El proceso de naturalización está detenido en Estados Unidos por el coronavirus
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos ha extendido la suspensión al menos hasta el 3 de junio
by The Associated PressBoston — Wendy De Los Santos aprobó el examen para naturalizarse estadounidense pocos días antes de que las oficinas gubernamentales a nivel nacional cerraran debido a la pandemia del coronavirus.
A mediados de marzo, los funcionarios de migración le dijeron que en un par de semanas le indicarían cuándo podría rendir públicamente el juramento de lealtad, el paso final antes de convertirse en ciudadana estadounidense.
Más de dos meses después, sigue esperando.
“Está causando cierta ansiedad. Sería agradable terminar el proceso, incluso si tiene que hacerse virtualmente”, declaró De Los Santos, una asistente médica del área de Boston de 38 años, originaria de la República Dominicana. “Es decir, mi hija está tomando clases por Zoom. Aquí estamos. ¿Cuál es el problema?”.
Si bien muchos aspectos de la vida estadounidense han pasado a internet o se encuentran cerca de reanudarse tras semanas de confinamiento, el proceso de naturalización se ha detenido por completo.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), que atiende solicitudes de naturalización, visado, refugiados y asilo, pospuso los servicios de atención en persona el 18 de marzo, argumentando preocupaciones sobre la propagación del virus. Ha extendido la suspensión al menos hasta el 3 de junio.
Se ha realizado un número limitado de pequeñas ceremonias de naturalización, pero los defensores de los inmigrantes se quejan de que la mayoría de los aspirantes a ciudadanos no han recibido notificaciones sobre cuándo se llevarán a cabo los pasos finales del proceso.
Grupos defensores de la naturalización advierten que los retrasos amenazan con privar a miles de personas del derecho a votar en un año electoral crucial.
Los plazos para registrarse y votar en las elecciones primarias están cerca de vencer en varios estados, y los potenciales electores ya deben ser ciudadanos al momento de registrarse, pues de lo contrario enfrentan cargos penales o incluso la deportación, afirman.
“Este es otro intento más para politizar el acceso al voto”, declaró Kristen Clarke, presidenta del grupo activista Lawyers’ Committee for Civil Rights Under Law, con sede en Washington, D.C. “El paso final de la ceremonia no debería usarse como un pretexto para negar el acceso a las boletas a individuos elegibles a la ciudadanía”.
El USCIS está postergando más ceremonias al tiempo que mejora en el uso de nuevos formatos, explicó el subdirector de políticas, Joseph Edlow.
Pero añadió que la ley federal exige que la gente realice el juramento “públicamente” y “en persona”, y que partes claves de la ceremonia no pueden efectuarse de manera virtual, como el recoger las tarjetas de residencia permanente, llamadas green cards, y la entrega de los certificados de ciudadanía.
“La naturalización de nuevos ciudadanos de Estados Unidos es un beneficio crucial que administramos en USCIS y estamos trabajando duro para reanudar ese proceso”, aseveró Edlow en un comunicado. “No obstante, no ignoraremos la ley federal, la cual incluye requisitos claros de que la persona se presente para la naturalización, por comodidad o conveniencia”.
Sin embargo, la ley federal también exige que las ceremonias de naturalización se realicen “con la frecuencia necesaria” a fin de “minimizar retrasos irrazonables”, subrayó Chiara St. Pierre, una abogada del Instituto Internacional de Nueva Inglaterra que ayuda a De Los Santos y a otras personas que aguardan a prestar su juramento.
“Hay muchas opciones para llevar esto a cabo”, destacó St. Pierre sobre las ceremonias de naturalización. “Estas personas ya han sido aprobadas para convertirse en ciudadanos. Es casi un tecnicismo”.
Para complicar aún más la situación, el USCIS le dijo al Congreso la semana pasada que requiere un financiamiento de emergencia por $1,200 millones y cobrar cuotas más altas tan sólo para mantenerse a flote. La agencia es financiada casi en su totalidad a través de cuotas de servicio -incluyendo los cerca de $725 que cobra por el proceso de la solicitud de naturalización-, pero ese ingreso ha desaparecido durante la crisis, de acuerdo con funcionarios.