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Dispositivo de protección contra el coronavirus implantado en el CAP Montnegre de Barcelona.manu mitru
CARA LA DESESCALADA

La Atención Primaria teme que la presión por el coronavirus se traslade a los ambulatorios

Los profesionales de la primera línea de la sanidad pública denuncian la infradotación de efectivos y recursos para hacer frente a las próximas semanas
La sobrecarga por la atención en las residencias y la adaptación de los CAP a la 'nueva normalidad' son los factores que generan mayor tensión

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Los profesionales del sector de la Atención Primaria catalana se muestran atemorizados por el traslado del grueso de la presión sanitaria a los Centros de Atención Primaria (CAP), que según el Institut Català de la Salut (ICS) atienden al 85% de los positivos por covid-19. Una de las nuevas funciones por el coronavirus que, sumada a las competencias habituales, más tensión ha generado en los CAP ha sido la atención a los pacientes de residencias de ancianos, gran agujero de la crisis. 

La primera línea de la sanidad pública ve una contradicción entre su "importancia estratégica" frente al coronavirus, en palabras del ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la infradotación de personal y recursos de las que, consideran los trabajadores, adolecen los ambulatorios para afrontar la desescalada del covid-19.

Aunque salvo excepciones los CAP no notan todavía el flujo presencial de los pacientes debido a la atención telemática a la que ha abocado el virus, su personal teme verse sobrepasado durante las próximas semanas, especialmente por la suma del seguimiento de pacientes contagiados a la atención de la población vulnerable con la que habitualmente tratan.

"Cuando nos dijeron todo lo que se espera de nosotros próximamente, los profesionales nos llevamos las manos a la cabeza: ¿cómo vamos a hacer ese abordaje si hay días que no tenemos ni batas para tratar a los pacientes de manera aislada?", se pregunta Juanjo Sánchez, enfermero del CAP La Sagrera de Barcelona, con experiencia en gestión sanitaria. "Tenemos miedo al colapso, miedo a las bajas por estrés postraumático y miedo a que falten profesionales", concluye Sánchez.

Los sindicatos denuncian falta de personal en los CAP

Xavi Romero, delegado de Salud Laboral del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) y administrativo del CAP de Sant Andreu de la Barca, pone de relieve la falta de personal en la Atención Primaria. "Realmente necesitamos más personal, sobre todo en enfermería, porque ahora estamos notando un repunte al sumar a la gestión del covid los procedimientos previos a él", señala Romero.

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Una profesional sanitaria atiende a una mujer a las puertas de un CAP de Barcelona.  MANU MITRU

A la denuncia de CCOO se suma el sindicato Metges de Catalunya, mayoritario en la sanidad catalana con 9.000 médicos afiliados. "La Atención Primaria es el estamento sanitario más olvidado", afirma Javier O'Farril, presidente del sector de Atención Primaria de Metges de Catalunya.

O'Farril, médico de familia en el CAP Blanes, incide en que el covid-19 ha sobrecargado más si cabe a los ya tensionados CAP catalanes. "A la presión que sufrimos desde los recortes de 2010 hemos tenido que sumar la atención como primer nivel a posibles contagios y a pacientes de residencias, y esto como agregado a los enfermos crónicos, de los que nadie habla", explica O'Farril.

Metges de Catalunya estima una necesidad de 1.000 nuevos facultativos en los CAP catalanes para afrontar los efectos covid-19. En la red de Atención Primaria del Institut Català de la Salut (ICS), que gestiona el 80% de los CAP, "de los 900 facultativos que perdimos por los recortes, únicamente se ha repuesto un centenar, a pesar de que tras la huelga del 2018 hubo compromiso de contratar a 309 médicos", agrega O'Farril.

Fuentes del ICS, que gestiona el 80% de los CAP catalanes, sin embargo entienden que "en estos momentos la plantilla puede dar los servicios necesarios y la ciudadanía debe tener muy claro que los servicios asistenciales están más que garantizados". En cuanto a las reivindicaciones de personal de los sindicatos, desde el ICS sostienen que "es evidente que todos los compromisos de contratación de médicos de familia se han cumplido con creces: las contrataciones que se anunciaron en 2018 se han llevado a cabo".

Política, sanidad y viceversa

Uno de los extremos sobre los que concurren los profesionales entrevistados es que, en lo referente a la Atención Primaria, la falta de respuestas de las autoridades sanitarias se debe en buena medida a haber priorizado la política a la sanidad. Así lo cree Anna Sanglas, enfermera del CAP Guinardó de Barcelona, quien considera que "la crisis se está gestionando más en torno a criterios políticos y económicos que estrictamente sanitarios". Suscriben la reflexión Xavi Romero, de CCOO, y Juanjo Sánchez, que pide "a las gerencias y los tecnócratas" contar con la opinión de los profesionales.

Sanglas cuenta que, en este inicio de la desescalada, el aumento de presión en su CAP es ya una realidad, al punto de que se están empezando a formar colas en la puerta del centro. "Hasta ahora la gente estaba muy contenida, pero están empezando a exteriorizar el miedo y angustia de meses, incluso haciéndonos reproches de 'oye, ¿por qué no empezáis a hacer esto?'", dice Sanglas, que da cuenta del viraje en la percepción ciudadana en torno a los sanitarios.

Por su parte, Josep Mª Vázquez, enfermero del CAP Maria Bernades de Viladecans, reafirma el traslado de la presión sobre la Atención Primaria en contraposición a los centros hospitalarios. "Es posible que la presión asistencial haya disminuido en los hospitales, pero a nosotros nos ha aumentado porque, aparte de nuestros pacientes y los servicios externos, seguimos haciendo seguimiento telefónico y PCR a positivos por covid-19", arguye Vázquez.

"Los CAP no están preparados para lo que viene"

"La Atención Primaria tiene que reinventarse". Esta es la consigna que tanto sindicatos como trabajadores a título individual de la sanidad pública catalana abanderan de cara a los próximos meses. De hecho, tal y como confirma el ICS, ya han empezado a hacerlo con el objeto reducir la presencialidad del paciente y minimizar así los contagios: se ha reforzado la atención telefónica; se ha creado un formulario de consulta entre profesional y paciente; se ha activado la comunicación telemática y se han implementado las videollamadas.


Pese a ello, y aunque de cara a la 'nueva normalidad' desde la fase 1 esté previsto en los CAP un sistema de triaje con medición de temperatura en las puertas a pacientes presenciales en función de criterios sanitarios, especialmente de urgencia, los profesionales no las tienen todas consigo, sobre todo en cuanto a la propia infraestructura de los equipamientos se refiere.

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Protocolo de seguridad en un centro de atención primaria de Barcelona.  MANU MITRU

El enfermero Juanjo Sánchez cita como ejemplo a su propio centro. "En el CAP La Sagrera, donde tenemos el equipo único con más trabajadores de la gerencia territorial de Barcelona, trabajamos unas 80 personas en uno de los espacios más pequeños de la ciudad. Si nos hacen cambiar el circuito y la forma de trabajo no sé cómo lo vamos a hacer. El ICS se comprometió a buscar otra localización porque, con las medidas de distanciamiento, el espacio actual ya no cumple los requisitos, y hay otros CAP de Barcelona que están igual".


En opinión del doctor Javier O'Farril, de Metges de Catalunya, "los CAP no están preparados para asumir las nuevas medidas de seguridad". Este médico de familia de Blanes argumenta que, de los CAP que él ha visitado, "algunos, si tienen que respetar las normas de seguridad, no tienen la capacidad para atender al número de pacientes que deberían en función de su número de profesionales". Y pone un ejemplo ilustrativo: "Si en una sala de espera antes cabían 50 personas sentadas, ahora, teniendo que dejar dos espacios por silla, técnicamente cabrán 15. Si hay más de 10 profesionales, directamente no cabrán".


También se reconoce preocupada por la adaptación de los equipamientos Ana Zamora, enfermera en el CAP Carrer Major de Santa Coloma de Gramenet. Aunque esta profesional deja claro que en su centro ni están desbordados ni faltan recursos, sí cataloga de "riesgo" el aforo "muy limitado" de las salas de espera. "Ahora la gente no viene porque tiene miedo a contagiarse, pero cuando empiece a hacerlo con la afluencia habitual no sabemos bien cómo gestionaremos los espacios con las nuevas medidas de distanciamiento, es algo que nos tiene inquietos", reconoce Zamora.


Por su parte, y en relación a la presencialidad de los pacientes, el enfermero Josep Mª Vázquez pone en valor el contraste entre el ritmo de la Atención Primaria y el de la sociedad civil. "La gente, al ver que los comercios empiezan a abrir, demanda que todo sea muy rápido, pero nosotros debemos mantener la rigidez de las medidas por tal de minimizar los riesgos de un potencial rebrote".