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Ovnis: ¿justo ahora?

OPINIÓN | No parece éste el mejor momento para que EEUU haya desclasificado documentos sobre "platos voladores". Frente a una catástrofe sanitaria mundial, la decisión se presta a toda clase de interpretaciones.

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El misterio es algo con lo que trabajan los que supuestamente “ven mas allá” de lo normal: mentalistas, psíquicos, magos, adivinadores de toda laya, brujos o chantas. Pero a veces, los políticos hacen cosas de un misterio insondable. O sea, para que no las entienda nadie.

Justo en pleno desarrollo de la pandemia, el Pentágono (o sea: Trump) liberó a la prensa videos que muestran, según los científicos, ”fenómenos aéreos inexplicables”.

Los videos muestran objetos que se desplazan en el cielo y son perseguidos por aviones de guerra cuyos pilotos demuestran claramente su estupor y llegan a invocar a Dios desconcertados frente a esas extrañas presencia en los cielos.

El Pentágono confirmó que se trataba de OVNIS y que autorizaba la publicación para que no hubiera doble interpretación. Es cierto que las imágenes se habían filtrado a la prensa y fueron utilizadas, entre otras cosas, para dar vuelo a varias teorías sobre la existencia de vida extraterrestre.

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Pero no parece éste el mejor momento, dado que frente a una catástrofe sanitaria mundial la decisión del gobierno de Trump se presta a toda clase de interpretaciones. Asi que inmediatamente, salió el ministro de Defensa de Japón, el señor Kono Taro, a informar que su país ya está trabajando en un protocolo contra una supuesta invasión alienígena, para lo cual hizo alistar 200 aviones F15 de la Fuerza Aérea que están pidiendo pista para la represalia. Si lo de Estados Unidos fue raro, lo de Japón parece más raro todavía.

Para los incrédulos, la exagerada difusión de los avistamientos se debe al fenómeno de las redes sociales. Pero agreguemos algo para aportar a la confusión general: ante lo desconocido, lo normal es asustarse. Dicen eso. ¿Acaso no nacemos, abrimos los ojos y empezamos a llorar…? Miedo. Misterio.

Los vecinos ven luces que realizan los movimientos errantes a grandísima velocidad -en los cielos argentinos, italianos y chinos, da lo mismo-. La ciencia puede explicar eso: dicen que no hay industrias, no hay smog, los cielos son más límpidos. Aún así, es un misterio el origen del virus: la guerra biológica viene llenando espacios desde 1990, por lo menos, y muchos estudiosos dudan si este tenebroso enemigo invisible no se escapó de un laboratorio chino.

Pero, a enumerar: flotilla de ovnis en México, plato volador en Colombia, extraño objeto surca la noche de Texas, inexplicables juegos de luces sobre la mágica Río de Janeiro. La pandemia se extiende sobre cosas que no entendemos.

Y aparecen millonarios, como el dueño de los autos eléctricos Tesla que envía satélites al espacio y lo señalan como responsable de las luces. Y otro norteamericano, como Davis Wilcox, que die que todas estas apariciones son obra de los Iluminati, esa cofradía religiosa de la Edad Media que pervive en nuestros tiempos y habría liberado el demonio del coronavirus.

Y en la Argentina pegó tan fuerte la alerta amarilla que una cofradía de los denominados platillistas, nucleados en la Comisión de Estudios del Fenómeno Ovni República Argentina (CEFORA) le pidió a la ministra de Seguridad Sabina Frederic, que la Policía Federal muestre secretos que supuestamente tiene escondidos.

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Ellos piden, con carácter de urgente, “información escrita, audio, video o fotográfica de material, guarda, de todo lo vinculado a Fenómenos Aéreos Anómalos, Ovni, UFO, plato volador, Objeto Volador No Identificado, Fenómeno Aeroespacial, Fenómeno Aéreo Inusual" y algunas cosas más, todas vinculadas a supuestos archivos con los que contaría la Argentina de fenómenos ajenos a nuestro entendimiento.

La verdad, no parece la Argentina tener muchos secretos sobre ovnis fuera de los misterios del Cerro Uritorco y su feria alienígena o Las Ovejas, el pueblo neuquino donde hasta tienen un mirador para ver platillos en un cañadón, o el Museo del Ovni en Victoria, Entre Rios.

Pero la verdad, es que la pandemia se presta también a muchas especulaciones donde a veces estamos ahí de dar crédito a lo paranormal, en la medida que un médico de la Organización Mundial de la Salud dice que esto no tiene final y otro, una eminencia, en Francia, salta al rato y dice que en dos meses está la vacuna.

Y además, está siempre latente la teoría de que el arte de la política consiste en buscarse un enemigo. La guerra comercial entre EE.UU. y China es telón de fondo de la pandemia también.

Pero como se viven momentos de extrema ansiedad social, todo puede ser: hay gente que sostiene que la Tierra es plana y otros que no creen que el hombre llegó a la Luna. Son capaces de jurar sobre los Evangelios defendiendo sus posturas.

Allá ellos. Por eso, ha resurgido el fenómeno ovni, como en los años 50, cuando la Guerra Fria desató una lucha que tuvo al cosmos como protagonista y que produjo un cine inolvidable, como aquella película “El dia que paralizaron la Tierra”. En este caso, también puede tener el aspecto de un marcianito como los que encontraron en Roswell, en la misteriosa Área 51 del desierto de Estados Unidos. Eso s que es la Biblia de los misterios….

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Bueno, modestamente, en La Plata, dicen que hay un Área 72, que son diez cuadras a lo largo de la calle con ese número donde dicen que ocurren fenómenos inexplicables. Precisamente allí, tomaron imágenes nocturnas de ese aterrador sonido que provenía del cielo, que parecía el rugido de un dinosaurio, o algo así. De la nada, el cielo puesto a rugir.

La ciencia corrió lo más rápido que pudo para aclarar que ese ruido celeste se explica como una forma de sismo celeste, un cielomoto, que tiene que ver con el choque de aires frío y caliente.

El ruido estelar está en todas partes del globo y se une a esta serie de sucesos raros. Porque así como hay quienes creen a rajatabla en la ciencia, los atentos y frecuentes lectores de la Biblia creen que son las trompetas que anuncian el Apocalipsis porque así está escrito.

Pero el Pentágono puso en juego a este protagonista –los ovnis del pasado, las cosas paranormales- sin rostro, inmaterial, invisible… o casi. Porque los dibujos y las fotos nos muestran cosas que parecen de otro mundo. Los ovnis tenían sentido durante la guerra fría. Era como un juego entre norteamericanos y rusos para meter miedo y estar alertas en un mundo inestable.

Los que ejercitan el mundo del misterio en nuestra mente, los poderosos, te dan algunas pistas y luego te confunden. Y ahora, lo desconocido es el virus. Hay quienes juegan con nuestro miedo, es lícito pensar eso. Uno tiende a pensar que cuando todo se normalice dejaremos de ver ovnis y de pensar en estas cosas inexplicables.

Puede ser si aquel mundo que conocimos sigue siendo el mismo…

Resumiendo: por ahora, tal como estamos digo, con el mundo así, medio patas para arriba, créase o no, ¡los platos voladores volvieron!

Por Mario Markic.