África, parte inseparable de Cuba
Muchas son las razones de Cuba para conmemorar el Día de África este 25 de mayo. África es parte de la esencia misma de nuestra Patria.
Como resultado de cuatro siglos de cruel trata de esclavos, casi un millón 300 mil africanos llegaron a nuestra Isla en el Caribe. Su presencia marcó para siempre la historia de nuestra nación.
En los oscuros vientres de los navíos negreros se trasladaron a Cuba no sólo hombres, mujeres y niños de más de 200 etnias de ancestrales culturas africanas, sino también costumbres, gustos, creencias y tradiciones.
Al llegar a nuestras tierras, como resultado del proceso de transculturación, esa gran inmigración contribuyó de manera decisiva a la formación de la nacionalidad cubana.
La influencia africana se advierte en todas las manifestaciones de nuestra cultura: artes plásticas, música, danza, literatura, los instrumentos musicales, el español que hablamos, la comida, la religiosidad, en fin, en el modo de ser cubano.
Baste mencionar a nuestro congrí, plato típico y representativo de Cuba, de gran influencia africana. ¿Que sería Cuba sin la rumba y el son, de profundas raíces africanas, pero ya inseparables de nuestra idiosincrasia?
“Cuba es un pueblo latinoafricano”, afirmó nuestro líder histórico Fidel Castro. Es por eso tan difícil en nuestro país determinar un origen específicamente africano o español; como dijera el poeta nacional Nicolás Guillén "aquí está todo mezclado".
No se pueden comprender en su real magnitud las profundas relaciones entre Cuba y África, y nuestra presencia en el continente, sin una conciencia plena del aporte de África a la cubanidad. La africanidad es una parte esencial de la cubanía.
La fusión cultural halló su máxima expresión en nuestras luchas independentistas del siglo XIX. La mayor parte de las tropas de nuestro Ejército Libertador y muchos de sus líderes, como Antonio Maceo, Guillermón Moncada, Quintín Banderas, Flor Crombet, Vicente García y muchos otros, eran de ascendencia africana.
En 1895, las fuerzas mambisas contaban con unos 20 mil 500 hombres, la gran mayoría negros y mulatos, a pesar de que estos eran apenas el 30 % de la población del país.
Durante la República mediatizada, las políticas oficiales despreciaban al continente que ofreció a Cuba un enorme aporte demográfico y cultural. Nuestra única presencia en África era un pequeño y olvidado consulado en Egipto.
La cultura dominante en la Cuba pre-revolucionaria, cada vez más norteamericanizada, relegaba la imagen de África casi exclusivamente a los estereotipos que brindaban las películas de Tarzán, y proliferaba, de manera abierta o encubierta, la discriminación racial.
A partir de 1959, la Revolución Cubana comenzó de inmediato a redistribuir las riquezas nacionales y, por consiguiente, a remodelar las relaciones sociales, incluidas las raciales.
Los programas puestos en marcha en esferas como la educación, salud, vivienda, empleo, deporte, etc., beneficiarían, en primer lugar, a las familias pobres, entre las cuales la población negra y mestiza estaba sobre-representada, en relación con su peso demográfico.
Estos esfuerzos en la política interna tendrían su plena correspondencia con la exterior, sobre todo en la defensa inflexible a la igualdad soberana entre las naciones, la solidaridad internacional y el apoyo a los movimientos de liberación nacional en todo el mundo.
El Comandante en Jefe Fidel Castro enfatizó en la “deuda moral” y en el “deber de compensación” que los cubanos tenemos con África, en virtud del crucial papel de los africanos y sus descendientes en las guerras independentistas y revolucionarias; así como por su aporte a la construcción de la nación cubana. Por eso Fidel afirmó: “El cumplimiento de las obligaciones solidarias no es una virtud, es un deber”.
Casi medio millón de cubanos lucharon en África contra el colonialismo y por la independencia. 2 mil 289 de ellos pagaron el sacrificio supremo de su vida combatiendo en ese continente.
No fue casual que la misión militar internacionalista cubana en Angola de 1975-1991, fuese bautizada como “Carlota”, homenaje a una esclava negra lucumí que lideró dos sublevaciones de esclavos en la provincia cubana de Matanzas, en 1843, y murió luchando por su libertad.
Cuba nunca ha brindado a África lo que le sobra, sino que ha compartido sus modestas y en ocasiones insuficientes existencias. Así fue desde el primer momento, en 1963, cuando nuestro país había perdido prácticamente la mitad de los seis mil médicos existentes en la Isla en 1959 y la Argelia recién independizada, abandonada de golpe por casi todo el personal francés médico especializado, solicitó nuestra ayuda. Cuba no vaciló en enviar una brigada de salud que prestó de forma gratuita sus servicios.
En todos estos años, cientos de miles de colaboradores cubanos han prestado sus servicios en África, en los sectores de la salud, educación, construcción, deporte, agricultura y muchos otros.
Desde 1961 a la actualidad se han graduado en Cuba decenas de miles de jóvenes provenientes de la gran mayoría de los países africanos.
Nuestras especiales relaciones de amistad y cooperación con África cuentan con un altísimo apoyo de la población cubana, resultado de la educación solidaria y altruista de nuestro pueblo, que conoce mucho sobre el continente africano, gracias a la amplia presencia del tema en nuestros medios de difusión y el estudio del continente por numerosas instituciones nacionales.
La existencia en La Habana de un Parque de los próceres africanos, que honra a los fundadores de esas naciones, es una iniciativa sin precedentes en el mundo.
Cuba mantiene relaciones con todos los países del continente, las cuales se diversifican y consolidan en disímiles esferas; contamos con el apoyo firme y unánime de África en la lucha contra el criminal bloqueo impuesto a Cuba por los Estados Unidos, lo que agradecemos profundamente.
Hoy, africanos y cubanos estamos enfrentando juntos en varios países del continente, como lo hicimos antes contra el Ebola y otras enfermedades, la pandemia del COVID-19.
La distancia geográfica nos separa de África, la tierra de nuestros ancestros, pero nos unen a ella lazos profundos e indestructibles. Como dice un conocido refrán africano: “Las huellas de los que caminaron juntos jamás se podrán borrar”. ¡Viva el Día de África!
(Contribución exclusiva para Cubadebate como parte de las celebraciones del Mes y Día de África)