Disminuir la hidratación influye en la función renal y en la aparición de arritmias - El médico interactivo
Una correcta hidratación es necesaria para asegurar el correcto funcionamiento de todos los órganos, incluido el corazón. Tal y como expone la Fundación Española del Corazón (FEC), el agua supone entre un 50-70 por ciento de la masa corporal, y, cuando disminuye ese porcentaje, los órganos pueden verse afectados; cuando se llega a la deshidratación, se puede deteriorar rápidamente la función renal, “llevando incluso a la aparición de arritmias”.
Asimismo, el presidente de la Sección de Riego Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Vicente Arrarte, añade que la hidratación es fundamental por varios motivos. El cuerpo está constantemente perdiendo líquido por el sudor o la micción, entre otros motivos, lo que hace que sea “fundamental” mantener el equilibrio diario con la ingesta hídrica “que mantenga los iones y el contenido de agua del cuerpo estable”.
A este respecto, el experto destaca que “siendo la comida lo más esencial, la ausencia de hidratación es la primera causa que puede derivar en complicaciones que acaben afectando a la función renal, cardiaca y al riesgo de complicaciones mayores”.
Detectar síntomas de deshidratación
Además de la sed, como primer posible síntoma de deshidratación, la Fundación Española del Corazón destaca otras señales que nos pueden avisar de la falta de agua en nuestro organismo: mareos, cefalea, aletargamiento, boca seca, calambres musculares, sudor frío; en situaciones extremas, visión borrosa e, incluso, pérdida de conocimiento.
A la hora de elegir de qué manera hay que cuidar la hidratación, el experto de la SEC señala el “agua como principal elección”. En concreto, a la hora de hidratarse, el Instituto de Investigación Agua y Salud recomienda la ingesta de agua mineral, que “permite la hidratación en cualquier momento y lugar de forma natural y saludable”.
Tal y como recuerda el IIAS, se trata de un agua sin tratamientos químicos, puesto que es pura desde su origen, la naturaleza, y se envasa de forma totalmente aséptica a pie de manantial para conservar su pureza original y propiedades saludables intactas desde la naturaleza al consumidor.