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Pese a que estamos en la fase más crítica de la pandemia

Movimiento en supermecados y puestos de comida, pese a contingencia

Pocos autos en las calles y demanda alta de cochinita

Los establecimientos que venden cochinita pibil y otras comidas típicas yucatecas, así como los supermercados, mantienen una alta atracción de personas, pese a que Yucatán está en una fase de alto contagio de coronavirus Covid-19.

Como es la tradición yucateca los domingos, ayer por la mañana numerosas personas acudieron a los puestos de cochinita dispersos en toda la ciudad para comprar este delicioso guiso yucateco, pero precisamente la alta demanda de este alimento ocasionó aglomeraciones de gente, que descuidaron en muchos casos la sana distancia entre un cliente y otro, que debe de ser de entre 1.50 y 2 metros.

Lo que ya quedó como una disciplina desde la aparición del Covid-19 y el temor al contagio es el uso de gel antibacterial, de cubrebocas y cada vez se ve a más personas con caretas protectoras de plástico transparente.

Otra medida que ya quedó como parte de la disciplina de las personas es el viaje del acompañante en el asiento trasero para que haya sana distancia con el conductor.

El brote explosivo de contagios esta semana hizo que la Secretaría de Salud estatal regresara los retenes sanitarios a las principales avenidas de entrada a la ciudad, donde policías estatales miden temperatura, vigilan que cumplan la disposición del uso obligatorio del cubrebocas y que el pasajero viaje en el asiento posterior.

Ayer, en contraste con ciertos negocios donde se concentró gente a comprar el desayuno, la circulación vial fue baja en comparación con otros domingos. Avenidas como Circuito Colonias, Itzaes, Paseo de Montejo y su prolongación, calles del Centro Histórico y el Anillo Periférico tuvieron poca circulación vehicular con respecto a los recientes días.

Numerosos clientes fueron a los supermercados de la ciudad, pero tampoco en cantidades masivas como otras ocasiones ha ocurrido.

Los guardias privados mantienen estricto control del ingreso de personas, marcan la sana distancia entre una y otra, miden la temperatura, aplican desinfectante en las manos, sanitizan los carritos y solo permiten el acceso de una persona.

Cuando el número de personas dentro del supermercado llega al máximo permitido, esperan que salgan clientes para permitir el ingreso de otros.

Lo que sí reportaron compradores en supermercados es que empiezan a notar desabasto en algunos productos como frijol negro, arroz, latería, productos de limpieza y desinfectantes.

“Lo que más me sorprende es el precio del tomate saladet, a 40 pesos el kilogramo”, dijo una cliente.

También se vio que algunas personas ya abrieron sus negocios en predios particulares, como lavaderos de autos, venta de plásticos, jugos y dulces, e incluso comida yucateca.

Poco a poco los micronegocios de todo tipo empiezan a dar servicios a la gente que durante los días de la semana abandonan más el largo confinamiento, a sabiendas que Yucatán está en pleno pico de la pandemia del Covid-19.— Joaquín Chan Caamal