Un empresario se fuga con las nóminas de cientos de limpiadoras por toda España
La desaparición de una de las mayores empresas de servicios de España deja a cientos de trabajadores sin sueldo ni posibilidad de ser contratados en otras empresas
by Alfredo PascualLos limpiadores de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) llevan sin cobrar desde octubre. Los más de cincuenta profesionales en plantilla han pasado de una contrata a otra, siempre subrogados, hasta que su actual empresa, el Grupo Tempo, dejó de pagarles y ha desaparecido del mapa. Borraron sus cuentas en redes sociales, dejaron de coger el teléfono y su CEO se ha dado a la fuga. Ha dejado abandonados a cientos de trabajadores en toda España.
El Grupo Tempo ganó el concurso de limpieza en la CNMV a comienzos de 2019. Los problemas empezaron en verano, cuando no cobraron la extra de julio y tuvieron que esperar hasta octubre. "Primero nos dijeron que estaban teniendo problemas de liquidez, después que era la CNMV la que no les pagaba a tiempo y, por último, dejaron de cogernos el teléfono", dice Jorge Pailacho, un limpiador que lleva diez años trabajando para la institución y se ha erigido en portavoz de sus compañeros.
A los limpiadores de la CNMV se les adeudan los meses de noviembre, diciembre y enero, más la extra de navidad. En total, casi 100.000 euros. Sin embargo, la CNMV ha pagado a tiempo a la proveedora de servicios hasta principios de enero, cuando decidió rescindirle el contrato por no pagar a sus trabajadores. De hecho, desde la institución negociaron con el Grupo Tempo que, si querían seguir cobrando, debían utilizar el dinero para saldar cuentas con su plantilla. La empresa aceptó pero, una vez tuvo el dinero en la cuenta, se esfumó con él.
Los trabajadores, muchos de ellos inmigrantes, llevan en huelga casi un mes, manifestándose frente a las instalaciones de la calle Edison, en Madrid. "Lo estamos pasando muy mal. Aquí hay compañeros que no te lo van a reconocer, pero no tienen ni para pagar el abono de transporte", dice Jorge. Teresa, una veterana limpiadora de la CNMV, es una de las que se encuentra en peor situación: "Yo no soy de aquí, no tengo familia ni marido que me eche una mano. Tengo problemas para comprar comida y mi casera me pide que me marche del piso. Me da mucha vergüenza, porque yo quiero y tengo que irme, pero no puedo sin tener ingresos, me quedaría en la calle", explica con lágrimas en los ojos. Bajo el brazo lleva los papeles de alojamiento social de la Comunidad de Madrid.
Encarni, su compañera, sobrevive gracias a la ayuda de su marido, pero las finanzas familiares empiezan a flaquear: "Son cuatro nóminas las que nos adeudan, eso le pasa factura a cualquier familia española. Es que además no puedo ni trabajar en otros sitios ni cobrar paro, porque tengo un contrato en vigor, aunque no me paguen". Khadija, de origen marroquí, es la más enfadada y apuesta por la acción directa: "¡Si no cobramos, que se ahoguen en su mierda! No podemos volver a trabajar hasta que no nos paguen, esto no se va a solucionar nunca".
Al respecto, los manifestantes lamentan que haya tres trabajadores que continúan limpiando las oficinas pese a no estar cobrando: "Con estos tres les basta para mantener limpios los despachos de los jefes y vaciar las basuras", dicen.
Desde la CNMV indican que el contrato con el Grupo Tempo se ha resuelto y se ha convocado un nuevo concurso público. Esperan que "en días" entre una nueva concesionaria y los limpiadores vuelvan a cobrar. El principal escollo es que la nueva empresa tendría que asumir la deuda generada por Tempo, porque el Fogasa no la cubrirá por completo. "En este sector se manejan unos márgenes muy reducidos y nadie quiere hacerse cargo de una deuda que no es la suya", dicen en UGT.
"Es duro que tus hijos no tengan Reyes Magos"
"Es muy duro decirles a tus hijos que este año no hay Reyes Magos, pero hay que priorizar: antes la hipoteca que los regalos de los niños", dice Magali. Esta limpiadora tiene una amiga, Olga, que trabaja en el Museo de Ciencias Naturales, también para Tempo. A diferencia de la CNMV, el museo ya ha encontrado una solución temporal: "Los directores del museo se plantaron en el CSIC con un ultimátum: o cobrábamos, o se cerraba el museo", dice Olga. El CSIC firmó un contrato temporal con OHL hasta abril, cuando vence el contrato con Tempo y se convocará un nuevo concurso. "OHL no nos ha pagado los atrasos, pero sí la nómina desde enero, al menos podemos seguir comiendo. Estoy muy agradecida a los directores del museo".
Antonio Serra, delegado de UGT, cree que la CNMV también tiene su parte de culpa: "La CNMV no solo ha pagado, sino que lo ha hecho mucho antes del plazo. Lo que sucede es que han tardado mucho en rescindir el contrato mientras había 47 familias sin ingresar un solo euro. Siempre liados con las consultas jurídicas, que al final es tener la situación en punto muerto. En Córdoba, la Administración se metió por medio y lo solucionó en menos tiempo. Para colmo, en junio la CNMV le renovó el contrato a Tempo incluso sabiendo que estaban retrasándose en los pagos, lo que entendemos como otro error mayúsculo".
El de la CNMV no es más que un caso representativo del agujero que ha dejado el Grupo Tempo con su desaparición. La empresa, que no solo no ha entrado en concurso sino que cerró las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil con beneficios, deja a cientos de trabajadores por toda España en el limbo. En Málaga, varias limpiadoras de la Agencia Tributaria se encuentran en tratamiento psicólogico por los impagos. En Lucena, Córdoba, las trabajadoras han vuelto a la huelga ante la imposibilidad de cobrar el sueldo. Lo mismo se puede ver en Almería, en Tarragona, en Segovia y en otras ciudades de España.
Este medio ha intentado ponerse en contacto con el Grupo Tempo sin éxito. La empresa con sede en Barcelona no responde al teléfono y su gerente, Francisco Sánchez López, ha eliminado su rastro de internet. Si sabe algo de él, escríbanos: sus trabajadores le están buscando.
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