandado por las circunstancias. Venía de ascender a Arsenal, de tener el equipo con mayor cantidad de goles a favor de la Superliga detrás de River, de sumar 34 puntos y de quedar a un pasito de meterlo en la Sudamericana. Suponía, el ofrecimiento de Unión, un salto de calidad para Rondina. Optó por quedarse en Arsenal, muy posiblemente aprovechando el interés tatengue para conseguir un mejor rédito en su gestión con el club que dirige. No está mal. Lo hacen todos. Y en Unión sabían que la prioridad la tenía Arsenal para renovar. Pero Rondina le dijo que no, como antes también le dijeron que no otros entrenadores y por diversas razones.

Entonces, Unión viene de perder potencial en la conformación de su plantel, de gastar una buena parte de lo que entró por la venta de casi todo un plantel y ahora se encuentra en esta coyuntura: una actividad parada, una reanudación incierta y un panorama en el que todo el esfuerzo parece apuntar a llegar lo más lejos posible en la Sudamericana.

Para algunos, no hay que escatimar esfuerzos y apuntar lo más alto que se pueda con el entrenador. Admiten que el lugar dejado por Madelón es muy grande y debe llenarse con alguien que tenga suficientes pergaminos. Para otros, la misma coyuntura permite darse un “lujo” impensado para estos tiempos: probar una alternativa casera sabiendo que serán meses sin riesgo deportivo, al menos hasta fin de año.

Sería bueno saber si ese ahorro considerable que Unión haría en el caso, por ejemplo, de traer a Eduardo Magnín o a Claudio Gugnali o dejar alguien “de la casa”, se compensaría haciendo el esfuerzo de dejar a algunos jugadores que al menos podrían mantener un nivel futbolístico decaido. Que sigan Moyano, Bottinelli, Mazzola, Milo, es una cosa. Lo propio podría decirse de Elías, quizás en un segundo plano. Y no lo nombro a Bou, porque comprarlo sale 4 millones de dólares y mantenerlo depende del humor del jugador (que ya anduvo desparramando a los cuatro vientos que desea una revancha en Boca) y del propio Boca, que lo tiene disponible si quieren el retorno.

Mientras tanto, la encuesta de El Litoral es contundente: sobre casi 1.000 votos, la tendencia es absolutamente favorable para “Renoleta”. Tiene un 86 por ciento de aceptación en la gente. A sabiendas de lo volátil que suele ser el hincha, dependiente al extremo de los resultados, no habría una presión máxima ni una exigencia desmedida en todo este tiempo. Resulta suficiente como para pensar en un plan casero, que a veces termina siendo “salvador” (no olvidarse de que Unión llegó a Primera gracias a Trullet y Kudelka, o que “resucitó” a Madelón de la mano de una “patriada” de Marcelo Martín en proponer su regreso al club cuando venía de algunas experiencias negativas).

En fútbol nadie asegura nada. Es una realidad. Pero hay que analizar el contexto. No se trata de caer en el simplismo. Unión tiene y debe pensar en grande, es cierto. Pero se quiso dar un salto de calidad y la realidad le dio una cachetada. Se desarmó un equipo, se quiso armar otro y el resultado fue negativo. Unión no avanzó en el último año y lo único que consiguió fue superar una etapa de Copa Sudamericana y ganar una suma en dólares que le está costando cobrar por la cantidad de jugadores que transfirió en un mercado local deprimido. Perdió su bandera insignia (Madelón) y ahora afronta una temporada atípica e incierta. Con todos estos elementos de juicio, los dirigentes tendrán que decidir.

Cualquier nombre que se quiera comparar con Madelón, va a ser complicado. Y a esto lo digo empezando por el propio Rondina. Si la idea es cubrir el gran vacío que dejó Leo con un nombre, hay que pensar en figuras cuya posibilidad de llegada a Unión son altamente insospechadas y en muchos casos imposible. Zielinski podía ser una opción, Alfaro otra. ¿Hay chances?, ninguna. ¿Entonces?, “jugarse” con alguien de cierto recorrido y chapa o “jugarse” con alguien conocido y de la casa. La experiencia del “medio” por la que alguna vez se optó salió mal: Pablo Marini. Una cuarta opción sería la de apostar a un “tapado”, de esos que generalmente llegan con buenas referencias de alguien que lo recomienda. Esta última no deja de ser, también, una lotería que podría acarrear un gran beneficio si sale bien o un altísimo costo si sale mal, mucho más para un presidente que no se destaca por volar alto en sus pretensiones deportivas.

“Deseo volver a Unión”

Mauro Pittón, jugador que milita en Vélez y hombre surgido de Unión, dialogó en TNT Sports sobre su pasado en el Tatengue y elogió al defensor Jontahan Bottinelli como modelo a seguir en el fútbol y de su relación con Leo Madelón.
Mauro resaltó que con muchos jugadores de Unión siguen en contacto y tienen un grupo que hablan seguido, en ese sentido agregó que Botinelli los hizo crecer mucho: “La manera de entrenar y de cuidarse de él era el camino. Hoy uno está agradecido con esas personas como Boti y otras personas en Unión con los que compartimos muchos años”, explicó. El joven futbolista habló de su relación con Madelón: “Leo nos guió mucho. Fue importante en los primeros pasos en Primera. El nos ayudó a sobrellevar los momentos cuando las cosas no salían o uno pierde confianza. Nos respaldó dentro de la cancha para seguir creciendo. Agradecido con Leo, porque además compartimos como cuatro años y él encontró la manera de sacar lo mejor de nosotros”, remarcó.
Por último, dejó abierta la posibilidad de la vuelta: “Obvio que tengo mucho cariño por el club. Soy de la ciudad y tengo un sentido de pertenencia importante. Desde afuera sigo al equipo, Miro los partidos y hablo con los compañeros. En el futuro deseo volver”, sentenció.

Campeón de todo - El inolvidable ‘86 de Nery

Este 25 de mayo es el cumpleaños de River y el año más destacado que tuvo el club fue 1986, con el arco muy bien custodiado por un arquero surgido de las inferiores de Unión: Nery Alberto Pumpido. Ese año, Pumpido, Ruggeri y el Negro Enrique fueron campeones del torneo local (85-86), ganaron la copa del mundo, la Libertadores con River y la intercontinental en Japón. En la foto, Nery, el “Búfalo” Funes y Roque Alfaro con la copa del mundo lograda en Japón ante el Steaua de Bucarest. En ese equipo de River estaba el “Pelado” Centurión, otro jugador surgido de las canteras rojiblancas. Fue el goleador de la Libertadores de ese año hasta que fue suspendido.

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