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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el del Consejo Europeo, Charles Michel, en Bruselas el pasado 5 de febrero. APJohn Thys

La negociación del presupuesto europeo arranca con un recorte del 14% en los fondos agrarios

El presidente del Consejo plantea una rebaja en los recursos al campo o la cohesión en las primeras cuentas 'post-Brexit'

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El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dio este viernes el pistoletazo de salida a la gran batalla por el primer presupuesto de la UE tras la salida del Reino Unido. Michel puso sobre la mesa una propuesta para disponer de 1,094 billones de euros en los próximos siete años, el equivalente al 1,074% del PIB de los Veintisiete. El bloque comunitario no solo afronta el reto de andamiar esas cuentas sin el Reino Unido: también quiere destinar más fondos al cambio climático o la agenda digital. Pese a suavizar los recortes de la propuesta de diciembre, la nueva oferta rebaja en un 12% los fondos de cohesión y en un 14% los agrícolas.

Los líderes de la UE empezarán a negociar el llamado Marco Financiero Plurianual (MFP) en el Consejo extraordinario de la semana que viene. El reto es colosal: hacer más con menos. Europa se fija nuevas metas: liderar la lucha contra el cambio climático, crear por fin una agenda digital propia y ampliar los recursos en defensa o migración. Y, a la vez, un nutrido grupo de socios quiere mantener las políticas que hasta ahora han sido la espina dorsal del presupuesto: cohesión y agricultura.

Sin embargo, en la mesa de negociación ya no está el Reino Unido, que aportaba unos 10.000 millones de euros netos al año. Y los grandes contribuyentes netos, empezando por Berlín, no están dispuestos a llegar al nivel de ambición de la Comisión —que ya impuso rebajas en agricultura y cohesión— ni, mucho menos, al del Parlamento Europeo, que pide un gasto del 1,3% del PIB.

Michel devolvió a los países a la realidad. Su propuesta rebaja el recorte formulado por la presidencia finlandesa en diciembre, ampliamente rechazada, pero se queda en el 1,074% del PIB, frente al 1,16% que entre 2014-2020 gastaban los Veintisiete y el 1,11% que pedía la Comisión. Las tijeras han ido, pues, a las grandes partidas, aquellas que suponen dos tercios de las cuentas: cohesión, que pierde un 12% de sus recursos, y agricultura, con 14% menos.

Recursos del BEI

Consciente de la merma en los recursos, Michel ha propuesto una ampliación de capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para movilizar hasta 500.000 millones de euros para inversiones en cambio climático o en negocio digital. La propuesta trata de avanzar, además, en la obtención de recursos propios, que fuentes comunitarias estiman que podrían rondar los 15.000 millones de euros. Entre ellos estaría una tasa al plástico, que penalizaría a los países que menos reciclan.

Fuentes diplomáticas sostuvieron que Michel ha tratado de entregar un regalo de San Valentín a cada país. A los grandes contribuyentes, con un cheque de rebaja individual que, no obstante, irá decreciendo a lo largo del periodo. A los pequeños, incrementando —aunque muy tímidamente— los fondos de cohesión. Y como era de prever, la propuesta no gusta a nadie.

Los países más austeros, liderados por Holanda, ven la propuesta inasumible, al ir más allá de su línea roja del 1%. “Los Países Bajos creen que la UE necesita centrarse menos en áreas tradicionales como la agricultura y más en los mayores desafíos, como el cambio climático y la migración”, sostuvo el primer ministro holandés, Mark Rutte. Fuentes diplomáticas afirmaron que no ven ese documento ni como una base para un compromiso. “El techo está muy alto y la modernización es muy pequeña”.

Los receptores netos —entre los cuales podría ya no estar España en el próximo periodo— consideran insuficientes los 6.000 millones más en cohesión y recuerdan los nuevos desafíos no son contradictorios con la política tradicional. “Si queremos apostar por el New Deal, tendremos que seguir apoyando al campo”, sostiene otro diplomático.

El presupuesto también incorpora la privación de fondos para los socios que vulneren los criterios que se fijen para el Estado de derecho. Según el documento entregado por la presidencia del Consejo, esa decisión se tomaría por mayoría cualificada. Eso permitiría una minoría de bloqueo a un grupo de capitales, lo que se interpreta como una concesión a Polonia y Hungría.

Un alto funcionario de la UE defendió la propuesta de Michel al considerarla “equilibrada”. Sin embargo, el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, se apresuró a calificar a través de un comunicado de “insatisfactorio” el borrador.

Esas múltiples batallas arrancarán el próximo jueves en Bruselas, en un consejo extraordinario que podría prolongarse hasta el viernes. Fuentes diplomáticas coinciden en que es poco probable que se alargue más. Será el momento para que los países más duros regresen a sus parlamentos para poder sacar pecho.

Esas mismas fuentes no descartan una segunda ronda ya en primavera. Y así, esperan, debería enfilarse el camino a un acuerdo. El pacto debe cerrarse antes de finales de año, puesto que las cuentas entran en vigor en 2021. Pero la negociación del Brexit o carpetas como la migración desaconsejan mantener abierto un asunto tan divisivo.