Criterio urbano

El mundo nunca había enfrentado algo parecido

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El covid-19 se ha expandido rápidamente alrededor del mundo, convirtiéndose en la primera pandemia global en los últimos cien años. Así lo describe el último reporte del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés). Con más de 5.4 millones de personas infectadas y cerca de 345,000 fallecidas, seguimos sin entender cómo va a ser el mundo después de la enfermedad. Dentro de las proyecciones del informe sobre el panorama de riesgos sobre el covid-19 la encuesta arroja los siguientes datos: “el 68.6% anticipa una recesión prolongada de la economía y el 55.9% prevé rezagos en la recuperación de sectores e industrias azotadas por la crisis actual”.

Adicionalmente “se estima que 500 millones de personas están en riesgo de caer en la pobreza, una cifra congruente con su estimación de una caída del PIB mundial del 3%. Se prevé que la inversión extranjera directa se desplomará a nivel mundial en un rango de 30 a 40%. El 34% de la población mundial adulta sufrirá las consecuencias en su salud mental, tras la pandemia del covid-19 y las medidas aplicadas para limitar su propagación”.

El experto en ciudades, migración y seguridad, Robert Muggah, comentó en el último informe del WEF titulado Desafíos y oportunidades en el mundo post covid-19: “La pandemia está exponiendo la calidad de gobernanza y competencia de los líderes del mundo. En tiempos de crisis, la mayoría de la gente instintivamente recurre a sus gobiernos para protección y asistencia. Cuando los políticos y los funcionarios públicos no logran resolver, pierden credibilidad y legitimidad rápidamente. Las emergencias revelan la salud del contrato social y en tiempos de crisis, la competencia importa”.

¿Qué implicaciones tiene esto para un país como Guatemala? Estamos siendo testigos de la debilidad institucional que hemos desarrollado como nación dentro del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. La pandemia del covid-19 debe movernos como país a generar un mejor contrato social que ayude a garantizar que las mejores personas de la sociedad, entren al servicio civil. La reforma a la Ley de Servicio Civil, acompañada con una reforma estructural de los procesos internos de compras a través de la introducción de tecnología y servicios digitales en todo el sistema de salud, es ahora crítico.

En las próximas semanas estaremos entrando en una fase de reapertura de la actividad económica y vendrán tiempos difíciles para muchos sectores y empresas que, aún y cuando no existan prohibiciones de que abran al público, muy pocas personas van a visitar sus locales. La realidad es que el covid-19 va a transformar la forma en que trabajamos, cómo nos movilizamos, va a reducir el uso de efectivo, ya que el confinamiento ha desarrollado mayor uso de medios de pago electrónicos y va a llevarnos a una etapa de recuperación económica y de “re-imaginación” del aparato productivo, como nunca lo habíamos experimentado.

El WEF también exhorta a pensar en de mejor forma los de remuneración del trabajo a tiempo parcial. Se requiere una mejor comprensión de los esquemas de pagos que se ajusten a las necesidades laborales, “teniendo en cuenta que la pandemia ha revelado empleos esenciales a tiempo parcial: los cuidados, la salud, la educación, la tecnología y otras muchas labores que estaban infravaloradas”. Esto puede ser una gran oportunidad para Guatemala, si comprendemos que se requiere aprobar sistemas de compensación de trabajo a tiempo parcial, que ayude a que las personas que trabajan determinadas horas al día tengan acceso a seguro social.