El carbón letal de Bosnia
by Anelise Borgeseuronews_icons_loading
"No conozco a nadie que haya muerto por causas naturales aquí. Incluso los jóvenes están muriendo. Y los que aún están vivos están enfermos", asegura el activista Goran Stojak.
Goran nació y se crió en Tuzla, una pequeña ciudad a 100 kilómetros de la capital bosnia Sarajevo, que se ha convertido en un símbolo de la profunda dependencia del país del carbón y el grave impacto en la salud de la producción de combustibles fósiles.
Aquí una central eléctrica de carbón de 700 megavatios, la más grande del país, arroja dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NO2) al aire. Pero eso no es todo.
El residuo tóxico que queda de la producción de energía eléctrica está contaminando todo, desde el suelo hasta el agua y la cadena alimenticia, con metales pesados.
Denis ško, del Centro de Ecología y Energía, explica que en esa zona "no hay revestimientos, ni protección para que el agua no penetre en el suelo. El PH es de 11 o 12. Está lleno de metales pesados. Y básicamente toda esa contaminación se va al subsuelo".
La central eléctrica de carbón de Tuzla ha vertido unos 30 millones de metros cúbicos de residuos en más de 250 hectáreas en un solo vertedero. Y hay 3 de ellos, todos ubicados en zonas urbanas. "En el verano esto se seca y el polvo vuela a los pueblos cercanos, y si hay mucho viento, llega la ciudad", dice ško.
El año pasado, el gobierno aprobó los planes de expansión de la planta gracias a un préstamo de 680 millones de dólares del Banco de Exportación e Importación de China. Las autoridades dicen que la reforma mejorará las cosas.
Goran Misic, asistente del Ministro de Medio Ambiente y Protección de la Naturaleza, asegura que "el bloque 7, que está en construcción, se construirá bajo las normas de la UE. Así que esperamos que la calidad del aire mejore en un 20%, y que la central eléctrica realice emisiones significativamente menos contaminantes".
Pero un informe publicado el año pasado como parte de la campaña "Europa más allá del carbón" mostró que las plantas de carbón causan la muerte prematura de miles de personas cada año en Europa: en 2016 hubo 1.239 muertes de este tipo en los Balcanes occidentales. Entre ellos, muchos de los amigos de Goran.
"Vi a amigos morir de cáncer. No se les pudo ayudar. Murieron sufriendo mucho", recuerda Goran. Y esto, dice, es por lo que seguirá luchando. Pero no será una batalla fácil.
Bosnia no está sola en la planificación de nuevas plantas de carbón. Se espera que diecisiete se construyan en los Balcanes occidentales para 2030, que es cuando varios Estados miembros de la UE pretenden suspender la producción de electricidad a través del carbón para ayudar a combatir el cambio climático y proteger vidas.