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El bar que apuesta al cooperativismo y a pequeños productores

Morrigan, la taberna céntrica de Neuquén, punto indiscutible de la escena musical contemporánea, refuerza su marcado concepto gastronómico en tiempos de Coronavirus

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Por @nicovisne

Uno de los sitios de más agite cultural de los últimos años en la zona se llama Morrigan. De la mano de su exquisita gastronomía, barra de tragos y canillas de cervezas lograron una gran fidelización de clientela en muy poco tiempo.

El imán que se generaba antes de COVID en ese lugar es dificil de explicar. Bah, fácil desde el lado de la ausencia de salas en una de las ciudades más importantes de la patagonia, y fácil porque quienes allí cocinan no se rindieron solamente ante el éxito individual de las papas Morrigan como producto de consumo masivo con alguna Ipa o Apa de BDB (Birra De Barrio), sino que fueron por más.

Participaron de ferias, se interesaron por la charcutería, invitaron a cocineros de afuera a compartir, contactaron a productores y soñaron una carta de verdadera comida entre fechas semanales de rock, performances de teatro y alguna que otra visita de buenas bandas de afuera que obvio, eligieron Morrigan.

No se quedaron con la cerveza monopólica del país, ni con productores que no establecieran reglas claras y fieles a la relación. Hicieron ¡Bagels!, ¡choripanes! y cocinaron con chivo y cordero pese a tener costos elevados de gasto para acceder a esas carnes.

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Hoy la foto es la misma que la mayoría de los emprendimientos que no bajan los brazos en medio de la pandemia de Covid-19, miedos y restricciones. Lo que hasta hace tres meses era el bar referencia rockero de Neuquén donde las pizzas y las hamburguesas estaban muy bien, hoy se transforma en la cocina de un proyecto que mantiene el nervio intacto con los pequeños productores (jugadores claves de esta realidad) , la búsqueda de una alimentación diferente, y una vidriera donde se muestran productos a escala humana.

Proveeduría El Jardín es la nave madre, una idea que comenzó a rondar por la cabeza de un grupo de personas y que hoy se hizo realidad en medio de este tablero deforme y necesario. Funciona en la nube, en un link donde todo es fácil, navegar, conocer y comprar. Sin suscripciones ni segundas líneas. https://app.loveat.com.ar/menu/eljardin

Hablé por FM Capital con Ramiro Valenzuela, cocinero de Morrigan y uno de los socios de la cooperativa. Rama, tal es su sobrenombre, sigue cocinando en las hornallas de Morrigan con productos que se venden en la proveeduría. El proyecto tiene apenas algunos días y vale la pena conocerlo.

- ¿Cómo ha sido este cambio en el trabajo cotidiano?

- Tuvimos un parate, un mes de baja y una visión al corto plazo muy de que esto no va a volver a funcionar como lo era. La idea de la proveeduría no es nueva, es algo que veníamos masticando desde antes de todo esto. En la cocina de Morrigan siempre incluimos pequeños productores e invitamos a cocineros dentro de la gastronomía en otros rubros para que nos aportaran su granito de arena y nosotros el nuestro y la condición de hoy nos llevo a ejecutar eso, reconvertir el bar en una proveeduría y dentro de esa proveeduría ir amalgamando los diferentes actores sociales, pequeños productores, productores artesanales, si bien en un primer momento la propuesta era abocarnos a la materia prima o a los productos gastronómicos también hay un montón de gente haciendo cosas y necesitan que esas cosas se visibilicen y que vamos a ir incorporando a la proveeduría que ahora funciona de manera virtual. Los productos con los que trabajamos son agroecológicos y naturales. Ese es como nuestro lema. Difundir a pequeños productores para que difundan sus productos y a la vez no es solo una proveeduría, también es una cocina. Nosotros tomamos esos productos, los procesamos en la cocina de Morrigan y a la vez ofrecemos productos elaborados con esas materias primas a baja escala.

- ¿Cómo accedo a la proveeduría?

- Por el momento tenemos dos vías por redes sociales. Instagram y Facebook, figura como Proveeduría el Jardin, y ahi adentro en cualquiera de los dos perfiles, simplemente clickeas y te lleva a una página web donde está todo lo disponible. Hay diferentes ítems. Vos clickeas en “almacén” y vas a encontrar miel de productores de Aluminé que son Néctar De La Montaña, harina Campo Claro de Tandil, orgánica, varios productos del Establecimiento María Antonieta de Rincón De Los Sauces, aceite de oliva, almendras, lavanda, cedrón. Tenemos porotos y alubias de Terrasana, es un emprendimiento agroecológico de Buenos Aires. A muchos de estos productos los procesamos y tenemos una gran variedad de hamburguesas veggies, de lentejas, de porotos mantecas, garbanzos, porotos colorados. Estamos en contacto con productores de verduras de Plottier.

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- ¿Qué ayuda han tenido del estado?

- Ninguna. Este proyecto es autogestivo, nos asociamos 4 personas que veníamos pensando la idea de trabajar con pequeños productores. Este contexto es justo para juntarnos y tirar todos para el mismo lado. La cocina de Morrigan tuvo una baja importante por la pandemia, los productores también, no están dentro de las grandes cadenas de distribución y también quedaron afuera, lo mas viable es juntarnos todos y ver cómo salimos de esta y una forma fue generar una pantalla de venta, un lugar donde no tengas que ir a comprarles los huevos a Ayelen que es una productora de Plottier, o que no tengas que ir hasta China Muerta a hablar con Martín para comprar verduras. Que le sirva a ellos, a nosotros y la gente. Es como un juego que cierra en sí mismo, no dependemos del camión de Tucuman con el lino por ejemplo.

- ¿El productor va a tomar otra trascendencia luego de esta pandemia?

- El primer mes de la pandemia todo el mundo cocinó. Todo el mundo se metió en su cocina, buscó en la alacena, harina, arroz, descubrió recetas, googleó, yo creo que eso también nos lleva un poco a disfrutar más de los sabores. En mi casa yo hice hace un tiempo unos tomates secos de una sobreproducción de tomates y volver a encontrarme con esa conserva fue increíble. Después de que probas eso no volves. Con todos los productores que venimos hablando, todos están súper abiertos, no buscan el rédito, son laburantes que están trabajando la tierra y cuando vas a buscar los huevos dejan las herramientas y te atienden. Gente que produce su propia tierra.Es gente consciente, que no necesita tener un avión rociando sus campos con un montón de químicos.