Vigo: Crece un 20 % la oferta de viviendas turísticas respecto a las Navidades

El sector percibe interés por alquilar para vacaciones de hasta quince días y un mes

Las pasadas Navidades certificaron el tirón turístico de Vigo y la iluminación y actividades que acompañaron su celebración fueron aprovechadas para vender una creciente oferta de viviendas turísticas en la mayor ciudad de Galicia. En diciembre había en Vigo 385 viviendas turísticas dadas de alta y ahora, a pesar del bloqueo a la movilidad que conlleva el estado de alarma a causa del coronavirus, la oferta ha vuelto a repuntar hasta llegar a los 461 pisos, apartamentos y casas en régimen de alquiler para estancias cortas y de temporada. El número de plazas se ha incrementado en consecuencia en 405 más, hasta llegar en la ciudad a 1.765.

El registro de la Xunta consigna así un incremento del 19,7 % en el volumen de viviendas turísticas en el mercado vigués respecto a las Navidades, mientras que en el conjunto de Galicia el aumento de la oferta en el mismo plazo es de un 10,3 %.

La presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia, Dulcinea Aguín, señala que al menos en Galicia no se ha producido un trasvase en la oferta de vivienda turística hacia el alquiler tradicional. «Se mantiene lo que ya había y hay altas nuevas. No tienen además la misma equipación y acondicionamiento como para pasar de un mercado a otro, porque no son normalmente el mismo tipo de viviendas», argumenta.

Las previsiones de ocupación para el verano dependen, como en todos los sectores vinculados al turismo, de la evolución de la desescalada del estado de alarma. «Tenemos un agosto con un nivel de reservas bueno, con bastantes cerradas desde primeros de año, pero un julio sin embargo en el que hay muchas llamadas, pero que se concretan en pocos contratos hasta que se conozca cómo van a afectar las medidas de movilidad».

Las peticiones mayoritarias buscan viviendas sin espacios comunes y «que permitan una desconexión mental y psicológica notable», señala Aguín.

Para la presidenta de los propietarios de viviendas turísticas, Galicia, y concretamente las Rías Baixas, serán este año un destino ideal para los que quieran evitar masificaciones. Y aunque subraya Dulcinea Aguín que la incertidumbre económica es palpable, se nota un cambio respecto a otros años en cuanto a la petición de presupuestos para estancias un poco más largas de lo habitual, siendo alargadas ahora a quince días y un mes. «La gente tiene necesidad de desconectar, esta vez parece que quieren llegar, descansar y no moverse», dice, atribuyendo mucho interés en las llamadas a turistas de Madrid, Castilla y León, Asturias y País Vasco, viajeros de proximidad en este verano del coronavirus. La demanda de casas con jardín, piscina y espacio de esparcimiento es igualmente reseñable, según le transmiten los miembros de la asociación.

«Va a haber mucho turismo de última hora», concluye, no sin estimar que los precios se mantendrán respecto al verano pasado, o podrán subir ligeramente para repercutir los gastos de limpieza y desinfección.

En dos frentes

El aumento de la oferta de vivienda vacacional también es percibido por el sector inmobiliario, aunque certifica que muchos de los propietarios de más de una casa o apartamento turístico también ofrece alguno de ellos en el mercado permanente por si surge una oportunidad de contar con un ingreso estable en un año tan complicado como el actual.

A principios de mayo entre un 10 y un 15 % de las viviendas vacacionales se han pasado al alquiler tradicional, según Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, que entiende que se busca compensar la falta de ingresos durante el confinamiento.

«Y eso que el mercado del alquiler sufre una gran inseguridad jurídica en estos momentos y obliga a contratos largos que generan cierta ansiedad entre los propietarios», lamenta.