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| Masella

Más allá de la puesta del sol

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Esquiar de noche tiene una magia especial. Deslizarse bajo la luz de los focos es una experiencia única. Bien lo saben los que lo han probado. Porque varias son las estaciones donde es posible esquiar más allá de la puesta del sol. Masella, Grandvalira y Formigal en los Pirineos junto a Sierra Nevada son los grandes exponentes del esquí nocturno. De todas ellas, Masella está considerada ‘la capital del esquí nocturno en los Pirineos’ puesto que es la estación que más kilómetros esquiables iluminados ofrece. Fue en la temporada 2013-2014 cuando puso en marcha esta iniciativa que contempla un total de 13 pistas para 10 kilómetros esquiables equipados con siete remontes vertebrados en el telesilla desembragable de seis plazas TVG.

El sistema de iluminación cuenta con 104 puntos de luz que suman un total de 224 focos. De la obra de ingeniería se encargó la misma empresa austriaca especializada que también ha iluminado estaciones como Schladming, donde se celebra una prueba de la Copa del Mundo de esquí alpino. El consumo de la luminación es de 448 kWh, el equivalente a la séptima parte de lo que consume en una hora un campo de fútbol de Primera División.

El área de esquí nocturno de Masella abarca desde el Pla de Masella a 1.600 metros hasta el sector de La Pleta a 2.020 metros ofreciendo 420 metros de desnivel esquiable. Encontramos pistas para todos los niveles, desde la zona para debutantes Pastors y Pastorets, equipadas con un cinta para mayor comodidad, hasta rojas como Davallada y azules como la popular Enamorats, que cubre todo el desnivel esquiable. Además también disponen del snowpark de La Pleta iluminado.

Para preparar las pistas para el esquí nocturno, el equipo de maquinistas pisa la zona una vez se cierra la estación y antes de volver a abrir. Los horarios son el jueves de 18.00 a 20.00 horas y los sábados y festivos de 18.30 a 21.00 horas. El precio del forfait nocturno junto al de día para un adulto es de 56 euros.

Que duda cabe que esquiar de noche es toda una experiencia. Unas gafas de máscara transparentes serán la mejor elección para poder ver sin problemas. De la misma manera al ser de noche hará más frío y convendrá abrigarse más para no pasar frío en los remontadores.

Nada más llegar a Masella, el primer impacto es ver el Pla de Masella iluminado. Bastará subirse al telesilla TGV, después de hacer un poco de cola, para llegar a La Pleta, en la zona alta. La iluminación es excepcional. Ante el esquiador se abren diferentes posibilidades para empezar a bajar y disfrutar de dos horas o dos y media, dependiendo del día, de esquí nocturno. Como colofón Masella dispone de una interesante oferta après-ski ya sea en el propio restaurante, donde se recomienda reservar si se quiere qeudar a cenar, o en la terraza del Chill Out animada con música. “Esquiar de noche es una experiencia tan interesante como recomendable. Te transmite otras sensaciones que merece la pena disfrutar”, explica Jaume Jardí, asiduo de Masella y que también ha probado el esquí nocturno.

En Grandvalira, la propuesta se centra en la pista de La Solona/Tubs, que se ilumina de noche y se pone en marcha el telesilla los jueves y sábados de 17:00 a 20:00. Todos los forfaits son válidos para el esquí nocturno excepto el de peatón. El Sunset Park Peretol, abierto de martes a domingo desde las 15.00 a las 21.00 horas, completa su oferta más allá de la puesta de sol. Font Romeu-Pyrénées 2000 y Porte-Puymorens son dos estaciones del Pirineo francés donde también se puede esquiar de noche.

En Sierra Nevada disponen de un total de 5,8 kilómetros de pistas iluminados en las pistas. En Formigal Panticosa la propuesta es para todos los públicos con un descenso en trineo por una pista iluminada de más de dos kilómetros en la zona de Sextas, como hacen en los Alpes con pistas nocturnas para trineos de más de 12 kilómetros, toda una experiencia.