Los bancos españoles tienen que ganar 4.000 millones más para llegar al objetivo del BCE
Los reguladores están empezando a transmitir un objetivo informal de rentabilidad del 7% para los domésticos y del 8,5% para los internacionales, frente al 6,6% actual
by Jorge ZuloagaAdelantado en
Algunos políticos critican a menudo los beneficios de los bancos y exigen nuevos impuestos. Pero lejos de ganar mucho, las entidades españolas necesitan 4.000 millones más de resultado para cumplir con los objetivos del Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España. El beneficio de casi 18.000 millones de euros en 2019 se quedó corto en un 20%.
Esto es debido a la insistencia de los reguladores de que las entidades financieras obtengan rentabilidades (ROE) por encima de su coste de capital. BCE y Banco de España tienen esta meta entre ceja y ceja porque quieren bancos que puedan resistir nuevas crisis sin necesidad de pedir ayudas públicas, financiándose sin problemas en el mercado.
La buena noticia para la banca es que el regulador está empezando a asumir que hay que bajar el listón del coste de capital (CoE, por sus siglas en inglés). Hasta hace unos meses, se reclamaba que el sector financiero llegara al 10% de ROE. Pero los históricamente bajos tipos de interés y la desaceleración económica han hecho que BCE y Banco de España se conformen con un 7% de rentabilidad en el caso de las entidades con solo negocio en España, y del 8,5% para las que tienen filiales extranjeras.
Para llegar a estas metas, Santander hubiera necesitado 1.850 millones más de beneficio; BBVA, 634 millones; CaixaBank, 560 millones; Sabadell, 330; Bankia, 360 millones; Unicaja, 101 millones; y Liberbank, 93 millones. Los únicos que acabaron 2019 'sobrados' fueron Bankinter, con un ROE de casi el 13%, y Abanca, que cosechó una rentabilidad del 10%.
La mano del BCE
En el caso de las tres mayores entidades, esta mala nota se vio influida por extraordinarios negativos: el impacto del Brexit, en el de Santander; el deterioro en Estados Unidos, en el de BBVA; y los costes del ajuste laboral, en el de CaixaBank.
Estos objetivos de los reguladores no son vinculantes. El BCE y el Banco de España no pueden exigir un beneficio concreto a los bancos supervisados, pero sí les pueden apretar las tuercas con inspecciones si no están conforme con lo que están haciendo. Lo que se traduce en mayores exigencias de provisiones y capital. Mientras, los que sí cumplen con las metas de ROE tienen menores requerimientos de solvencia e incluso la oportunidad de solo tener que pasar los exámenes de final de año (SREP) cada dos ejercicios, como Bankinter.
El problema incide principalmente en las cajas medianas, cuyos ROE llevan años por debajo del 5%, sin perspectivas de llegar al 7% a corto plazo. Así, Unicaja presentó recientemente un plan estratégico en el que la meta es llegar al 5,5% en tres años. La entidad malagueña presentó un ROE del 4,4% en 2019, frente al 3,8% de Liberbank, a la espera del de Ibercaja.
La excepción dentro de este grupo es Abanca, que logró una rentabilidad del 10% en 2019, aunque influida por los extraordinarios de las adquisiciones del negocio en Portugal de Deutsche Bank y el de España de Caixa Geral. De cara a los próximos ejercicios, su hoja de ruta está en el 7-8% regulatorio.
El frenazo económico impide a la banca ocultar el deterioro de su rentabilidad