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En los ascensores mejor ir con mascarilla y de uno en uno

El peligro de los ascensores en el contagio del coronavirus: España es la que más tiene de Europa

Los riesgos de los ascensores ahora que la gente se moverá más en las comunidades de vecinos no son baladí. Ahora que vamos a salir a pasear, a las terrazas o a la piscina vamos a movernos más en las comunidades de vecinos y con ello vamos a usar más el ascensor (siempre que no quieras usar las escaleras, que serían un aliciente tanto como medio para hacer deporte como para restringir el riesgo de contagio).

Eso sí, apostar por las escaleras no implica que no existan riesgos. Lo que hay que hacer es no tocar el pasamanos ni las paredes y tocar los pulsadores de la luz con las mismas medidas de protección que en los otros elementos comunes. Mejor si puedes con el codo. En las escaleras mecánicas dejar cuatro escalones de distancia es recomendable. Es muy importante no tocarse boca, ojos, nariz o cara con las manos sin antes haberlas lavabo bien con agua y jabón.

El Gremi Empresarial d’Ascensores de Catalunya (GEDAC) ha publicado una serie de recomendaciones para los usuarios que deban utilizar los ascensores. Recuerdan que las botoneras y los tiradores de las puertas, al ser de uso compartido por toda la comunidad, pueden ser foco de contagio del mismo modo que otras zonas comunes de la finca. Para manipularlos, GEDAC recomienda protegerse con guantes o ayudarse de algún elemento que se puede limpiar o tirar posteriormente: llaves, palitos, pañuelos de papel, bolsas de plástico. A causa de sus dimensiones, muchos ascensores no permiten mantener la distancia mínima recomendada por las autoridades, de manera que lo mejor es utilizar el ascensor de forma individual. Se recomienda no tocar ni apoyarse en las paredes interiores ni en los guía-manos o en los espejos. En el caso de los ascensores de gran tamaño, la carga máxima ha de ser de 1/3 de su capacidad.

La mayoría de ascensores no son suficientemente amplios

"Los ascensores son complicados", destaca Linsey Marr , científica de aerosoles de Virginia Tech. La mayoría de los ascensores no son lo suficientemente grandes por lo que existe la posibilidad de que los pasajeros infectados puedan transmitir el virus, especialmente si están desenmascarados y están tosiendo, hablando o simplemente vinieron de hacer deporte y están respirando con dificultad. Pero incluso si viajas solo en el ascensor hay otras formas en que se puede contraer el coronavirus, aunque el riesgo es bajo. Los botones del elevador y los rieles laterales son un riesgo potencial si sus manos se contaminan y toca su cara. Por eso hay zonas en las que ya se usa el pie para poder manejar el ascensor.

Un estudio habla de una exposición del 25% a partículas virales

Richard L. Corsi, decano de ingeniería y ciencias de la computación en la Universidad Estatal de Portland y especialista en calidad del aire interior, explica en el NYT que decidió modelar un hipotético viaje en ascensor usando velocidades de ascensor comunes, tiempos de cierre de puertas y sistemas de ventilación. En este modelo, el Pasajero A infectado entra a un elevador en el primer piso y viaja solo durante 31 segundos hasta el décimo piso de un edificio residencial. Durante el viaje, el pasajero, que no lleva una máscara, tose y habla por un teléfono celular, exhalando pequeñas gotas que contienen el virus. Algunas gotas caen al suelo, otras golpean los costados del elevador y otras flotan en el aire.

El ascensor se detiene en el piso 10 y las puertas se abren durante 10 segundos cuando el pasajero sale. Arrastra algunos de sus gérmenes con él cuando se va, ya que las diferentes presiones del interior y el exterior del elevador hacen que el aire se arremolina y se mezcle, diluyendo el aire del elevador a la mitad. Las puertas se cierran y el elevador vuelve directamente al primer piso, donde el Pasajero B está esperando. Las puertas se abren y el aire del vestíbulo circula hacia el elevador, diluyendo el aire del elevador aproximadamente a la mitad cuando el Pasajero B saludable entra. Según este modelo, el Pasajero B está expuesto a aproximadamente el 25 por ciento de las partículas virales que el Pasajero A expulsó durante su viaje. El Dr. Corsi advirtió que el número cambiaría en un ascensor diferente, dependiendo de cuánto tiempo permanecen abiertas las puertas, el sistema de ventilación del ascensor y las diferentes presiones de aire en el edificio.

"La intención principal del ejercicio era mostrar que cierto nivel de virus puede mantenerse en el aire más allá de una persona infectada que usa el ascensor", explica el Dr. Corsi en el medio americano. "No sé si la dosis en un elevador será lo suficientemente alta como para presentar un riesgo significativo, pero probablemente subiría las escaleras si fuera posible".

Es menos contagioso que el sarampión, incluso dentro de casa

Aún así, muchos expertos en enfermedades infecciosas no creen que las partículas en el aire en los elevadores vacíos representen un riesgo significativo en la vida real cuando se trata de coronavirus. El Dr. Ilan Schwartz , profesor asistente de enfermedades infecciosas en la Universidad de Alberta, señaló que incluso cuando una persona con Covid-19 vive en lugares cercanos con otros miembros del hogar, la tasa de infección se ha estimado en alrededor del 10 al 20 por ciento. Eso es mucho menos contagioso que una enfermedad transmitida por el aire como el sarampión, que tendría una tasa de infección del 75 al 90 por ciento. "Sabemos que hay algunas partículas pequeñas que probablemente permanezcan en el aire, pero al final del día la epidemiología simplemente no respalda que este sea un modo importante de transmisión", sentencia.

España tiene el mayor número de ascensores por habitanbte

Lo que sí podemos hacer todos es limitar la posibilidad de contagio viajando de uno a uno y llevando mascarilla. Y lavarse las manos después de usarlo. Estas medidas son especialmente relevantes en países como España, con el mayor número de ascensores por habitante del mundo.

En comparación con sus predecesores, este virus permanece estable en diferentes superficies, en un entorno de laboratorio controlado. Se puede detectar en una superficie de cobre hasta cuatro horas, en cartón hasta 24 horas, y en plástico y acero hasta 72 horas. No se pudo recuperar ningún virus infectivo ni en papel impreso ni en papel de seda después de una incubación de 3 horas, y tampoco se detectó ningún virus infectivo en madera y tela tratada el día 2. Tampoco se detectaron virus infectivos después de cuatro días en superficies de vidrio y billetes, ni después de siete días en acero inoxidable y plástico. Sorprendentemente, el virus infectivo se detectó en la capa externa de una mascarilla quirúrgica después de siete días.

Antonio Figueras Huerta, del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM- CSIC), Jim Grant (Teagast) y Marioan R Garcia del IIM – CSIC han publicado un artículo en The Conversation en el que explican también los riesgos del contagio en ascensores.

Los expertos consideran que al compartir ascensor, una persona infectada (ya sea sintomática o asintomática) puede infectar a otra por pequeñas gotas si no se puede mantener la distancia de seguridad. Pero para la transmisión ni siquiera es necesario compartir el ascensor: basta estar en contacto con una superficie previamente contaminada. Un experto en calidad del aire y ventilación ha llegado a asegurar que las personas podrían infectarse en los ascensores en solo unos segundos sin contacto directo.

La evidencia científica es limitada sobre el riesgo real de transmisión de Covid-19 durante el transporte vertical dentro de los edificios. De momento, se centra principalmente en edificios públicos como hospitales y centros comerciales. Estos estudios generalmente mencionan la posibilidad de transmisión dentro de los ascensores, pero sin dar detalles o hacer un estudio a fondo.

Ojo al ventilar por la ventana

Trabajos anteriores en SARS nos dan algunas pistas. Uno de los trabajos analiza la transmisión en un bloque de edificios y muestra que la probabilidad de infección en los pisos superiores y medios de un bloque es significativamente mayor, aunque no explora el efecto del ascensor ni de las escaleras. Otro trabajo, con foco en el mismo brote, considera que la transmisión vertical tuvo lugar de ventana a ventana durante la ventilación de los hogares. Aunque también menciona el riesgo de contagio en los ascensores, que se encontraban en el centro y eran comunes a los edificios.

¿Qué sucede con la actual pandemia? De momento la prensa ya se ha hecho eco de un caso de contagio de SARS-Cov-2 en un ascensor. Es interesante notar que se sospecha que el contagio ocurrió en un adulto sin mascarilla que compartía el ascensor con una persona infectada, pero no en niños que sí llevaban mascarillas. Con tales datos, no se puede descartar ninguno de los mecanismos de transmisión, pero hace sospechar que el uso de mascarillas podría ser una medida eficaz de protección.

No obstante, pocos informes técnicos han recomendado medidas concretas para evitar la transmisión de COVID-19 en los ascensores. Uno es el Centro de British Columbia para el control de enfermedades de Canadá, que recomienda una distancia mínima entre usuarios de 2 metros, y que el número permitido de personas debe anunciarse en un letrero en la puerta del ascensor

Como ya se ha dicho, España, seguida de Italia, es el país con más ascensores por habitante (Francia es el sexto). Países como Alemania tienen una población elevada, pero sus habitantes viven más dispersos o en edificios bajos, muchos de ellos sin ascensor.

Nueva York es la ciudad vertical por excelencia

Otro dato que hace sospechar de la relevancia del transporte por ascensor es que la ciudad de Nueva York es la más afectada en los EE. UU. Y no por casualidad recibe el sobrenombre de “ciudad vertical”. Las dos excepciones parece ser Corea y Japón, dos de los países con las tasas de mortalidad por COVID-19 más bajas. El uso masivo de mascarillas podría justificar esta diferencia.

La correlación entre las muertes oficiales a 23 de abril de 2020 y el número de ascensores para diferentes países en Europa se ha testado con varias pruebas estadísticas. La correlación es significativa, aunque aún insuficiente. Sobre todo porque coincide que ciudades con alta densidad de población tienen más ascensores. Y esa densidad podría ser la causa real.

Para llegar a una conclusión más sólida sería interesante estudiar otros factores, como el tiempo de transporte promedio y el tipo de ascensor (volumen de cabina, ventilación, cierre automático de puertas…). Para esto, se podrían utilizar simulaciones de dinámica de fluidos. También sería interesante llevar a cabo el estudio estadístico con más países y, sobre todo, tratar de obtener los datos de las ciudades con una distribución más homogénea de habitantes y ascensores que un país entero, destacan los expertos en su artículo.

En cualquier caso, los expertos consideran que el efecto del transporte vertical en la transmisión del Covid-19 debe estudiarse con urgencia. Fundamentalmente para confirmar si la transmisión es mayor en las llamadas “ciudades verticales” como Nueva York o en ciudades con muchos ascensores como España e Italia.