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Columna: Homilía. La ascensión del señor

Columna: Homilía. La ascensión del señor

En el Evangelio san Lucas ha narrado los acontecimientos y enseñanzas de Jesucristo, y en los Hechos continúa la vida de Jesús, pero Resucitado, vida que se actúa y continúa en la Iglesia.

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En el Evangelio san Lucas ha narrado los acontecimientos y enseñanzas de Jesucristo, y en los Hechos continúa la vida de Jesús, pero Resucitado, vida que se actúa y continúa en la Iglesia.

a) El prólogo (Lc 1, 1.2): es una síntesis del Evangelio en el que muestra cómo este segundo libro es una continuidad y obra única cuyo contenido es Jesucristo.

Se recuerda la elección de los discípulos realizada por el Señor en el Espíritu Santo. La frase final “fue llevado al cielo”; (Lc 24,51) pone final al gran itinerario de Jesús.

b) Los cuarenta días (Hech 1,3): La cifra de 40 es el símbolo numérico bíblico que representa el período de iniciación de la enseñanza del Señor resucitado, y junto con el tiempo de las apariciones que sirve para dar fundamento a la predicación y testimonio apostólico.

c) La promesa del Espíritu Santo (Hech 1,4-8): Por dos veces se nombra al Espíritu Santo en este texto, la primera vez en relación con el Bautismo, distinguiéndolo del de penitencia de san Juan Bautista. La segunda vez con la fuerza que les será infundida a los discípulos por el testimonio que deberán dar de Jesús.

La promesa del Espíritu se realizará pronto y en plenitud en la fiesta de Pentecostés para ser desde ese momento el gran protagonista de la Iglesia. El Espíritu es la presencia del Señor resucitado en la comunidad de los creyentes.

d) Ascensión de Jesús (Hech 1, 9-11): La forma como se describe la Ascensión del Señor es un estilo sobrio y esencial. Presente el elemento característico de las Teofonías, la nube que sustrae a Jesús de la vista de sus discípulos. El cuerpo glorioso de Jesús no pertenece más a esta tierra en donde reinan aún la muerte y la corrupción.

Con la elevación al cielo Jesús entra con su humanidad completa en posesión de la gloria divina que le es propia. En la Ascensión y el regreso de Jesús se realiza el tiempo del Espíritu y el tiempo de la Iglesia, tiempo en el que el Señor está muy activo en favor de los que creen en Él.

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La doble dimensión de la invocación del Espíritu y el testimonio manifiestan la esencia de la Iglesia, para anunciar el Reino de Dios hasta los confines de la tierra.

Segunda lectura: Ef 1, 17-23

El texto se encuentra al inicio de la carta, después de que el prólogo ha expresado el misterio de la salvación bajo la forma de himno de bendición, y viene la parte que hemos escuchado como plegaria de iluminación.

Inicia con esta plegaria del apóstol que se puede llamar oración de iluminación, en el sentido de penetración de la luz de la fe por la inteligencia del misterio central de la salvación.

Todo en esta plegaria tiende “al conocimiento”.

Está el tema de la gloria de Dios Padre, autor, causa, origen el tema de la sabiduría y de la Revelación, el tema de la iluminación y comprensión, y todos estos conceptos tienen como objeto la esperanza, la vocación la herencia de Dios, su potencia, eficacia y fuerza y este explicitarse salvífico del poder de Dios se sintetiza y se concentra en Cristo.

Así el misterio del Señor se expresa en sus aspectos de: muerte, resurrección y ascensión, sentado a la derecha del Padre y señorío universal.

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Se afirma además el primado de Cristo sobre todo lo creado y sobre la Iglesia, porque todo ha sido sometido a El, que es la cabeza de la misma.

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El tema es la contemplación de Cristo, cabeza de la Iglesia por su supremacía de influjo total y el tema de la Iglesia Cuerpo de Cristo están aquí unidos: Cabeza y Cuerpo, Cristo e Iglesia, forman el Cristo total.