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Víctor Pereira, en el jucio celebrado en Lugo en diciembre del 2017 en el que fue condenado por agresión sexualALBERTO LÓPEZ

Lemos: Detenido en Monforte un condenado por violación que llevaba 14 meses huido

La víctima se lo encontraba por la calle en Monforte, a pesar de que oficialmente estaba escapado de la Justicia. El fugitivo había sido juzgado a finales del 2017 por agredir sexualmente a una mujer en su coche

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Un hombre fue detenido esta noche en Monforte después de dos años huido tras ser condenado por agresión sexual. El delito se produjo en el 2014, el juicio se celebró en diciembre del 2017 y él tenía que haber entrado en prisión en noviembre del 2018. Esta noche, cuando los policías que lo detuvieron lo estaban identificando, trató de escapar a la carrera y cuando lo alcanzaron se resistió a la detención de forma violenta. No parece que durante el año y cuatro meses que el procesado permaneció oficialmente huido de la justicia se haya esforzado mucho en ocultarse. Al contrario, se dejaba ver en Monforte con frecuencia. La víctima incluso dejó de ir a un mercadillo que se celebra todos los domingos en un parque porque una vez se lo encontró allí como vendedor.

El fugitivo apresado es Víctor Pereira, nacido en Portugal hace 61 años, pero residente en Monforte desde hace décadas. Fue localizado por agentes de la Policía Nacional que patrullaban durante la noche del jueves al viernes por la zona de la Compañía. Se fijaron en él porque estaba dentro de un coche que circulaba sin luces por el aparcamiento del Parque dos Condes y parecía querer marcharse sin que ellos lo viesen. Después de acercarse, darle el alto y pedirle la documentación, los policías averiguaron que sobre él pesaba una orden de detención de la Audiencia Provincial de Lugo para que cumpla la condena de prisión que le fue impuesta tras aquel juicio.

Según informa la Policía Nacional, cuando los policías le explicaron que iban a detenerlo por esa razón, el hombre intentó escapar corriendo. Cuando tras una persecución por las calles próximas fue finalmente alcanzado, se resistó al arresto «increpando e insultando a los agentes para conseguir zafarse». Los portavoces policiales sostienen que incluso después de haber sido detenido, siguió comportándose de forma violenta y golpeó el coche patrulla en el que lo llevaban a la comisaría.

Informes que respaldan el testimonio de la víctima

Víctor Pereira había sido condenado a ocho años de cárcel por agredir sexualmente a una mujer en las cercanías de Monforte. Según dio como probado la sentencia, el 14 de julio del 2014 entabló conversación con ella en un bar y después se ofreció a llevarla en coche hasta su casa. En vez de eso, pasó de largo del portal, condujo seis kilómetros hasta las cercanías del monte Marroxo y allí la violó dentro del coche. Él admitió en el juicio que había mantenido relaciones sexuales con ella, pero dijo que habían sido consentidas. El tribunal dio credibilidad al testimonio de la víctima y tuvo también en cuenta los informes forenses que acreditan que la mujer presentaba lesiones compatibles con su versión de lo que había sucedido.

El abogado defensor presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo para tratar de echar abajo la sentencia de la Audiencia de Lugo. El Supremo no lo admitió, así que la sentencia fue declarada firme el 5 de noviembre de 2018, mediante una resolución de la Audiencia de Lugo que daba diez días al condenado para ingresar voluntariamente en la cárcel. El 17 de junio del 2019, siete meses después, la Audiencia emitía una primera orden de detención contra Víctor Pereira. El pasado 3 de febrero dictaba la segunda, esta vez con indicación expresa de entrega no solo a la policía judicial, como la primera, sino también al director del departamento de Seguridad del Estado del Ministerio del Interior y al Director General de la Guardia Civil.

La Audiencia de Lugo y las fuerzas de seguridad

La abogada de Monforte María José González, que ejerció la acusación particular en el juicio en nombre de la víctima, dice tener constancia de que la audiencia provincial actuó en este asunto «con la mayor diligencia posible teniendo en cuenta los plazos procesales». Cuando los condenados se niegan a entrar voluntariamente en prisión cuando el fallo es firme, apunta esta abogada, «es fundamental la actuación de las fuerzas de seguridad».

María José González asegura que la víctima supo en todo momento que el condenado estaba en libertad. «Se vio obligada a evitar ir a determinados lugares para no encontrarse con él», denuncia su abogada.