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Innovación Ante el cierre de oportunidades, Juan Carlos y sus socios han buscado innovar para encontrar soluciones y mantenerse trabajando.

Buscan innovar para mantener el agro a flote ante el covid-19

Juan Carlos y sus socios han diversificado su producción en Alegría para vender verduras a domicilio en la comunidad.

La sequía y el errático patrón de lluvias en el corredor seco ya son grandes obstáculos para los agricultores salvadoreños, ahora se suma trabajar, producir y encontrar mercado en donde vender con las restricciones que se han implementado para detener la expansión del covid-19.

Juan Carlos, pertenece a una red de productores llamada "Las Casitas", en Alegría, Usulután. Aunque originario de la zona, decidió irse a estudiar a San Salvador, donde trabajó como gerente de una bodega; pero el llamado de la tierra era fuerte. Regresó y poco a poco empezó a criar conejos y codornices para vender a restaurantes de la zona.

"Ahora se han cerrado debido a medidas gubernamentales para evitar la propagación del virus, pero hemos visto en la producción de verduras una oportunidad para seguir adelante. Esta pandemia no nos detendrá. Continuaremos produciendo alimentos", dijo Juan Carlos.

El año pasado recibió asistencia técnica y suministros de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para producir verduras. Ahora está aplicando ese conocimiento para diversificar su oferta de productos y mantenerse trabajando durante la pandemia.

La FAO implementa en la zona el proyecto Mesoamérica Sin Hambre, con 200 familias rurales, además espera alcanzar unas 16,259 familias con otras actividades de reactivación económica después del covid-19, con varios proyectos.

"Cada uno tiene su propia parcela, pero todos nos ayudamos mutuamente a preparar la tierra, extrayendo semillas y sembrando como la FAO nos ha enseñado. También coordinamos la venta de los productos", afirmó Juan Carlos.

Para comercializar las verduras, han habilitado sus teléfonos para recibir pedidos y se han organizado para ir a entregar los productos a la casa de los vecinos. Además, cumplen con las medidas sanitarias, como el uso mascarillas, guantes y alcohol gel para desinfectar las manos.

"Gracias a Dios podemos vender verduras a la comunidad. Como productores de verduras, nos hemos dado cuenta de que somos fundamentales para el suministro local de alimentos. La gente ahora es más consciente que nunca de la importancia de producir nuestra propia comida localmente", agregó Juan Carlos.

Para los próximos días de lluvia espera producir tomates en un invernadero que ha improvisado con algunos materiales de construcción, semillas y otros insumos que le ha proporcionado la FAO.