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#OPINIÓN El lumpen copa el Premio Óscar con la película Parásitos #14Feb
by Freddy Torrealba ZLa película surcoreana Parásitos, ganadora del Premio Óscar 2020 como mejor película y otras tres menciones,ha puesto en el tapete el tema de ese aborrecido elemento de la sociedad como lo es el lumpen en sus tres vertientes.
El tema central de la cinta dirigida por Bong Joon-ho,es precisamente este elemento desadaptado de la sociedad. La obra relata la historia de una familia perteneciente a esa clase social en el marco de un país muy avanzado en lo económico y cultural como Corea del Sur. Una familia que ve pasar los días en forma improductiva pero que decide salir del pantano arrimándose a otra familia rica.
El film,estrenado hace dos meses en EEUU, ha sido exhibida en unos mil cines y recabado la astronómica suma de 30 millones de dólares, un verdadero récord de taquilla. De esa forma ha desplazado a 1917 la favorita para ganar el premio como mejor película.
Este largometraje de Bong viene precedido por el arrollador éxito. En el Festival de Cannes fue elegida mejor película internacional de 2019.
Esta joya del séptimo arte contemporáneo ha dado en el meollo del asunto con su título Parásitos, precisamente la clase de vida que lleva el lumpen en todo el mundo.Aunque se trata de una sátira social trae a colación el espinoso tema de la lucha de clases.
Fuera de la norma social
Ya en 1848 en el libro El Manifiesto del Partido Comunista Carlos Marx y Federico Engels lo ubican como parte de la población al margen del proceso productivo. Lo llaman lumpen proletariado.
Algunos teóricos sociales lo definen como una “cosa”, un concepto nada amable y excluyente.
Pero lo cierto es que el lumpen existe y negarlo es como pretender tapar el sol con un dedo. Tiene mucha tela por cortar por su dislocada forma de vida y maleante conducta. Es gente sin normas civilizadas de vida en todos los órdenes.
Permanentemente transgreden las normas sociales que regulan la convivencia en sociedad incluyendo el principio de autoridad y las leyes. El lumpen no conoce el bien, pero tiene una definida noción del mal para el cual parece predestinado.
Es profundamente oportunista y arribista. Está con quien le sirve y ofrece fácil o gratuitamente resolver sus problemas. Por lo que son la materia prima ideal para los gobiernos populistas dados a las políticas demagógicas del asistencialismo.
Son los que realizan los oficios mas detestables en el marco de la cadena productiva, aunque odian el trabajo al que visualizan como un castigo de Dios.
Sujetos de conducta execrable capaces de las peores maldades como hacer de la mujer una esclava a su servicio, aunque aparentan ser cultos, afables y sensibles. Nunca dan las gracias por favores recibidos y no saben lo que es la comunicación.
Para ellos los necesarios mecanismos de control social no existen. Es lo que explica su antisocial conducta que raya en el abuso.
Un mal social, político y económico
Existen tres tipos de lumpen: social, político y económico. El primero abunda en toda sociedad viviendo a expensas del oportunismo y el facilismo. Entre sus integrantes figuran los delincuentes de toda calaña.
Mientras que el segundo ansía conquistar una cuota de podera costa de maniobras.Es el populacho sin noción alguna de los asuntos gerenciales del Estado. Son profundamente infantiles, atrasados e ignorantes de los vitales temas de la economía y la política como ciencia.
El tercero se hace de los dineros públicos con la farsa de empresas de maletín en lo que constituye los delitos de robo y estafa. Confunde importaciones con desarrollo económico al tiempo que aborrecen el trabajo. Condenan a los pueblos al subdesarrollo al no diversificar la economía. El sociólogo alemán Adré Gunder Frank lo analiza en su libro “Lumpen burguesía: lumpen desarrollo”.
Uno de los que le rinde apología es el siquiatra argelino Frantz Fanon en su libro “Los condenados de la tierra” en el marco de la posmodernidad. De allí proviene su uso político comprobado en varios procesos de gobiernos de izquierda en América Latina.
En su versión más baja se dedican a hurgar la basura en la búsqueda de un bocado de alimento para el estómago o algún objeto de valor como una prenda de vestir. Pero desordenan la misma generando un problema para vecinos y trabajadores del aseo urbano.
En Europa entre los jóvenes prolifera en el punk que se viste con los trapos que encuentra en la basura. Estos encajan en la contracultura que en los años sesenta de siglo XX proliferó con el hippie.
Existe una proximidad entre el lumpen y el marginal pero no son lo mismo. Sociológicamente el primero es una condición permanente. Mientras que el segundo representa una situación transitoria siendo el mejor ejemplo los pobladores de la periferia de una ciudad, los cuales habitan en ranchos.
Profundamente violento
En el lumpen se caracteriza por su profunda carga de violencia. Por lo que son ideales para cumplir tareas de esa naturaleza en la lucha política dada su insensatez.
Son pasto del odio y resentimiento social por no poseer lo que otros han logrado con su trabajo y superación educativa e intelectual. En ese sentido el lumpen no tiene conciencia alguna y agrade sin piedad alguna a quien se le atraviese en el camino.
Son los que integran los grupos violentos de los regímenes autoritarios y antidemocráticos generalmente de corte estalinista o fascista.
En el pasado durante la dictadura perezjimenista en el país ocuparon posiciones en la policía política la Seguridad Nacional. Eran los delincuentes erigidos en autoridad y ley que perseguían, hostigaban, detenían, torturaban y asesinaban a personas inocentes y honestas.
En la actual Venezuela el gobierno de turno los exalta utilizándolos como fuerza de choque en manifestaciones sociopolíticas y otras actividades ilícitas.Lamentablemente están incrustados en la mayoría de los estamentos de la caótica sociedad venezolana de hoy.
En consecuencia, el lumpen tiene permanentemente sus pies metidos en la delincuencia y el mal vivir. Son de los que pregonan a los cuatro vientos: “Qué vale más, la moral de un policía o el honor de un delincuente”. Así de sencillo.
Freddy Torrealba Z.