¡Cortar la piel!
by Aura Lucía Mera¡In memoriam a mi hermana,
en su veinticuatro aniversario!
- ...“Cortar la piel y recoserla
Estirar los músculos
Cercenar las venas
Achinar los ojos, subir los senos
Ser una joven falsa, ¿me hará feliz?
- ...“¿Y quién hará la Cirugía plástica de mi alma?
¿De mi memoria?
¿De lo que mis ojos han visto?
De lo que mis labios han reído?
De lo que mi ser ha presenciado?
¿Con su existencia, en el tiempo?
- ...“Talvez la anestesia se extienda a los recuerdos
Y pueda adormecer la imagen de los amigos muertos
De los que sin haber llegado, a mitad de la lucha
sucumbieron.
De los que encallaron. De los que partieron.
- ...“¿Qué clase de cirugía me puede hacer desandar lo andado
Me hará feliz hacer de mi cuerpo una mentira
que no corresponde a mi alma
A lo gozado, a lo sufrido ?
- ...“No creo. Creo que la única cirugía plástica es el amor a la vida
A lo simple.
Al impudor de llevar con sencillez las marcas dejadas en el rostro
por las lágrimas de las batallas perdidas
Y en los labios la sonrisa burlona
de las batallas ganadas.
- ....“Y en el vientre, y en los senos
ese honor un poco flácido de haber gestado, de haber dado a luz
De haber hecho el amor con ganas o sin ganas
Creo. Sí. Firmemente creo
que la única cirugía plástica
¡Es el Amor!”.
María Cristina Mera
Obra Poética
Comparto este poema de mi hermana María Cristina, escrito en 1976, porque estoy de acuerdo. La única cirugía válida es la del alma. Reconocer y reparar errores. Trabajar rencores.
Aprender humildad. Despegarse del consumismo. Conectar con la naturaleza. Abrazar los árboles. Enviar besos a través de la luna a los que quisimos y ya no están.
Mirar la fugacidad de las estrellas cuando de vez en cuando nos regalan todo su fulgor.
Como decía el poeta Vicente Alexaindre, Agradecer la vida -¡“Ese relámpago entre dos oscuridades“!
***
Posdata. Leo que el confinamiento está produciendo en las mujeres algo que en Europa ya detectaron como ‘El efecto Zoom’ y los centro de estética se han convertido en un refugio mental para aquellas que se sienten inseguras de salir en la pantalla, ya sea para reuniones familiares, de amigos o de trabajo.
Un gran porcentaje siente complejo de que las vean arrugadas, con el cuello flácido, con ojeras o que les salga la nariz muy grande.
Gastan más tiempo maquillándose que preparando el tema a tratar y están todo el tiempo más pendientes de su aspecto personal que de la conversación.
“La nueva sonrisa está en la mirada” y la angustia les genera una prisa obsesiva para lograr una cita, así sea clandestina, para elevar las cejas, los pómulos, disimular la papada y borrar arruguitas. Las videollamadas de sorpresa rara vez se responden.
Tal vez se han olvidado que el Verdadero Yo no está en el Zoom.