Una difícil relación se prevé entre la Asamblea y el Gobierno, que entra a su último año

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El presidente de la Asamblea, César Litardo, llegó al recinto legislativo con mascarilla. Cortesía

Quito -

El gobierno de Lenín Moreno entra a su último año de gestión sin una mayoría consolidada en la Asamblea, con un bloque que cada vez se reduce en número y que se divide más, y con acuerdos en función de los temas de coyuntura.

A esto se suma la falta de una articulación del Ejecutivo con los 38 legisladores de Alianza PAIS que le quedan de los 74 con los que ingresó en mayo de 2017; y también el ambiente preelectoral que tendrá que enfrentar, pues algunos de los actuales asambleístas apuntarán a una reelección.

El trámite de las últimas dos leyes urgentes de Apoyo Humanitario y de Ordenamiento de las Finanzas Públicos evidenció lo difícil que es para el Ejecutivo conseguir 70 votos.

Al término de un año, el acuerdo legislativo entre AP, CREO y las bancadas de Integración Nacional (BIN) y Acción Democrática Independiente (BADI) e independientes, que viabilizó la elección de César Litardo como presidente de la Asamblea, está debilitado.

Al otro lado están las bancadas del Partido Social Cristiano (PSC) y Revolución Ciudadana (RC), que para los oficialistas han establecido un acuerdo de ‘tuerca y tornillo’, para bloquear cualquier iniciativa del régimen.

La única coincidencia que existe al momento entre las fuerzas políticas es que no hay votos para aprobar impuestos.

Ayer, en su informe a la Nación, el presidente agradeció a los legisladores que han apoyado al Gobierno en sus iniciativas, sobre todo de las leyes urgentes. Pero fustigó a otros sectores políticos que no han permitido que su gabinete ministerial haga su trabajo.

“No es momento de buscar réditos políticos en el ataque a los ministros”, dijo Moreno refiriéndose a los llamados a comparecencias en la emergencia por el COVID-19.

“Busquemos, juntos, equilibrios democráticos, pero no le demos al país un espectáculo de pirotecnia política”, dijo.

Frente a su debilidad, al régimen solo le queda, según Héctor Muñoz (ind.), hacer efectivo el diálogo; y la Asamblea debe alejar cualquier cálculo político para aprobar leyes que le permitan inyectar recursos al país en la crisis.

“El gobierno de Moreno no ha logrado dar al país un plan económico y aún batalla por cambiar el modelo estatista que heredó, y eso complica la situación en la Asamblea”, sostuvo Luis Pachala (CREO), quien aclara que su bloque ha demostrado ser una oposición proactiva y que contribuyó con sus votos a aprobar las leyes que el país necesita.

La oficialista María José Carrión revela que hay problemas en AP, y que será un año complejo para el Gobierno porque la pandemia le “pasará factura por el costo social”.

Y que en el 2020, la alianza ‘tuerca y tornillo’ de los correístas y socialcristianos será más fuerte y eso dificultará la gestión legislativa porque en ellos no cabe razonamiento sino que se oponen a todo. Su acuerdo no tiene apego ideológico, pero su fin es de bloquear y derrocar al régimen.

Según Vicente Taiano (PSC) no hay alianza con los correístas sino coincidencias; en el caso de la última Ley de Apoyo Humanitario se opusieron a crear impuestos.

Esto también lo señala Juan Lloret, de las filas del correísmo. En la coyuntura de no crear impuestos no solo coincidimos con el PSC sino con el 90 % de los ciudadanos que cree que hay un mal gobierno.

Jimmy Candell (BIN) sostiene que es muy frágil el respaldo que tiene el Ejecutivo de la Asamblea; “pero tiene las armas suficientes como para persuadir, convencer, presionar y chantajear como lo ha hecho en las últimas ocasiones”.

Presidente de la Asamblea hizo llamado a Lenín Moreno

La Asamblea Nacional ha sido un espacio democrático donde han fomentado diálogos, acuerdos y consensos. Así lo dijo su presidente, César Litardo, en el pleno de la Legislatura antes del informe presidencial de ayer.

Indicó que la Asamblea “estuvo a la altura” para responder a los eventos políticos y sociales complicados, como los que enfrentó el país en octubre del 2019, cuando hubo una protesta en contra de la eliminación del subsidio a los combustibles. "Ante el pueblo ecuatoriano sentimos la satisfacción del deber cumplido, prefiero ser un presidente cauto y no un presidente golpista", señaló.

Hizo un llamado al presidente Lenín Moreno para que los futuros proyectos de ley, en especial contra la lucha contra la corrupción, sean procesados de manera conjunta con las demás funciones del Estado.

Expresó que han aprobado 17 leyes, 90 % de las cuales fueron mediante consenso y por unanimidad. Defendió los cambios hechos a las normas que fueron enviadas por el Gobierno.

Detalles de la ceremonia