La gran relación de Cayetano Martínez de Irujo y el médico que le salvó la vida

El doctor Enrique Moreno, Premio Príncipe de Asturias, es una de las personas a las que dedica su libro de memorias

Si la salud se lo permite (en el momento de escribir estas líneas, Cayetano Martínez de Irujo permanecía ingresado en la clínica La Luz de Madrid), el próximo 26 de febrero Cayetano Martínez de Irujo estará en la Real Academia Nacional de Medicina (RANME) para recibir la Medalla de Honor de la institución, que "reconoce su compromiso con el mecenazgo y el respaldo a diferentes iniciativas y organizaciones sociales, culturales y médicas".

Detrás de este reconocimiento se encuentra el doctor Enrique Moreno González, quien presentó la candidatura, que fue aprobada por unanimidad por la Junta de Gobierno de la mencionada organización, y será el propio Premio Príncipe de Asturias quien, si como decimos no hay contratiempos, presente la 'laudatio' en este evento que será presidido por el doctor Joaquín Poch Broto, presidente a su vez de la RANME.

Será un momento de gran emotividad para ambos, a la altura de las palabras que le dedicaba el duque de Arjona en su controvertido libro de memorias 'De Cayetana a Cayetano', uno de los grandes éxitos de ventas de no ficción de los últimos años. No solo los términos en los que se expresaba eran muy relevantes, sino también la jerarquía en el capítulo de dedicatorias, ya que después de afirmar que "estos pasajes de mi vida, que con toda humildad y sinceridad relato, van dedicados a mis padres, porque los adoraba". Y a continuación llegaba el turno del eminente cirujano: "A Enrique Moreno, por haberme salvado la vida y haber pasado a formar parte de mi familia escogida".

Una presentación emocionante

Como no podía ser de otra manera, el doctor estuvo en la presentación del libro de Cayetano y desgranó las que a su juicio son las cualidades que le han llevado a superar con éxito sus problemas de salud, "su extraordinaria fuerza de voluntad, control mental y disciplina", además de subrayar "su gran humanidad, su optimismo, su capacidad de ayudar a otros enfermos que encontraba en la clínica".

Era el propio Cayetano, que no pudo reprimir las lágrimas, quien contaba en primera persona la complicada situación que logró remontar hace casi cinco años: "En 2015 tenía 52 años, los mismos que mi padre cuando murió, en 1972 (...). Tras salir de dos hospitales en Sevilla, viajar moribundo en el último AVE a Madrid con mis dos hijos y el médico de mi casa, hubiera muerto a su misma edad. Me salvó la vida Enrique en una operación de más de once horas en un estado casi terminal. Gracias, Enrique, no tengo palabras".

Ahora que ha vuelto a tener un nuevo problema de salud, Cayetano se ha puesto de nuevo en las manos de Enrique Moreno, que se licenció en Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, donde es catedrático de Patología Quirúrgica y es una de las principales autoridades mundiales en la materia. De su brillante currículum debemos destacar que fue jefe del Servicio de Cirugía General y Trasplantes Abdominales del hospital 12 de Octubre de Madrid hasta 2009, y a sus 80 años tiene, entre otros reconocimientos, la Medalla de Oro del Congreso Mundial del Colegio Internacional de Cirujanos y el ya mencionado Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que recibió en 1999, además de ser doctor honoris causa en más de 20 universidades nacionales e internacionales.

Por las manos de este prestigioso cirujano que ha realizado más de 1.500 trasplantes, han pasado personalidades como Leopoldo Calvo Sotelo, María Teresa Fernández de la Vega, expresidente y exvicepresidenta del Gobierno, respectivamente, el torero César Rincón, los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, y el cantante Raphael, a quien le trasplantó un hígado en 2003 en unas circunstancias muy delicadas, como el propio médico explicaba tras la intervención: "Normalmente los resultados son mejores cuando el donante es una persona viva. En estas operaciones se trasplanta una parte del hígado y no todo el órgano, como en el caso de los donantes muertos, pero cuando el paciente está muy grave, el tiempo es un factor fundamental. En estos casos, la familia del paciente es la que decide". Diecisiete años después, Raphael está en plena forma y con una agenda de conciertos dentro y fuera de nuestras fronteras excepcional para un artista de cualquier edad.