El Equipo Argentino de Antropología Forense postulado para el Nobel de la Paz
Fondebrider, fundador de la EAFF: "Hacemos una parte pequeña de un trabajo colectivo"
Hace 35 años que el grupo, integrado por científicos de distintas disciplinas, trabaja en la identificación de personas, en el país y el mundo. El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y la Universidad Nacional de Quilmes impulsa su nominación al galardón.
El fundador y director ejecutivo del Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf), Luis Fondebrider, celebró este viernes la decisión de que sean postulados al Premio Nobel de la Paz y remarcó la búsqueda de “verdad y justicia”.
“Nuestro trabajo es una parte muy pequeña de una tarea colectiva de la sociedad argentina que hace 35 años está luchando por verdad y justicia. Nosotros hacemos nuestro aporte desde la ciencia”, sostuvo el especialista.
Fondebrider destacó que “el nivel de movilización de la sociedad civil en Argentina no está en ningún otro lugar, porque sale a la calle, exige a los políticos”. “El momento más importante es cuando podemos confirmarle a un familiar que encontramos a un ser querido”, señaló el antopólogo forense, quien también remarcó el rol del Eaaf “de aportar desde la ciencia y ponerle un criterio científico a lo que dice un testimonio”.
El Equipo Argentino de Antropología Forense fue postulado al Nobel de la Paz 2020 por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) por su tarea en el ámbito de la ciencia aplicada “a conocer la verdad y colaborar con la justicia”.
El Eaaf es una organización científica, no gubernamental, sin fines de lucro, fundada en 1984, y su creación fue alentada por los Organismos de Derechos Humanos del país para buscar, recuperar, identificar y restituir a las víctimas de desaparición forzada del país entre 1974 y 1983, y también contó con el apoyo del antropólogo estadounidense Clyde Snow.
El trabajo del Equipo tiene un alcance global, ya que trabajó en más de 60 países con víctimas de desapariciones forzadas; violencia étnica, política, institucional, de género y religiosa; desapariciones actuales; narcotráfico; trata de personas, crimen organizado, procesos migratorios; guerras y conflictos armados; accidentes y catástrofes.
En marzo pasado el Equipo inició una campaña para localizar a familiares de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico militar, y de esa forma tratar de identificar a los más de 600 cuerpos recuperados que mantiene en resguardo en su sede ubicada en el predio de la ex Esma.
Hasta ahora, y desde 2005, los antropólogos, arqueólogos, médicos y genetistas que conforman el Eaaf lograron restituir la identidad de unas 750 personas que fueron desaparecidas durante la última dictadura.
Además, en sus 35 años de trabajo, lograron la identificación de Azucena Villaflor, Ernesto Che Guevara, Luciano Arruga y de 113 soldados que combatieron en Malvinas y habían sido enterrados sin identificar en el cementerio de Darwin.
La identidad restituida
Por Nancy Balza
Las víctimas de la dictadura cívico-militar en la Argentina, los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa; los femicidios en Ciudad Juárez, el asesinato de Rosalía Jara en el norte santafesino, los soldados de Malvinas sepultados como NN en el cementerio de Darwin. La tarea del Equipo Argentino de Antropología Forense es conocida en territorio santafesino y nacional, pero trasciende fronteras y tiene un denominador común: devolver la identidad a los cuerpos, y de esa manera desandar el camino de dolorosa incertidumbre que atraviesan -a veces durante décadas- las familias que buscan a sus muertos.
Precisamente, el principio fundamental que guía al Equipo desde su fundación “ha sido respetar profundamente los deseos de los familiares de las víctimas y de las comunidades en lo concerniente a la investigación; y trabajar de una forma muy cercana a ellos durante todos los pasos de la exhumación y durante el proceso de identificación”. Así lo establecen en su propia página web (https://eaaf.typepad.com/founding_sp/).
Su mismo fundador, Luis Fondebrider, lo expresa así: “El momento más importante es cuando podemos confirmarle a un familiar que encontramos a un ser querido”.
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