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Antonio Bonet Correa, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando

Antonio Bonet Correa, referente en la Historia del Arte y de la defensa del Patrimonio

«También en la ciudad de Toledo»

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El mundo del arte, de la cultura en general y de todos los interesados por el paisaje de las ciudades nos sentimos profundamente apenados por la lamentable pérdida del académico y crítico de arte Dr. D. Antonio Bonet Correa a la edad de 94 años, una de las figuras de la historia del arte más importante de España. Toda la prensa nacional recoge la noticia de su fallecimiento acaecida este iernes en Madrid y da cuenta de su fructífera vida académica y profesional, de sus numerosos títulos, cargos y honores, como catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, presidente de honor del Comité Español de Historia del Arte, patrono de honor de la Fundación Amigos del Museo del Prado, director de la Real Academia de San Fernando entre 2009 y 2015, y desde entonces, director honorario de la misma.

Su labor como profesor de Historia del Arte ha dejado una huella muy profunda en todos los que han sido sus alumnos en las diferentes universidades y centros en los que impartió docencia y dirigió tesis doctorales, sus investigaciones en este campo han sido fundamentales, sobre todo en lo referente al conocimiento del Barroco español y americano, desde su tesis: «Arquitectura en Galicia en el siglo XVII». Su trabajo sobre la plaza mayor de Madrid es un referente obligado para todos los estudiosos del arte y de las ciudades, como lo es su manual, «Las claves del urbanismo», Madrid, editorial Ariel 1989, o «La Ciudad del Futuro», obra colectiva en la que actúo como editor, director y coautor con una aportación, «La ciudad ideal: realidad y utopía», Madrid, IE, 2009. Precisamente, fue este interés por las ciudades y el patrimonio, desde la historia del arte y la geografía, lo que facilitó nuestro conocimiento desde muchos años atrás y el que nos llevó a muchas conversaciones sobre temas relacionados con ellas y a algunas colaboraciones, entre ellas en la UNED.

Sin embargo, en un momento como éste, de dolor por la pérdida del profesor, del académico, del amigo, me parece obligado destacar también su compromiso con la sociedad en la defensa de los valores patrimoniales a lo largo de toda su trayectoria académica, así como su amor y compromiso con Toledo, lo que, paradójicamente y de manera casual, nos llevó de nuevo a coincidir en el acto de nuestro nombramiento como académicos correspondientes de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo el 1 de octubre de 2006, dirigida en aquel tiempo brillantemente por el Dr. D. Ramón Gonzálvez. Creo que la opinión pública de Toledo debe ser conocedora del importantísimo papel desempeñado personalmente por el Dr. Bonet Correa en la defensa de la Vega Baja. Sus opiniones y prestigio académico, reconocido por el presidente de la CCLM en aquel momento, Sr. Barreda, fueron determinantes para paralizar la actuación urbanística «Vega Baja I» en julio de 2006, tras las reiteradas y continuas presiones de entonces en el mismo sentido por parte de las instituciones culturales locales y nacionales, entre ellas la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Real Sociedad Geográfica.

Desde entonces, el profesor Bonet siguió con especial atención y preocupación los posteriores intentos de proseguir la urbanización de la Vega Baja, así como el proceso de deterioro de espacios próximos de calidad medioambiental en la zona de contacto entre la plataforma del macizo cristalino y el fondo del valle del Tajo, dentro del término municipal toledano. También estuvo puntualmente informado y preocupado por la ampliación de Santa Teresa, denunciada junto a otros hechos, por miembros de la plataforma «Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura« ante el Ministerio de Cultura, lo que motivó los últimos informes de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de ICOMOS para la protección y conservación de los valores patrimoniales de la Vega Baja.

La cultura española pierde con su fallecimiento el vigor y fuerza de un «joven de 94 años», que desde su despacho como vicedirector de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y antes, desde 2009 a 2015, como director, contribuyó a dinamizar la función social de esta institución, facilitó su proyección sobre el conjunto de la sociedad e impulsó las mejoras del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para acercarlo a un público español no especialmente conocedor de un museo excepcional por las obras que atesora y que es un referente internacional para los amantes del arte, especialmente de la pintura. Pero si ahora España lamenta el fallecimiento del Dr. Bonet Correa, también lo hace Toledo, sobre todo los que le hemos conocido, gozado de su amistad y disfrutado de sus conversación y animada charla hasta pocos meses antes de su muerte, siempre desde la excelencia en el conocimiento de la historia del arte y la responsabilidad social en defensa del patrimonio, en nuestro caso, de Toledo y muy concretamente en la defensa de la Vega Baja. Por eso, estas emocionadas y sentidas palabras de despedida de un erudito, de un hombre de ciencia que ha hecho avanzar la historia del arte y el conocimiento de las ciudades a través de las aulas, la investigación y desde las instituciones en las que ha estado presente, quieren serlo también de reconocimiento y de agradecimiento desde Toledo.

No dudamos que la dilatada y fructífera vida del profesor Bonet al servicio de la cultura servirá de ejemplo para todos en la defensa de los elementos patrimoniales, entre ellos el paisaje, y de su puesta en valor al servicio de la sociedad como soporte de identidades colectivas. Por todo eso, todos los que nos sentimos vinculados con la cultura y el patrimonio, y los que hemos compartido con él actividades, vivencias y sentimientos, le rendimos homenaje y agradecimiento como referente de la cultura española y por su vinculación con Toledo como académico correspondiente de su Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas. Su obra permanece, su memoria estará siempre presente y su ejemplo de vida seguirá siendo un estímulo para los que nos mantenemos empeñados en la conservación y defensa de los valores patrimoniales de cualquier lugar y especialmente de Toledo, nuestra ciudad.