Malos hábitos más frecuentes que adquirimos frente al teclado
by Ana Alejandra RomeroPrácticamente todos nosotros podemos tener malos hábitos frente al teclado a la hora de sentarnos en nuestro escritorio a trabajar que aunque no lo sepamos pueden estar perjudicándonos de alguna manera. No necesariamente han de ser cosas relacionadas con nuestro comportamiento o postura, sino que también puede tener que ver con nuestro entorno, silla o la propia mesa. ¿Queréis comprobar si cumplís con las recomendaciones? Vamos a ello.
Índice de contenidos
Consejos básicos
Los malos hábitos a la hora de sentarnos frente al teclado suelen comenzar por nuestro entorno inmediato, tomando aquí de referencia los dos grandes complementos que acompañan a todo ordenador de sobremesa: mesa y silla. Aunque no lo parezca, las características de ambas son bastante relevantes a la hora de mantener una buena postura y evitar molestias de cuello, espalda e incluso dolores de cabeza. La relación entre silla y mesa es básica a la hora de gestionar nuestro espacio de trabajo. Sin importar cuál sea nuestra estatura es conveniente tener en cuenta qué nociones debemos intentar mantener. Ciñéndonos estrictamente a los principios para mantener una postura ideal, debemos:
- Mantener el cuello recto.
- Un respaldo cómodo que se adapte a nuestra postura y no sea excesivamente blando para mantenernos rectos.
- Brazos perpendiculares a la mesa regulando la altura del asiento.
- Antebrazos paralelos a nuestra mesa.
- Monitor a un brazo de distancia siempre que sea posible.
- Pantalla a altura de los ojos (2/3 mínimo).
- Un asiento no excesivamente profundo que permita un cierto espacio entre este y las rodillas.
- Reposa pies plano si estos no llegan al suelo.
La silla
Evidentemente para aquellos que trabajéis en oficina puede que tengáis que apañaros con la que tengáis, pero la silla de escritorio perfecta suele girar entorno a cuatro fundamentos: apoyo lumbar, cervical, reposa brazos y ángulo.
- Apoyo lumbar: de todos ellos probablemente sea el más relevante a la hora de mantenernos derechos sin hacer un esfuerzo consciente. Los modelos más cuidados suelen disponer de un regulador de altura para situar el cojín en la posición que más nos convenga.
- Apoyo cervical está muy recomendado para aquellas personas con problemas de cuello dado que ofrece un descanso adicional. El hábito de mantener la base de la cabeza contra el cojín también evitará a su vez que nos echemos hacia delante curvando la espalda.
- Reposabrazos: no son imprescindibles para muchas personas dado que a menudo chocan con el escritorio, aunque en algunos casos permiten apoyar los codos en ellos si escribimos con el teclado muy cerca de nuestro cuerpo (al borde de la mesa).
- Ángulo del asiento: en general podemos encontrar sillas con un respaldo de entre 90º y 100º. Ambos formatos son correctos y además suelen disponer de inclinación en el caso de las sillas de ruedas de oficinas en general. Si tenéis problemas de espalda y buscáis sobre todo mucho apoyo os recomendaríamos optar por modelos de 90º. La diferencia puede parecer mínima pero hacednos caso, esos diez grados os mantendrán mucho más firmes.
Detalles menores pueden encontrarse en la calidad del acolchado de la silla (espuma viscoelástica, red, esponja…) y cómo de transpirables sean sus materiales (tela o polipiel). Por norma general se suele recomendar la tela para entornos calurosos dado que disipa mejor el calor aunque también tiende a ser más difícil de limpiar que la polipiel. Si me preguntáis a mí yo personalmente prefiero esta última por su suavidad, pero es una cuestión de gustos personales más que de una ventaja en sí.
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La mesa
El segundo gran referente del día y no menos importante que la silla. Una buena mesa de trabajo es esencial ya no solo por cuestiones de postura sino por nuestra propia comodidad y organización del día a día. De media una mesa convencional se suele elevar unos 70cm del suelo, siendo lo ideal que justo debajo de su superficie y en la zona donde se encuentran nuestras piernas no haya presencia de cajones o segundas bandejas.
Sobre su ancho este puede variar. En este sentido es conveniente recordar que la pantalla de nuestro ordenador (en caso de que utilicemos un monitor) debe quedar a una distancia de nuestro cuerpo que podamos tocar con nuestros dedos al alcanzar el brazo. Generalmente esto suele indicar una profundidad de unos 55 o 60cm, lo cual sería un buen punto de partida. Contar con una peana de elevación para el monitor o descansapiés son también grandes ventajas para nuestro cuello y piernas por igual.
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Postura frente al teclado
Esta cuestión la hemos tratado más de una vez en artículos anteriores referentes a hábitos de mecanografía. Básicamente las nociones que debemos mantener presentes es que la sección del teclado alfanumérica debe estar centrada respecto a nuestras manos, desplazando el teclado ligeramente hacia la derecha para evitar (de tenerlo) el teclado numérico. Nuestras manos a su vez deben estar alineadas con la postura de nuestros antebrazos, sin ofrecer giro hacia fuera o interno.
Malos hábitos frente al teclado más comunes
Vistas las cosas buenas, tocan las malas. Muchas las hacemos sin darnos cuenta o en situaciones extraordinarias, pero nunca está de más tenerlas presentes para poder evitarlas siempre que podamos. Ya se sabe: “A grandes males, grandes remedios”.
- Permanecer sentado demasiado tiempo: normalmente se recomienda levantarse cada dos horas, algo muy parecido a viajar en coche. Ir a por un vaso de agua o estirarse es lo más recomendable para trabajos de oficina.
- Mantener la vista fija en la pantalla: además de emitir luz, nuestros ojos se acostumbra a mantenerse enfocados durante largos periodos de tiempo en una distancia concreta, por lo que desviar la vista hacia una ventana o zona alejada ayuda a reducir la tensión en nuestras corneas al cambiar la profundidad de campo.
- Baja iluminación del ambiente: generalmente es recomendable que nuestra pantalla no sea la mayor fuente de luz de nuestro entorno, mucho menos la única.
- Monitor con un alto brillo o contraste: este es un problema sutil que puede ser causa subyacente de ojos irritados o cefaleas. En estos casos es conveniente tratar de que la luminosidad de la pantalla no sea muy superior a la luz de nuestro entorno tanto cambiando sus parámetros como calibrándola si es necesario.
- Monitor a altura incorrecta: se recomienda que la parte superior de nuestro monitor quede a la altura de nuestros ojos sin que debamos inclinar la cabeza hacia abajo. Desafortunadamente no es común en los modelos estándar de oficina disponer de altura regulable, por lo que una base sobre la que elevarlo es una excelente opción con la que prevenir dolores de cuello. Con que nuestros ojos se eleven por encima de los 2/3 de la pantalla es suficiente.
- Descuidar la postura: inclinarse hacia delante, echarse hacia atrás o escribir con el teclado al borde de la mesa son fórmulas perfectas para dolores de espalda a largo plazo. Si estáis incómodos por cualquier causa, ya sea la silla o largos periodos de tiempo sentados de nuevo levantarse y estirarse un poco es la mejor opción.
- Comer frente al teclado: nuestra mente necesita descanso aunque sea durante un breve periodo de tiempo para diversificar las tareas en las que se mantiene ocupada. No tomarse un respiro cuando toca obligándonos a comer (almuerzo o desayuno) frente al ordenador no sólo puede conllevar ensuciar nuestro espacio de trabajo sino que a la larga aumenta nuestro estrés y reduce la productividad.
- Falta de hidratación: esto puede contrastar un poco con el punto anterior, pero beber líquidos (especialmente agua) es uno de los factores más importantes con los que cuidarnos en el día a día.
Conclusiones sobre los malos hábitos
Adoptar buenos hábitos a la hora de trabajar en un escritorio, especialmente si pasamos muchas horas delante de uno, es esencial para nuestra salud y bienestar. Vigilar tanto nuestra postura en el asiento, teclado y espacio de trabajo son las claves para evitar molestias e igual de importantes que tomarse un descanso periódico para estirar las piernas o relajar los músculos de la espalda.
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Esperamos que la miniguía de hoy os haya sido de utilidad a la mayoría de vosotros. Si creéis que hay algún aspecto que podamos habernos dejado en el tintero recordad que siempre podéis escribirnos en los comentarios, seguro que puede ser de ayuda a algún que otro lector.