Desarrollan una aplicación segura para ayudar a detectar casos de Covid-19
Investigadores de la UNC trabajan en un software para ayudar al rastreo de contactos de personas infectadas. Utilizará señales de GPS, Bluetooth y otras pero sin identificar a las personas ni exponer sus datos.
by Lucas VianoEl rastreo de contactos es una herramienta epidemiológica clave para prevenir la propagación de un patógeno como en nuevo coronavirus.
En Córdoba y en el resto del país se realiza de manera manual, con un equipo de personas preguntando a los casos positivos qué es lo que hicieron y con quién estuvieron durante los días en los que pudo haber contagiado a otras personas.
Otros países están utilizando los teléfonos para realizar el rastreo de contactos del virus. En lugar de preguntarles a las personas, se le pregunta a sus celulares.
Pero esta metodología está recibiendo críticas porque en algunos casos vulnera el derecho a la privacidad de las personas y porque a veces no es lo suficientemente efectiva como se piensa.
Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) está desarrollando una aplicación que buscará zanjar estos dos problemas.
El trabajo es coordinado por el Laboratorio de Comunicaciones Digitales de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la UNC y recibió un importante subsidio del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
Se trata del primer proyecto de este tipo surgido de una institución argentina. Y, a diferencia de las soluciones que ofrecen otras empresas internacionales, primero pasará por un periodo de experimentación.
“Es un tema relevante para el que tenemos que tener una solución local, no podemos comprar una solución cerrada de afuera”, asegura Jorge Finochietto, director del proyecto.
El ingeniero explica que, más allá de crear un software, el proceso permitirá contar con herramientas para evaluar las alternativas que ya hay en el mercado por si el estado decide adoptar alguna.
Tipos de señales
Algunos de estos software utilizan las señales de GPS. “Dentro de edificios se pierde exactitud. Y es fundamental precisar el contacto en ambientes cerrados donde el contagio es más probable”, explica Finochietto.
La otra tecnología usada es Bluetooth. Se trata de una señal de corto alcance que permite conectar dos dispositivos que están a unos metros de distancia. “Tampoco nos da garantía de que hayan estado en el mismo ambiente”, advierte.
Por eso, el desarrollo local intentará combinar esta señales, otras como la de Wifi y datos de sensores que tiene un teléfono celular (como el que mide la intensidad de la luz) con el objetivo de resolver ambigüedades. “Nos va a ayudar a reducir los falsos positivos”, ejemplifica.
Privacidad
La aplicación podrá instalarse en el celular. “Quedará a criterio del Estado si es una obligación o algo voluntario, aunque tenerla puede tener alguna ventaja”, explica el ingeniero.
Y esa ventaja es que el usuario podrá conocer si en algún momento estuvo en contacto con un caso positivo, aunque nunca sabrá quién es como medida para resguardar la privacidad.
En cualquier caso, la información de cada usuario solo se almacenará en su teléfono, no se subirá a la nube ni a ningún servidor del estado.
Las autoridades solo pedirán los datos a una persona, si se confirma que es positivo a Covid-19, igual que ocurre ahora. Y solo esa información es la que el estado pondrá a disposición de la sociedad, aunque sin revelar las identidades.
“Alguien que nunca entró en contacto con un caso de Covid-19, nunca revelará su información”, asegura.
Prototipos y pruebas
El equipo ya tiene el primer prototipo para Android. “Durante un mes empezaremos con un experimento para determinar si la herramienta detecta bien un contacto, sobre todo en ambientes cerrados”, detalla Finochietto.
El proyecto tiene un plazo de un año, por lo que en ese tiempo espera poder contar con un software probado.
El ingeniero asegura que están buscando una empresa tecnológica cordobesa como socio para escribir el código de la aplicación. “La realidad es que las empresas son mejores programando que nosotros”, reconoce.
En el proyecto trabajan unas 25 personas y es realizado en el Laboratorio de Comunicaciones Digitales (LCD) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNC, pero participan investigadores de Ciencias Médicas y de Famaf.
La idea es que sea un software libre y de código abierto que podrá estar a disposición de los estados, pero que además podría aplicar en sectores puntuales como una empresa.