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A LAS ATROPELLADAS. POLTI PASÓ DE MALTRATAR A UNA TRABAJADORA SANITARIA A VIOLAR LA CUARENTENA.
CARA Y CRUZ

El peor ejemplo

Esta cuarentena en Catamarca no pasará al olvido por numerosos motivos. El más importante, hasta hoy, porque a dos meses de haber sido declarado el confinamiento obligatorio y preventivo en todo el país por la pandemia de Covid-19, fue una de las dos provincias argentinas –la otra es Formosa- que no registró ningún caso positivo. Tanto que fue considerada un ejemplo a destacar por la prensa nacional y el propio Gobierno central.
Pero, por otra parte, en el plano interno de la provincia quedarán en un recuadro dos casos patéticos de violación del periodo de aislamiento por parte de autoridades políticas que debían ser, con toda lógica, un ejemplo para sus comunidades y para todos en general.
Son el intendente de Recreo, Luis Polti, y el concejal de Huillapima Víctor Darío Hauy, quienes fueron sorprendidos en abierta violación de la cuarentena, procesados y embargados por la Justicia Federal, para escarnio propio y de los sectores políticos que representan. El primero del peronismo y el segundo, del FCS-Cambiemos. Parejito el reparto de bochornos, como para que nadie arroje la primera piedra.

Lo del concejal Hauy fue verdaderamente vergonzoso. A fines del mes pasado, fue detenido en la madrugada del domingo 26 en un control policial en Capayán mientras se conducía en su vehículo. Al principio resistió el arresto alegando que no infringía ninguna norma y que no entendía por qué lo habían obligado a detenerse. Pero fue suficiente que le hicieran la prueba de alcoholismo para confirmar lo que el desplante aparentaba: tenía una intoxicación de 2.03 G/L.
Tras el hecho, Hauy quedó arrestado en la comisaría de Miraflores y luego de unas horas recuperó su libertad. Pero el hombrecito estaba dispuesto a ir por la revancha. A eso de las 21.30 del mismo domingo, otro control policial capayense lo sorprendió en la ruta, también al mando de su auto y también con signos de haber consumido alcohol, lo que fue corroborado con el aparatejo infalible que disponen en los puestos camineros.
El juez federal Miguel Ángel Contreras lo procesó por violación del aislamiento social, preventivo y obligatorio y además por el delito de “resistencia a la autoridad”, y le fijó un embargo de 25.000 pesos.
Todavía resta saber es qué decisión tomará el Concejo Deliberante de Huillapima, donde otro concejal amagó con pedir la separación del cuerpo de Hauy por su conducta, lo cual iba a ser tratado en una sesión especial. Al igual que el Subcomité de la UCR de esa localidad, que anticipó la expulsión del infractor de sus filas.

Sin embargo, aún sin haber sido escrachado en estado de ebriedad, lo del intendente Polti es, por lejos, de mayor relevancia política e institucional que lo del edil capayense. Por cuanto es el jefe municipal y a la vez jefe del COE recreíno que debe hacer cumplir la cuarentena a todos sus gobernados.
Polti, como quedó registrado en las crónicas del 19 de abril pasado fue  detenido por la Policía cuando lo descubrió en plena escapada de pesca en el dique Motegasta junto a un grupo de amigos y funcionarios de la comuna, en abierta violación de la cuarentena. Junto a él estaban el secretario de Obras y Servicios Públicos ,Sergio Oviedo Aguirre, y el director de Obras Públicas, Rodrigo Persichetti, además de otras dos personas.
Para colmo, el papelón de la fuga sobrevino a otro episodio controvertido: la reacción violenta contra una enfermera que le había reclamados insumos sanitarios para trabajar en el puesto de control de la ruta. La mujer lo denunció por maltratos y él la trasladó a una delegación municipal. El hecho trascendió las fronteras recreínas y el rostro de Polti apareció en diversos medios nacionales.
La Justicia federal procesó al jefe municipal y le trabó un embargo de $35 mil, una nadería para Polti, pero el costo que debe pagar no se mide en términos económicos. Porque mal que le pese y no sepa asumirlo, él fue elegido por los ciudadanos de Recreo no solo para administrar el municipio, sino también para ser una autoridad que debe legitimarse políticamente con el ejemplo. Comenzó pésimo, pero aún le quedan más de tres años de oportunidades.