Los food trucks son un nuevo blanco de los delincuentes
Los delincuentes oportunistas aprovechan la sobreexigencia bajo la que se encuentra la Policía para atacar y salir impunes.
Un food truck del centro capitalino fue el último en convertirse en el blanco de los delincuentes oportunistas que comienzan a transitar las calles nuevamente, tal cual quedó registrado por las cámaras del lugar. El delincuente se llevó electrónica y su dueño destacó la indignación ante el hecho de inseguridad, que los golpea en el duro momento económico que tantos comerciantes atraviesan. “No lo hizo por hambre, no abrió ni una heladera”, señaló.
El hecho fue confirmado a LU5 por el dueño del carrito Sabores Nobles, que se ubica sobre Diagonal 9 de julio y Maestros Neuquinos, frente a la Plaza de la Mujer. El hombre relató que, según lo captado por sus cámaras de seguridad, el robo fue cometido el domingo, alrededor de las 11, por un hombre. “Con un hierro hizo palanca a las puertas, entró, agarró un celular y un equipo de música y se fue. Treinta segundos tardó. Iba con barbijo y capucha”, indicó el propietario.
Además, el comerciante resaltó que su mayor preocupación es por el celular robado, el cual utilizaban para comunicarse con sus clientes y contiene información de ellos.
Por otra parte, mostró impotencia al estimar que no fue un delito perpetrado desde la necesidad. “Uno está trabajando, hace un esfuerzo por mantener a los empleados. Y acá no había hambre, seguramente quiera vender las cosas y utilizarlo para otro consumo que no es comida”, expresó.
Robo frustrado en Plottier
Dos días antes del ataque a Sabores Nobles, el carrito Patagonia, que se emplaza junto a la Sala de Arte de Plottier en calle Perito Moreno, pudo haber sido otro de los food trucks en sufrir un robo. Según relató una de sus dueñas a este medio, el viernes cerca de las 20, un joven se metió al carrito y podría haber terminado muy mal.
“Pasó un chico, mirando muy sospechosamente, en bicicleta por delante del carrito, paró y se sentó a unos metros. Mi marido le avisó a los efectivos que andaban cerca porque habían agarrado a un ladrón que nos parecía sospechoso y cuando lo fueron a interceptar, empezó a correr y se metió conmigo al carrito pidiendo ayuda porque lo perseguían”, narró la comerciante.
La mujer, en la desesperación de la situación, relató haber empezado a los gritos y empujó al joven hacia afuera, aprovechando que la puerta continuaba abierta. En esa acción, alcanzó a vislumbrar que el hombre llevaba un cuchillo en su cintura. “Los policías lo agarraron, le sacaron el cuchillo y se lo llevaron. Parece que con el otro chico, que había robado la bicicleta, andaban juntos”, contó.
La damnificada se mostró aliviada de que la situación no pasó a mayores, pero indicó que frente a la poca circulación de la noche y los efectivos que no dan abasto para cuidar la ciudad, se encuentran muy expuestos. “Nos pegamos un susto. Tratamos de estar muy atentos porque está peligroso, no hay circulación, hay muy poca iluminación. Y nos exigen que desde las 20 a las 22 trabajemos solo con delivery y a ventanas cerradas, pero tenemos los autos ahí estacionados con cosas y tenemos que andar vigilando sí o sí porque no hay nadie más. Todos los carritos en la ciudad están separados.”, explicó.