El parqué de la Bolsa de Nueva York reabre para ratificar la eficiencia de la mano humana
by Jose Luis de HaroTras haber sucumbido a la pandemia y registrado multitud de contagios dentro de sus instalaciones, la New York Stock Exchange (NYSE) reabre el martes su mítico parqué después de haber cerrado completamente su acceso a los operadores el pasado 23 de marzo.
Un regreso más bien simbólico, donde el número de personas será extremadamente reducido, las mascarillas serán obligatorias, el saludo de manos estará prohibido y todos y cada uno de los que accedan al edificio tendrán que firmar una exención donde asumen los riesgos de su vuelta al tiempo que blindan al Intercontinental Exchange, la matriz de la bolsa neoyorquina, de cualquier demanda por contagio de COVID-19.
"Brokers como Meridian Equity Partners han reducido proporcionalmente su presencia", explica Jonathan Corpina, uno de los seis miembros de su equipo que formarán parte de la primera fase de este regreso. Antes del azote del coronavirus, Corpina contaba con la ayuda de al menos otros 14 compañeros. "Estamos muy contentos y seguimos planeando cómo vamos a ayudar a todos nuestros clientes con un grupo tan reducido en el parqué", añade.
El retorno dejará fuera a los conocidos como market makers o creadores de mercado, normalmente grandes bancos o instituciones que garantizan que haya liquidez, es decir, el suficiente volumen de negociación para que las transacciones se puedan realizar sin problemas. Estos han operado de forma completamente electrónica durante la pandemia y seguirán haciéndolo sin problemas hasta que el NYSE decida que puedan regresar físicamente. La prensa tampoco podrá acceder al recinto situado en la esquina de las calles Wall y Broad.
Por el contrario, buena parte de los agentes de bolsa en el parqué, que realizan operaciones en nombre de clientes como bancos y gestores de activos, tienen menos de 20 empleados y no han podido generar ingresos durante los últimos dos meses, dado que la regulación no les permite el acceso remoto a ciertas operaciones. De hecho algunas de estas compañías se han tenido que acoger al Programa de Protección de Nóminas aprobado como parte del estímulo activado a finales de marzo por el Congreso.
"Muchas de las cosas a las que tenemos acceso en el parqué como agentes de bolsa, no están disponible en remoto y no deberían estarlo nunca, es por ello que se ha intentado encontrar una manera segura de volver. Muchos como yo no hemos podido operar y obtener ingresos durante estos dos meses", señala Peter Tuchman, de Quattro Securities.
Sin embargo, las operaciones completamente electrónicas desde finales de marzo no han registrado problemas técnicos importantes en medio de volúmenes récord. Un estudio académico elaborado por la Universidad de Nueva York y la Universidad de Illinois citado por el Wall Street Journal considera que los cierres de la sesión se han llevado a cabo de forma más ordenada desde que desapareció la mano humana.
Según su conclusión, la brecha entre los precios indicativos que se ofrecen cinco minutos antes del cierre y los precios de cierre reales se han reducido en aproximadamente un 1%. Es importante tener en cuenta que los minutos antes del cierre de la negociación siguen siendo un periodo clave, donde la presencia física de los operadores en el parqué es esencial para muchos. De hecho es cuando los grandes bancos realizan alrededor del 7% de sus operaciones.
"El cierre del mercado definitivamente no es igual cuando se involucra el elemento humano porque es cuando muchos de nosotros operamos", defiende Tuchman quien compara la situación actual con un avión que vuela en automático pero sin un piloto a bordo. "Estamos viendo movimientos volátiles salvajes. No tenemos la transparencia que ofrece el elemento humano en ese punto de ejecución, donde puedes ver dónde se alinean todos los compradores y vendedores", añade para defender su papel.
La propia presidenta del NYSE, Stacey Cunningham, confirma al ser preguntada sobre si las operaciones de compra y venta son menos eficientes sin la presencia humana en el parqué que así es. Y además pone una cifra concreta, alrededor de 15 millones de dólares diarios.
Aún así, si bien el parqué y sus traders distinguen al NYSE de otros competidores como el Nasdaq, su cierre durante dos meses no ha llevado a una caída significativa en la participación de mercado, según un análisis publicado por la Asociación de Mercados Financieros e Industriales. "Solo el tiempo dirá si los inversores sienten la diferencia en la ejecución de sus operaciones con o sin la interacción humana", manifiesta este estudio.
Otros veteranos del parqué, como es el caso de Alan Valdes, de SilverBear Capital, consideran que la reapertura es "un poco prematura" dada la cultura de cercanía que caracteriza a los operadores. "No se si volveré inmediatamente", reconoce, dado que en su caso ha continuado su actividad de forma electrónica desde Miami, Florida. "Veré cómo evoluciona, pero seguramente me quedaré aquí hasta que acabe el verano", confiesa.