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Emol (imagen referencial)

La cruzada por la trazabilidad de los casos: Un trabajo de la seremi que reclama la atención primaria

La labor de identificar los contactos estrechos de cada contagiado es de la seremi de Salud, pero desde los recintos médicos locales aseguran que no cuentan con suficiente personal ni tienen la expertise.

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El 14 de marzo, once días después de que se detectara el primer caso de covid-19 en el territorio, el Ministerio de Salud anunció la declaración formal de fase 3 en la estrategia para contener el avance del virus. "No tenemos suficiente seguridad de que puedan ser trazables directamente a un caso en el extranjero", dijo el ministro Jaime Mañalich.
Dos días después, se decretó la etapa 4. "Esta es la etapa más compleja, sabíamos que iba a llegar y estamos preparados para enfrentarla. Es la etapa en la que se produce circulación viral y comunitaria de esta enfermedad", explicó el ministro. En la declaración de ambas etapas subyacía una realidad: los casos nuevos no se podían ligar a casos preexistentes.

"No es a nivel hospitalario, por mucho que eso sea lo más dramático que se muestra en la televisión, esto es a nivel de la comunidad. Las epidemias se controlan en la comunidad, no en el hospital"Jeanette Vega, ex subsecretaria de Salud

Desde la identificación del virus en el mundo, la labor de trazar los contactos de los contagiados ha sido considerada fundamental y en países como España se le califica como una tarea "detectivesca". En Chile, la seremi de Salud es la encargada de encuestar a los casos confirmados y levantar información sobre sus contactos estrechos. En este minuto, un contacto califica como estrecho al haber compartido a escasa distancia con un caso confirmado por al menos 15 minutos, o en una reunión en un espacio cerrado por dos horas.
"Eso es contacto cercano, y a esas personas hay que trazarlas y aislarlas, inmediatamente cuarentenarlas, porque ahí se corta la cadena de transmisión", explicó la doctora Jeanette Vega, ex subsecretaria de Salud y gerenta de innovación en la Red de Salud UC Christus, en Cooperativa. "Eso requiere una cantidad importante de personas que estén dedicadas a trazar contactos", añadió.
A su juicio, la cuarentena establecida para el Gran Santiago entrega una ventana para "armar el traceo". "Es un periodo para organizar los equipos a nivel territorial, para ir a buscar a los contactos, para prepararse para lo que viene", dijo. "No es a nivel hospitalario, por mucho que eso sea lo más dramático que se muestra en la televisión: esto es a nivel de la comunidad. Las epidemias se controlan en la comunidad, no en el hospital".

El lugar de la atención primaria

Vega se mostró preocupada por la estrategia actual. "Hemos sido insistentes en que no es posible pedírselo a la seremi, porque no tienen el personal necesario. Urge involucrar a toda la atención primaria, que es donde realmente está la mayor cantidad de personas y que además conocen a su destino", aseguró. "Yo, por lo menos, no he visto en ningún informe ni he escuchado la palabra 'atención primaria', y eso me preocupa mucho", añadió.
En Chile, la Atención Primaria de Salud (APS) es la encargada de recibir a la población que se atiende en el sector público de manera rutinaria: llevan los controles a niños, embarazadas y adultos mayores, además de los enfermos crónicos. También vacunan y hacen rehabilitación. Son, en cada territorio, el primer punto de entrada al servicio de salud.
En otros países, el rol de los centros comunitarios de salud ha sido clave en llevar la trazabilidad de los casos. Un ejemplo es Nueva Zelanda, donde los directorios de salud de cada distrito rastrean a las personas que podrían haberse visto expuestas al virus a través de un proceso llamado "traceo de contactos". Diferencian dos tipos de contacto: casos cercanos y casos casuales, y se entregan instrucciones para cada uno de ellos.
En el continente, otro que ha llevado su estrategia de una forma similar es Costa Rica. El país cuenta con más de 30 hospitales y clínicas a nivel regional, y más de mil equipos básicos de atención integral a nivel de las comunidades. Son ellos los que se preocupan de monitorear la evolución del virus en los casos confirmados y su círculo cercano. Hay, además, una app para encontrar casos sospechosos y establecer niveles de riesgo.
En Chile, el Sistema de Atención Primaria de Salud funciona mayoritariamente a través de administración municipal, con cientos de postas urbanas o rurales, Centros de Salud Familiar (Cesfam) y Centros Comunitarios de Salud Familiar (Cecosf) en todo el territorio. Estos profesionales, desplegados por todo el país, no tienen instrucción del Minsal de trazar los casos. Esa tarea es oficialmente de la seremi de Salud de cada región, pero en algunos casos la APS igualmente realiza labores a nivel municipal.

"Somos los que conocemos a nuestra población"

"Algo que deberíamos haber hecho desde un comienzo, y que podría haber marcado una diferencia en el manejo de la pandemia, es haber hecho el trabajo de control de todos los contactos de los brotes que estaban saliendo", dice a Emol la prosecretaria del Colegio Médico, Inés Guerrero, doctora de un Cesfam. "Podríamos haber tenido más cerrados los grupos y no haber permitido tanta dispersión, porque sabríamos dónde están georreferenciados y dónde habría que haber ido a intervenir".
Es algo que normalmente se hace, asegura, con otras patologías como la tuberculosis, por lo que se trata de un trabajo que manejan. "Por eso se bajó tanto la cantidad de gente que contagiada por tuberculosis", confirma la presidenta de la Confusam, Gabriela Flores. "Es como la trazabilidad que hacemos del VIH. Si tuviésemos la información de los servicios de salud con respecto a los contagiados que han dado positivo, podríamos hacerle el seguimiento al círculo, pero hoy día no lo tenemos", añade.

"Quién mejor que nosotros, que conocemos a nuestra población y que nuestros equipos están constantemente en los lugares más apartados, en las poblaciones, en todos lados desde la cordillera al mar, para hacer eso"Gabriela Flores, presidenta de la Confusam

"Nosotros somos los que trabajamos territorialmente con la gente, por tanto quién mejor que nosotros, que conocemos a nuestra población y que nuestros equipos están constantemente en los lugares más apartados, en las poblaciones, en todos lados desde la cordillera al mar, para hacer eso", acota. "La atención primaria quedó relegada a un segundo plano y no solamente lo reclamamos nosotros, sino que también lo reclaman los alcaldes, que son los jefes territoriales. Ha habido una falta de coordinación".
Hasta ahora han participado de una sesión de la Mesa Social covid-19, invitados por el ministro Gonzalo Blumel, pero lo consideran insuficiente. "Yo creo que deberíamos ser parte estable, porque tenemos un manejo territorial que el Gobierno no tiene. Un médico de familia de un Cesfam conoce a la señora Juanita, a su marido, a su vecina. Así funcionamos nosotros y así hacemos los seguimientos. Hoy es cuando más deberían pedir que nos hagamos cargo en lo territorial, porque nosotros somos los que manejamos y conocemos a nuestra población", asegura.
La semana pasada, la Contraloría General de la República tomó razón de un decreto que autoriza a que los municipios envíen funcionarios en comisión de servicio al Ministerio de Salud para "apoyar labores que la autoridad sanitaria determine". Los empleados de la APS, acota Flores, son funcionarios municipales. "Uno entiende la falta de personal y lo han solicitado, porque no dan abasto. Yo creo que faltó comunicación, pero que todavía podemos estar a tiempo. Podríamos trabajar en conjunto como una verdadera red de salud pública", concluye.
Desde los centros de salud, el personal sanitario plantea una consideración: el trabajo que se hace para contabilizar la afectación de la población con virus como la influenza, el VIH o en el caso de la tuberculosis se hace con la garantía de que son enfermedades que cuentan con tratamiento. En el caso del covid-19, la cura no existe, y la exposición del personal podría ser alta. También, aseguran a Emol, preocupan las condiciones en que lo harían: los elementos de protección personal son limitados. "Es difícil que seamos los principales encargados de pesquisar porque no hay recursos para los protocolos que se requieren", aseguran.