El Secretario
Antes de realizar una gran obra, por ejemplo una ruta importante, se realizan estudios preliminares que no abarcan solo los costos y viabilidad del proyecto, sino también otras cuestiones, como el impacto ambiental y el cuidado de determinadas reservas, por caso, las arqueológicas. Hace algunos años, se cuestionaba precisamente un proyecto vial porque según análisis de expertos ponía en riesgo una zona que atesoraba reliquias de antiguas culturas precolombinas. Y el funcionario en cuestión refutó las quejas con una sentencia inapelable: “Con ese criterio nada podría construirse, porque toda Catamarca es un gran yacimiento arqueológico”. Y los acontecimientos ratifican esa observación con periódicos hallazgos. El último ocurrió en Quillay, unos 40 kilómetros al norte de Belén, donde arqueólogos encontraron nada menos que 30 hornos de fundición del siglo XV, restos de herramientas, ocho recintos de habitaciones y elementos decorativos que pertenecieron a las poblaciones precolombinas.
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Joyas invaluables, testimonios de antiguas culturas que son las raíces de nuestra propia identidad y una fuente de conocimientos fabulosa. Por caso, el hallazgo permitió comprobar la existencia de una industria metalúrgica que se desconocía, ratificó los antiquísimos antecedentes de la explotación minera y las añejas técnicas de utilización de cobre y estaño. Desde utensilios y herramientas hasta adornos elaborados artesanalmente al calor, surgieron de esos hornos que revelan más detalles de la cautivante cultura inca, cuyo imperio contenía esta parte del actual territorio argentino. Tanta riqueza devuelve al centro de la escena una eterna inquietud: ¿por qué Catamarca no logra sacarle provecho a esta clase de atractivos? ¿Por qué no comienza a trabajar, así como se hizo para poner en valor el Shincal, en un proyecto más ambicioso, como la construcción del museo arqueológico más importante del país? ¿Por qué no se recuperan miles de piezas catamarqueñas que circulan por el mundo? La tarea no es sencilla, pero el día que se tome la decisión de hacerlo, se habrá dado un importante paso, y se sabe que hasta el camino más largo requiere de un comienzo.