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Factor emocional. Importante en las decisiones empresariales.

La capacidad de elegir

Este es el dilema. ¿Quién maneja nuestra vida? Las circunstancias o nosotros mismos, con nuestras decisiones.

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Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos. Viktor Frankl

Hoy enfrentamos una situación inédita a nivel mundial. Las fantasiosas historias que vimos en películas se acercan a nuestra realidad cotidiana. Calles vacías, gente encerrada, colas para comprar alimentos, hospitales saturados... Toda esta situación sin duda genera una variedad enorme de emociones: miedo, angustia, ansiedad. Y no es para menos. Está el riesgo del contagio, de la crisis económica, del aislamiento social, etcétera.

Hay innumerables cuestiones que están fuera de nuestro control. Situaciones que, por más que queramos, nada podemos hacer para cambiarlas. Si ponemos el foco en ellas, incrementamos estas emociones negativas y ello no ayuda en nada.

En cambio, si podemos enfocarnos en aquellos temas que tenemos posibilidad de cambiar, se nos abre un panorama totalmente distinto. Viktor Frankl, autor de El hombre en búsqueda de sentido, reflexiona y comparte su experiencia en los campos de concentración nazis.

Escribe: “Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias– para decidir su propio camino”.

A pesar de que la situación actual de aislamiento está lejos de lo que puede haberse vivido en Auschwitz, la experiencia de Frankl nos enseña que, aun en las peores circunstancias, podemos elegir nuestra forma de atravesarlas.

Siempre contamos con nuestra libertad de elegir. Podemos apegarnos a las circunstancias sobre las que no tenemos control o a aquellas que podemos modificar. Es sólo una elección. No es fácil, pero es necesaria para poder vivir la pandemia de una manera más productiva y en paz.

El problema no es el entorno, por cierto muy complejo, sino la manera en que decidimos enfrentarlo. Este es el dilema. ¿Quién maneja nuestra vida? Las circunstancias o nosotros mismos, con nuestras decisiones. Esta es la encrucijada que se les presenta a los empresarios grandes y pequeños, y a los emprendedores.

Esto no implica desconocer lo que está pasando: los infectados, los muertos, la crisis económica que vendrá. No, para nada. Significa que no hay que apegarse a eso que no se puede controlar y hay que poner toda la energía en aquello que sí tenemos posibilidad de modificar. Es una oportunidad única para mirar la empresa hacia adentro.

Para los empresarios, es un momento maravilloso para:

Evaluar los productos y detectar oportunidades de mejoras o generar nuevos para enfrentar los cambios que se vienen en el mercado.

Investigar las tendencias demográficas, socioeconómicas y del mercado a nivel internacional y nacional.

Revisar procesos que no estaban funcionando correctamente y dedicarles tiempo para mejorarlos.

Evaluar las competencias de los colaboradores y desarrollarlas a través de capacitaciones o de coaching virtual.

Brindar devoluciones a los colaboradores y definir planes de acción para generar mejoras en el desempeño.

Realizar reuniones de equipo para pensar formas creativas de salir de la crisis con el aporte de cada uno.

Analizar con el equipo gerencial las maneras de reducir costos, generar financiamiento y diseñar una estrategia comercial para cuando finalice la crisis.

Desarrollar el vínculo con clientes y con proveedores. Tener presencia.

Pero, por sobre todo, es un buen momento para meterse consigo mismo. Para reflexionar sobre el propósito, los proyectos de largo plazo y el liderazgo. Para revisar qué aspectos se necesitan cambiar y empezar a trabajarlos.

Esto va a permitir atravesar esta situación de una mejor manera y en paz con uno mismo y con el equipo. Pero, sobre todo, va a preparar a la empresa para estar en mejores condiciones para salir adelante cuando termine la cuarentena.

*Docente de Uade Business School