Australia en marzo prendió la mecha que explotó en un Mónaco a finales de mayo

Alonso-Hamilton: la curva que lo cambió todo

by
https://e00-marca.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2020/05/25/15904169609699.jpg
La primera rueda de prensa juntos de Alonso y Hamilton en Australia 2007

"Qué puedo decir, he liderado la carrera en mi debut, alcanzo el podio y... no sé que ha pasado en la segunda parada... pero estoy muy feliz". Así valoró Lewis Hamilton su primera carrera en McLaren junto a Fernando Alonso en Australia 2007, a mediados de marzo. Le adelantó en la salida, por fuera (Alonso salía segundo, Lewis cuarto) y fue tal el clamor en el equipo que el mánager del español, sorprendido, y los suyos, se fueron a ver la carrera a Renault. Se veían venir la temporada en el primer minuto de la primera carrera. Y un par de meses después, en un Mónaco a finales de mayo, explotó.

Australia fue la carrera clave en la que Hamilton se pudo comparar en realidad con Alonso y el resto de grandes. Hasta allí llegó con nueve días de test en un F1, el título de la GP2 bajo el brazo, un fichaje anunciado en noviembre de 2006 para sorpresa de todos (Pedro era el favorito) y un brutal accidente en los test de pretemporada en Cheste en los que aplastó el MP4-22. Pero donde ya había marcado un par de días mejores tiempos que Fernando. Quedaba la prueba con fuego real.

En Melbourne Alonso llegaba con rey indiscutible del cotarro, doble campeón en título y 'destronador' de Michael Schumacher. McLaren era el centro del universo, plagado de patrocinadores, como Vodafone y Santander, con una presentación en Valencia como no se recuerda otra (a los asombrados periodistas les cayó de regalo un teléfono móvil como no habían visto), con el mejor a bordo y la mayor estrella británica en ciernes a su lado en la que McLaren y Mercedes habían invertido 1.5 millones.

https://e00-marca.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2020/05/25/15904169623944.jpg

Fernando tenía más experiencia pese al cambio a neumáticos Bridgestone. Lewis quería aprovechar que las sesiones libres se ampliaban de 60 a 90 minutos y pese a que se podían usar varios pilotos, él solo quería rodar. Era uno de los siete circuitos que no conocía de otras categorías y lo había fundido en los simuladores de Woking en invierno.

Aquél viernes para los libres en el Albert Park Fernando llegó primero, a las 8.15 al circuito y ambos tuvieron su primera reunión con sus ingenieros. A las 10.06 se encendió el motor Mercedes del coche 2, calzado con gomas de agua y a las 10.08 el de Fernando. Al final de una sesión en la que el 1 rodó 23 vueltas y el 2 sólo 14, sólo seca al final la pista, Fernando marcó el mejor crono y aventajó en 1.6 segundos al debutante.

Pasta, ensalada y agua mineral para los dos antes del segundo libre esta vez con pista seca. Hamilton adelanta en medio segundo a Fernando tras una tanda de 10 vueltas. Al final el inglés es tercero entre sonrisas y Fernando séptimo con intensas explicaciones a sus ingenieros de lo que quiere para el día siguiente. Ni una palabra entre ellos hasta que ambos se marchan a las 18:34 del circuito a vestirse de Hugo Boss, Lewis para un acto de Mercedes en la planta 89 del Eureka Tower de 350 metros de alto donde responde preguntas de 150 invitados ("Estoy viviendo un gran momento", dice) y Fernando al Grand Prix Ball y luego a un acto de Tag Heuer. Ambos tienen libre para cenar a las 20.30.

https://e00-marca.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2020/05/25/15904176839795.jpg

Sábado, día de calificación. Lewis llega a las 8.09 y Fernando a las 8.15, reunión con ingenieros y nuevos actos con surfistas, estrellas del criket, VIPS de Vodafone, hasta que dan las 11 y en el tercer libre Hamilton vuelve a ser tercero y Fernando séptimo, aunque satisfechos con los cambios en el monoplaza. Comida: pollo con arroz y agua. En el box para la calificación, Fernando tiene el ceño fruncido y Lewis los cascos puestos, solo hablan con sus ingenieros. Q1, Lewis por delante de Alonso en la primera hora de la verdad para regocijo de la sala de prensa, con un 50% de personal de las Islas. Q2 con cambios en el alerón delantero de Fernando y mejora 1.3 segundos para marcar el mejor crono, con Lewis tercero. Q3, Alonso es segundo y supera a Hamilton en casi tres décimas. Media sonrisa en el español, abrazos de su padre a Hamilton y gestos de asentimiento de Dennis y Withmarsh con el novato. El trabajo duro de 13 años para llegar a la F1 acaba en segunda fila de parrilla en la primera carrera. "Como podéis ver, ningún piloto tiene un ápice de arrogancia", dice Dennis tras las tres o cuatro entrevistas, juntos y separados, de sus pilotos. A las 15.50 discuten con los ingenieros la estrategia de carrera (donde seguro no estaba lo que luego ocurrió) y a las 18.32 salen del circuito, Fernando con otro doble acto por delante, uno de Mercedes y otro de ExxonMobil.

El domingo, tras la reunión con los ingenieros de nuevo a las 9.30 llegaron más actos con patrocinadores, el 'drivers parade' con Lewis emocionado saludando como solo un debutante puede hacerlo, lejos de su imagen posterior. En la foto de todos los pilotos, al fin, los dos charlan con alguna sonrisa, y van directos a la carrera tras comer solo pasta (azucar e hidratos a cascoporro), sin postre y los 2 ó 3 litros habituales de líquido, que luego perderán en el coche.

https://e00-marca.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2020/05/25/15904169616584.jpg

Lo ocurrido entonces, ya es historia. Esa primera curva que fue una declaración de intenciones. Hamilton se colocó luego líder, y aguantó a Fernando, taponado en la salida por Heidfeld y sorprendido por la arrancada del inglés, que no se esperaba y por eso se mantuvo cauto tras el alemán. Lewis no se cortó un pelo y fue a por todas desde la primera curva sin respetar galones. El bicampeón tuvo que remar desde el minuto uno, alargó su segundo stint al cargar más gasolina, y pudo recuperar la segunda plaza en el último suspiro. Pero ese "no sé que ha pasado en esa segunda parada", de Lewis era una invitación a que los demás completaran la frase por él (algo que en 2007 haría la dominante prensa inglesa), que entonces pasó algo desapercibida pero que iba cargada de intención ya a las primeras de cambio.

"Ha sido una buena pelea", dijo Fernando, "parece que en Australia siempre me tengo que pelear con mi compañero, como me pasó con Fisichella en Renault, pero bueno", fue también el mensaje del campeón a su equipo. "Alonso lo va a pasar mal y va a tener en el rookie un gran rival", decían los comentaristas televisivos ingleses, emocionados ante lo que veían, enviados al trazado.

Y allí se fraguó todo. Hamilton olvidó de un día para otro las frases de pretemporada de "quiero aprender de Fernando, me fijo en él" y empezó a darse cuenta muy pronto que tenía el ritmo de un potencial campeón del mundo en el año de su debut, que enlazaba podio tras podio (hizo nueve seguidos, récord para un debutante) pero tras el gustazo inicial de verse en la pomada, algo que no se esperaba nadie, al final el que ganaba las carreras era el campeón español, en Malasia y en Mónaco.

En la tercera cita de Bahréin le superó en pista por primera vez y se colocó colíder del campeonato. "Él sonrió tímidamente. "¿Se me permite hacer eso?", cuenta el mecánico de McLaren Marc Priestley en su famoso libro "The Mechanic". Y llegó luego España donde volvió a quedar por delante de Alonso y salió lider de casa de su compañero y archirrival. "Hablaba por la radio de otra manera, más seguro, preguntaba de todo, y cuando acabó la carrera su equipo le miraba de otra manera, como a algo más que un número dos, cambió la dinámica dentro del equipo y los suyos empezaron a confiar en él".

Con cuatro carreras cogiendo temperatura, la cosa llegó a Montecarlo donde Lewis ya alzó la voz, perdiendo la humildad y timidez de hacía pocos meses (cuenta Priestley que Lewis lloraba de emoción cuando se veía en pantalla grande en algún acto de pretemporada) ... y todo se rompió.

https://e00-marca.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2020/05/25/15904173175626.jpg

Fue el punto oficial de ruptura en la relación Alonso-Hamilton, con la victoria de Fernando, el segundo de Lewis y sus quejas, las primeras públicas, de que el equipo no le dejó atacar al español. En la radio, Hamilton bramaba a su ingeniero, "soy más veloz, dejarme pasarle, estoy aquí para correr no para ser segundo", dijo cuando el equipo le pidió asegurar el 1-2 en Monaco, vital y apoteósico, con mucho miedo a un contacto entre ambos que arruinara todo. "¿Qué diablos está haciendo?, ¿le decís algo en la radio? esto es una locura", avisaba Alonso. Ron Dennis tuvo que intervenir ante la caza de Hamilton que estaba poniendo en riesgo la victoria y hasta la mecánica del coche. "Lewis, soy Ron, retrasa y asegura el 1-2, ¿entiendes el mensaje?", fue el mensaje de Dennis.

Pedro de la Rosa, probador del equipo en 2007, habló largamente de aquella carrera, en la que Fernando gestionó las ruedas, sabiendo que tenían el 1-2 asegurado, con problemas mecánicos, y la certeza de que el equipo, como cualquier otro, quería asegurar el doblete. De ahí su cabreo posterior.

"Alguien del equipo le dijo a Fernando que Lewis debería haber ganado, no directamente, pero sí sugerido, que Hamilton era más veloz que él", afirmó, algo que enfadó al piloto asturiano "porque podía haber ido dos segundos por vuelta más rápido". "No entendieron su trabajo", aseguró Pedro. La guerra, larvada en la primera curva de Australia, estaba declarada entre los dos, "y ahí empezamos a perder el campeonato, aunque, entonces, no lo sabíamos", remata Priestley.