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El puertorriqueño Ramón Cruz, presidente de la organización Sierra Club.

“Son muchos los paralelismos del cambio climático y la covid-19: negar la ciencia es algo nefasto”

La organización ecologista Sierra Club de EE UU elige como presidente a un latino por primera vez en los 128 años de su historia, el puertorriqueño Ramón Cruz

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Sierra Club es una de las organizaciones ambientales más antiguas y grandes de EE UU, y del mundo. Creada en 1892 por el naturalista John Muir, su historia está muy vinculada a la creación de los parques nacionales estadounidenses, y hoy asegura contar con 3,8 millones de miembros y simpatizantes. Por primera vez en 128 años, el nuevo presidente de Sierra Club que acaba de salir elegido es un latino: el puertorriqueño Ramón Cruz, de 44 años.

Pregunta. ¿Qué significa que Sierra Club tenga un presidente latino?

Respuesta. Dentro del Club es bien relevante. Esta es una de las organizaciones conservacionistas más antiguas de Estados Unidos y del mundo, y su origen tiene mucho que ver con la protección de parques nacionales. ¿Pero quiénes son las personas que pueden acceder a esos lugares? Por mucho tiempo eran las personas blancas acomodadas, aquellas con más poder adquisitivo. El Club ha evolucionado y nos damos cuenta de que no es suficiente con conservar la naturaleza si hay gente que no puede disfrutarla. Nuestra agenda va mucho más allá que preservar el medio ambiente, también entra en asuntos que tienen que ver con inmigración, equidad de género, derechos reproductivos… Y tampoco se puede quitar esto del contexto histórico en el que estamos, con un discurso racista, retrógrado, hacia los latinos y los inmigrantes de parte del presidente Trump. Es simbólico que una organización tan grande como Sierra Club haya escogido a un puertorriqueño para liderar.

P. Los latinos, con figuras también como la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, están tomando un papel muy activo en medio ambiente en EE UU. ¿Qué está pasando?

R. La comunidad latina está creciendo dentro de Estados Unidos. Creo firmemente que el futuro es femenino y habla español. Alexandria Ocasio-Cortez representa mucho ese futuro.

P. Hay estudios que muestran que los barrios con mayor contaminación en EE UU son principalmente de hispanos y afroamericanos. ¿Es esta la respuesta?

R. El movimiento de justicia ambiental, de justicia climática, lleva mucho tiempo diciéndolo: no es solamente proteger la atmósfera, sino también el aire que respiramos, la calidad del agua que bebemos… Ahora con la covid-19 se ha visto la injusticia que hay, pues afecta muchísimo más a los más pobres, a latinos y afroamericanos, a los grupos minoritarios con menor acceso a sistemas de salud pública.

P. ¿Puede hoy en día una organización ecologista preocuparse solo del medio ambiente?

R. No tiene sentido que en esta época hablemos de proteger el medio ambiente si no es para beneficio de todos, también para los grupos más vulnerables.

P. ¿Cuál es la lección de la pandemia de coronavirus?

R. Estamos en medio de una pandemia, tan afectados… Pero vemos la ineptitud del Gobierno federal, de la administración Trump, donde no hay la más mínima empatía hacia el sufrimiento que está habiendo. Están acusando a la OMS [Organización Mundial de la Salud] simplemente para tapar el desastre en Estados Unidos. Es un reto movilizar a la población para que vaya a votar en contra de Trump [en noviembre son las elecciones presidenciales].

P. ¿Estados Unidos está viviendo las consecuencias del desprecio de Trump a la ciencia?

R. No hay nadie que esté siempre preparado para algo así, es entendible, porque no es la norma. Pero los líderes políticos ceden el espacio a los líderes científicos. Es lo que hemos visto en otras partes, pero no en Estados Unidos. Trump con su tendencia egocéntrica quiere controlar el discurso cuando no tiene ni la menor idea de nada, se pone a recetar remedios médicos cuando no entiende nada del asunto.

P. ¿Es lo mismo que está ocurriendo en EE UU con el cambio climático?

R. Son muchos los paralelismos del cambio climático y la covid-19: negar la ciencia es algo nefasto. Los métodos de análisis de la ciencia son los que permiten crear las mejores respuestas posibles. Es alarmante el atropello a la ciencia del presidente Trump.

P. ¿Qué está pasando con el desmantelamiento de normas ambientales en EE UU por parte de la Casa Blanca?

R. Casi cada semana estamos tomando acciones legales contra alguna decisión de la administración Trump. Es bastante frustrante porque son demasiadas y a la vez. Se están amparando en estados de emergencia para hacer lo que les da la gana. Ha sido una constante en el Gobierno de Trump, pero ahora mismo, lo peor es el retroceso de las agencias reguladoras, de todas esas personas que deberían estar velando porque una industria contaminante cumpla las leyes y las regulaciones.

P. ¿Qué consecuencias tiene esto?

R. Estamos contra el reloj con el cambio climático y da mucha rabia tener que estar utilizando energías en otras cosas que se daban ya por sentadas. Dentro de Estados Unidos estamos yendo 50 años atrás, llevando luchas ambientales de hace 50 años, cuando se crea todo el marco regulatorio para proteger lo básico en medio ambiente. Personalmente, me da mucha rabia. Es tiempo que estamos perdiendo que podíamos haber invertido en atender el asunto del cambio climático, el peligro más grande en generaciones.

P. ¿No hay ahora mismo ninguna señal positiva en medio ambiente en EE UU?

R. Sí, por ejemplo, ellos han tratado de apostar nuevamente por la industria del carbón, pero el mercado ha pasado la página, muchísimas plantas de carbón han cerrado. Esta es una campaña muy grande que ha llevado Sierra Club y vamos por la mitad de las plantas de carbón que están cerrando, a pesar de la ayuda del Estado bajo la administración Trump.

P. Antes ha dicho que otra de las áreas en las que se debe trabajar hoy en día desde una organización ambiental es el de la inmigración.

R. Sí, estamos viendo ya migraciones por consecuencia del cambio climático. Hay una responsabilidad de los países con más recursos para atender estos efectos del cambio climático. Y si ponemos inmigración en el contexto de Estados Unidos, hoy viene acompañada de un discurso racista, excluyente, del que estamos totalmente en contra.

P. ¿Existe un racismo relacionado con el medio ambiente?

R. Sí, vemos todo el tiempo injusticias por un racismo ambiental. Ahora desmantelando las agencias reguladoras, más todavía. Los efectos van a ser en las poblaciones más vulnerables, que son las poblaciones de tez más oscura, las poblaciones afroamericanas y latinas. Sí, hay un racismo a nivel del sistema, que lleva arrastrándose desde décadas. Lo estamos viendo con la covid-19. Es algo que está ahí. Organizaciones como el Sierra Club, que muchas veces eran complacientes con un sistema que está repleto de inequidades, tenemos mucho que trabajar tanto externamente como internamente para poner la equidad y la justicia en el centro de todo lo que hagamos.