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Juntos, pero en diferente casa: Cerca, pero no demasiado

Cada vez más personas recurren al llamado LAT (“living apart together”, por sus siglas en inglés) para mantener su relación viva. ¿Cómo ayuda a mantener el fuego entre la pareja, pero qué tiene que ver con la ecología? Publinews Internacional investiga.

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Sharon Hyman es una experimentada, como ella lo llama, “apareja”. La mujer de 57 años ha estado viviendo separada de su novio durante 21 años. La canadiense afirma que este tipo de relación funciona mejor para ella.

“Siento que tengo lo mejor de ambos mundos. Tengo el tiempo y la energía para concentrarme en mi trabajo, pasar tiempo con amigos, familiares y cuidar a mis padres que envejecen. Y también tengo un compañero devoto en la vida. Para nosotros es un equilibrio perfecto. Nos cuidamos y estamos ahí el uno para el otro como cualquier pareja comprometida, ya sea en la enfermedad o en la salud. Simplemente lo hacemos desde direcciones separadas. No creo que necesites compartir el espacio físico para compartir el emocional”, explica a Publinews Internacional.

Hyman se interesó tanto en el tema que incluso hizo una película, “Apartners”, sobre parejas LAT. Ella entrevistó a cientos de esas parejas mientras realizaba la investigación. Al final resultó que cada uno de ellas tenía su propia razón para involucrarse en este tipo de relación.

“Existen diferentes razones y circunstancias, como el tener hijos de un matrimonio anterior, cuidar a padres ancianos o tener trabajos en diferentes ciudades. Otros simplemente aprecian su independencia y soledad. Es probable que las aparejas hayan existido siempre, en muchas épocas y culturas, es solo que ahora se está hablando de manera más pública”, dice Hyman.

Según Patrick Wanis, especialista con un doctorado en comportamiento y relaciones humanas con sede en Estados Unidos, el fenómeno se está volviendo popular hoy en día por múltiples razones: “Las mujeres se están volviendo más independientes. Además, ahora tenemos menos presión que nunca. La sociedad, las relaciones y los estilos de vida han cambiado dramáticamente. Ahora hay personas que se autodenominan bisexuales, pansexuales y poliamorosas, por lo que la gente está explorando diferentes tipos de relaciones”, enfatiza el experto.

Asimismo, explicó que se pueden dividir en varios grupos, dependiendo de su motivación por construir una relación LAT y su edad.

“Cuando se habla de personas de 55 años o más, esas parejas lo hacen por múltiples razones. Estas personas vivieron sus vidas, se establecieron, tienen su propio hogar, carrera, estilo de vida, tal vez niños y no quieren renunciar a eso. Además, no hacen de su pareja una prioridad, en otras palabras, ‘mi estilo de vida se ha convertido en una prioridad sobre ti’. Cuando piensas en las personas que se comprometen con sus relaciones en las primeras etapas, la pareja se convierte en una prioridad. Es, a la vez, una ventaja y una desventaja”, agrega.

También hay grupos de jóvenes que aún no están listos para comprometerse por razones de autonomía, etc. También están aquellos que no pueden hacerlo debido a problemas financieros.

“El grupo vulnerable está formado por las personas que no se mudan con su pareja debido al miedo. No por perder autonomía o activos, sino miedo a la ansiedad, al rechazo, a que las relaciones salgan mal”, explica Wanis.

Por lo tanto, elegir una relación LAT para alguien puede ser una gran oportunidad para proteger su estilo de vida, los activos e incluso los niños de las relaciones anteriores. Pero, si una pareja tiene hijos en común, este tipo de relación no se considera apropiada.

“No es saludable para los niños, porque estos necesitan seguridad, estabilidad, rutina y estructura. Así que vivir tres días en tu casa y tres en la mía no es bueno para ellos. Entiendo que hoy en día es común con las parejas divorciadas, pero sigo creyendo que no es saludable para los niños. Ellos prosperarán y tendrán un mayor desarrollo social, mayor base, mayor seguridad emocional y psicológica con dos padres viviendo juntos”, comenta Wanis.

Además, una relación LAT puede no ser apropiada para aquellos que aceptan este tipo de relación solo por complacer a su pareja.

“Tienes que tener muy claro lo que quieres en la vida, lo que aceptarás y lo que no. Tienes que pensar en tus límites. Te sugiero que entiendas por qué no quieres eso y lo discutas con tu pareja y aclares cuáles son tus necesidades, tal vez sean diferentes de las suyas. LAT suena fantástico para algunas personas hasta que pensamos en el momento en que, por ejemplo, te enfermas. ¿Quién te va a cuidar? ¿Qué sucede cuando envejeces y no podrás cuidarte? Si tus valores chocan con los de tu pareja, la relación nunca tendrá éxito”, reafirma el experto.

Otra desventaja más fuerte tiene que ver con la ecología. “Hoy estamos más preocupados por salvar nuestros recursos. Entonces, si tú y tu pareja viven por separado, usarán el doble de electricidad y mucha más agua que la que usarían si viven juntos. Pero esa es una decisión que cada individuo debe tomar”, concluye Wanis.

“LAT crea más pasión. Cuando ves a tu pareja solo un par de veces a la semana o una vez a la semana, entonces piensas más en ella, esto crea mayor anticipación, mayor alegría, mayor emoción”, explicó Patrick Wanis, experto con un doctorado en comportamiento y relaciones humanas con sede en EE. UU.

LAT y sus beneficios

VICKI LARSON, periodista e investigadora de relaciones con sede en EE. UU.

Entre los hallazgos prometedores, las parejas que viven separadas tienen los mismos o incluso mayores niveles de estabilidad, satisfacción, compromiso y confianza que las parejas que viven juntas. Tienen un equilibrio saludable entre la realización personal y la intimidad, pueden sentirse más seguros de que están en la relación por las razones “correctas”, no se sienten tan claustrofóbicos como los que viven juntos, es menos probable que sientan que han renunciado a algo por su pareja, y pueden hacerle frente mejor a cualquier inseguridad que venga con las relaciones románticas.

Las relaciones LAT son “malas” solo para aquellos que se ven obligados a entrar en ellas debido a su profesión, educación, incapacidad para vivir con una nueva pareja romántica después del divorcio porque los niños deben estar cerca de su otro padre, etc.

Las parejas que eligen vivir separadas en realidad tienen que trabajar más para mantenerse conectadas y crear intimidad. Cuando vives con una pareja romántica, es muy fácil volverse complaciente; no puedes hacer eso si vives separado porque si lo haces, la relación sin duda terminará. El hecho de que vivan juntos no significa que se relacionen con su pareja de manera significativa. Las parejas que no se ven todo el tiempo son más propensas a pasar su tiempo juntas de forma realmente comprometida.

Debido a que las relaciones LAT se malinterpretan tan fácilmente, es probable que las personas que desean ese estilo de vida enfrenten el juicio y la incomprensión de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Por lo tanto, no va a funcionar para las personas que tengan miedo de romper el sistema. Tampoco es para aquellas que tengan problemas de confianza, que se sientan incómodas o infelices por sí mismas, no tengan una red social o intereses fuera de su pareja romántica, eviten conflictos y las que no puedan hablar sobre cosas incómodas cuando su tiempo juntos es limitado.

Una relación LAT significa gastar más electricidad, agua, etc. ¿Se podría decir que “no es ecológica”?

Si esa es la narrativa que la gente quiere creer, nadie debería vivir solo. En ese caso, las personas deberían dejar de molestar a los millennials que viven con sus padres o que viven con un millón de compañeros de departamento.