Javier Amieva: La pobreza crecerá en México y las remesas escasearán ¿Quieres saber por qué?

Al disminuir drásticamente la actividad económica en Texas, afectará en forma directa a nuestro país y la región fronteriza sufrirá una fuerte recesión que golpeara ambos lados de la frontera.

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Javier AmievaFuente: Cortesía

El número de familias de Texas que están formados para solicitar ayuda federal para recibir alimentos, como parte de programas sociales, casi se duplicó en abril en comparación con un número ya elevado de marzo, esto refleja también el número récord de texanos que continúa solicitando beneficios de desempleo debido a la pandemia de Covid-19.

La tasa de desempleo de Texas en abril fue del 12.8 por ciento, la peor caída mensual que el Estado de la Estrella Solitaria, como también se le conoce, registra esta cifra reportada en el Informe Mensual del Departamento de Trabajo publicado el viernes, este es el análisis más claro y completo del gobierno sobre la devastación económica de esta localidad desde que la pandemia de coronavirus asoló inicialmente en marzo. Según los registros, la cifra más baja era del 9.2 por ciento en 1986.

Ahora, con más de dos millones de texanos desempleados, la industria petrolera es solo una parte del problema económico del socio comercial de México; que se suma a una frontera cerrada al turismo y negocios “no esenciales” como la punta del iceberg de esta pandemia.

La región económica “globalizada” que comprende cuatro estados fronterizos de México y Texas están amenazados por muchos factores que amenazan cerrar miles de empresas pequeñas y medianas y con ello elevar los niveles de pobreza a niveles nunca vistos en esta zona que integra a Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas por la estrecha relación e interdependencia que existe.

La economía familiar en Texas ha empezado a mostrar signos de un resquebrajamiento que podría contagiar a México. De marzo a abril, 532 mil 400 familias se registraron para los programas de Asistencia Nutricional Suplementaria, relacionado con los niveles de pobreza en este estado, generalmente se estiman en ingresos familiares menores a 26 mil dólares anuales – aproximadamente medio millón de pesos cada 12 meses-; muy arriba de los ingresos en México.

Además, los menores de edad en Texas tienen derecho a seguro médico sin costo y por ejemplo una familia de cuatro personas, este abril ya recibió ayuda federal de tres mil 400 dólares adicionales –equivalente a unos 80 mil pesos-, el triple de lo que el Gobierno Federal en México ofreció como “ayuda empresarial” a Pymes.

La salud económica de las familias y de las pequeñas empresas de Texas es ciertamente más fuerte que en México, pero el punto es que los ingresos de pequeñas empresas y de familias hispanas en Estados Unidos, que a pesar de encontrarse en niveles de pobreza envían remesas a México, mismas que podrían disminuirse o incluso desaparecer.

Las pequeñas empresas de Texas se estima se proveen al menos en un 60 por ciento de México y los mexicanos cuentan hasta en un 80 por ciento de los impuestos a las ventas –equivalente al IVA-, también representan al menos un 40 por ciento de la ocupación hotelera y se estima en un 33 por ciento sus consumos en los restaurantes de la frontera. Por lo anterior, al disminuir drásticamente la actividad económica en Texas, se afectará en forma directa a México y la región fronteriza sufrirá una fuerte recesión que golpeara ambos lados de la frontera.

El Texas Tribune indica que “el precio del petróleo, que por primera vez cayó a cifras negativas brevemente en abril, está estrechamente vinculado a la economía y al presupuesto estatal de Texas”. El miércoles, el gobernador Greg Abbott, el teniente gobernador Dan Patrick y el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Bonnen, ordenaron a las agencias y universidades estatales que reduzcan sus presupuestos en un cinco por ciento.

El resultado significará peores servicios para los texanos, que ya están sintiendo los efectos de una economía devastada. Los productores de petróleo han tenido que tomar la difícil decisión de cerrar pozos, los trabajadores de restaurantes han tenido que navegar con las confusas órdenes de Abbott a medida que los comedores reabren, y los inmigrantes que trabajan en plantas empacadoras de carne en el oeste de Texas han tenido que soportar los grandes brotes de coronavirus.

Los condados y ciudades de Texas, que esperaban una ayuda federal de 155 dólares por habitante, para mantener su riqueza mantienen una múltiple afectación que al final golpeará en la economía regional. Primero, el gobierno Federal solo está otorgando 55 dólares- el 35 por ciento-, por habitante registrado. En la frontera de Texas hay al menos un millón de personas no inscritas oficialmente por falta de documentación, lo que, por ejemplo, en Laredo disminuiría la cifra esperada de 45 millones de dólares a 15. Las visas de trabajo y turísticas que representan en el resultado de su actividad económica entre un 40 y un 80 por ciento de los impuestos que se captan, hoy están inoperativas por el cierre de fronteras que ahora Trump lo llama “un éxito”.

En relación a esto, expertos mantienen que la crisis "ha arrojado una luz perturbadora sobre los sistemas geográficos, económicos y sociales de Texas”, el virus de esta turbulenta economía seguramente contagiará a México, especialmente por las pobres y funestas decisiones de su presidente que está convirtiendo a su país en una república que combina los resultados de Cuba, Venezuela y algunos países africanos comandados por dictadores mentirosos y sin escrúpulos.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.